Preparando nuestros corazones para la Pascua: un devocional de CuaresmaMuestra

"Día 29: El Cordero"
En Génesis 22, Abraham llevó a su único hijo Isaac a Moriah porque Dios le había mandado ofrecer a Isaac en holocausto. Isaac preguntó a su padre, "¿Dónde está el cordero para el holocausto?" Abraham respondió a su hijo que "Dios se proveerá de cordero para el holocausto." Cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su propio hijo en el altar, Dios le detuvo y le proporcionó un carnero para tomar el lugar de Isaac.
Jesús es el cordero que Dios proveyó para quitar todos los pecados. Abraham no tuvo que sacrificar a su único hijo, porque Dios decidió sacrificar a su hijo para expiar nuestros pecados. Debido a esto, Dios nos ve de la manera que él vio a su hijo cuando Juan vio el Espíritu descender del cielo hacia él. Él nos llama, tanto hombres como mujeres, sus hijos amados, con quien él se agrada (Mateo 3:17).
Ya no tenemos que vivir en ansiedad trabajando para justificar nuestra existencia. Nuestra justificación está en Cristo, el perfecto, inmaculado Cordero de Dios que quitó nuestros pecados y los pecados del mundo.
Oración
Dios, nuestro padre, te agradecemos que somos tus hijos amados con quien te has complacido. Oramos para que trabajes profundamente en nosotros siendo la verdad de que ya no tenemos que trabajar para nuestra salvación, pero podemos encontrar descanso sabiendo que nuestra identidad está en el Cordero de Dios. Danos una comprensión en profundidad del sacrificio que fue hecho para expiar nuestro pecado para que podamos enamorarnos más de ti y comprender quiénes somos y qué debemos ser. En el nombre de Cristo, Amén.
Copyright (c) 2012 por la Iglesia Presbiteriana Redentora.
En Génesis 22, Abraham llevó a su único hijo Isaac a Moriah porque Dios le había mandado ofrecer a Isaac en holocausto. Isaac preguntó a su padre, "¿Dónde está el cordero para el holocausto?" Abraham respondió a su hijo que "Dios se proveerá de cordero para el holocausto." Cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su propio hijo en el altar, Dios le detuvo y le proporcionó un carnero para tomar el lugar de Isaac.
Jesús es el cordero que Dios proveyó para quitar todos los pecados. Abraham no tuvo que sacrificar a su único hijo, porque Dios decidió sacrificar a su hijo para expiar nuestros pecados. Debido a esto, Dios nos ve de la manera que él vio a su hijo cuando Juan vio el Espíritu descender del cielo hacia él. Él nos llama, tanto hombres como mujeres, sus hijos amados, con quien él se agrada (Mateo 3:17).
Ya no tenemos que vivir en ansiedad trabajando para justificar nuestra existencia. Nuestra justificación está en Cristo, el perfecto, inmaculado Cordero de Dios que quitó nuestros pecados y los pecados del mundo.
Oración
Dios, nuestro padre, te agradecemos que somos tus hijos amados con quien te has complacido. Oramos para que trabajes profundamente en nosotros siendo la verdad de que ya no tenemos que trabajar para nuestra salvación, pero podemos encontrar descanso sabiendo que nuestra identidad está en el Cordero de Dios. Danos una comprensión en profundidad del sacrificio que fue hecho para expiar nuestro pecado para que podamos enamorarnos más de ti y comprender quiénes somos y qué debemos ser. En el nombre de Cristo, Amén.
Copyright (c) 2012 por la Iglesia Presbiteriana Redentora.
Acerca de este Plan

¿Qué es la Cuaresma? Es un tiempo en el cual anticipamos la victoria de la luz y la vida de Cristo sobre las tinieblas del pecado y la muerte. Conforme vamos avanzando desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua, nos recuerda la realidad de nuestra fragilidad y la gracia redentora de Dios.
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Este devocional fue creado por el personal de la Iglesia Presbiteriana del Redentor y fue originalmente publicado en www.redeemer.com en 2012. Usado con permiso.
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