Preparando nuestros corazones para la Pascua: un devocional de CuaresmaMuestra

"Día 24: La Rama"

Es fácil caer en la trampa de pensar que el amor y preocupación por nosotros de Dios sube y baja según lo bien que estamos haciendo en vivir la vida cristiana. Después de todo, nosotros mismos y con frecuencia retiramos nuestro amor de los demás dependiendo de si están viviendo de una manera que sea agradable para nosotros. Afortunadamente, a pesar de que estamos caracterizados por la inconstancia, Dios está caracterizado por la constancia.

A través del profeta Jeremías, él recuerda a su pueblo que puede contar con sus promesas y que él siempre estará allí para ellos. Él promete su constancia y fidelidad: "No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel...Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días." (vv. 17-18). Finalmente, Jesús es el rey que sigue en el trono y que se ofreció a sí mismo como un sacrificio una vez por todas.

Jesús es la Rama justa que nos ofrece su justicia para que nunca tengamos miedo a ser rechazados por Dios. Debido a esto podemos llevar nuestras propias fallas y falta de fe a Dios. Jesús no nos da la espalda a nosotros. Cada día podemos llevar nuestro arrepentimiento y sabemos que él lo recibirá. Podemos contar con Dios que nos da un nuevo comienzo debido a la vida, muerte y resurrección de Jesús. Todos tenemos que empezar de nuevo cada día. Si vienes a él pidiendo, Dios será fiel para darte.

Oración

Señor Jesús, gracias que tus misericordias son nuevas cada mañana y tu fidelidad es grande. Dame gracia para arrepentirme hoy de aquellas cosas que te desagradan, contando con el hecho de que nunca me dejes ni me abandones, quiero andar en tus caminos. En el nombre de Cristo, Amen.

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