Preparando nuestros corazones para la Pascua: un devocional de CuaresmaMuestra

«´Día 1: el polvo»

¡Cuando llegamos a Génesis 3 nos encontramos con un Dios que maldice! Él responde firmemente tanto a la desobediencia de Adán y Eva como a la traición de la serpiente. Con la declaración de cada maldición y juicio, hay una destrucción o reversión de las obras creativas de la gracia de Dios: Adán, quien fue creado del polvo, es ahora destinado a volver a él; Eva, quien fue creada a partir de Adán, ha sido ahora dominada por él; la serpiente, que era más astuta que cualquiera de los animales salvajes, es ahora humillada y se tiene que arrastrar sobre su vientre e ir comiendo polvo. En este capítulo vemos que el pecado ha afectado a toda la creación.

Este texto habla de nuestro deseo de pasar por alto nuestros pecados, pese a que Dios no responde al pecado a la ligera. El pecado entró en el mundo acompañado de la muerte, así como de toda clase de dolor, sufrimiento y desesperación. No obstante, lo peor de la maldición caería sobre un hombre diferente muchos milenios después, como Pablo dijo en Gálatas 3:13: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)». Jesús asumiría una maldición a fin de redimir el estado de la humanidad.


Oración

Querido Padre, sé que no puedes tomar a la ligera los pecados que cometo porque eres un Dios de santidad que ama la justicia y no permite que el mal quede impune; pero gracias por tu sabiduría y misericordia al idear un plan que permitiera que caiga sobre tu Hijo la maldición que era legítimamente mía. En el nombre de Cristo, amén.

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