Cantares 4
4
Él
1¡Qué hermosa eres, amor mío!
¡Qué hermosa eres!
Tus ojos son dos palomas#Cnt 1.15.
escondidas tras tu velo;#4.1 Escondidas tras tu velo: Véase Cnt 1.7 n.; cf. también 4.3; 6.7. El velo lo usaban principalmente las vírgenes, para no ser vistas por otras personas fuera de sus familiares cercanos. Era una deshonra que una virgen fuera sorprendida en la calle sin el velo, o que un hombre se lo levantara.
tus cabellos son como cabritos
que retozan por los montes de Galaad.#4.1 Tus cabellos... Galaad: La comparación se refiere con toda probabilidad a las ondas de los cabellos. Éstos «ondean», efectivamente, como los rebaños que bajan saltando por las laderas de las montañas. Galaad: Véase Dt 2.36-37 n.
2Tus dientes, todos perfectos,
son cual rebaño de ovejas
recién salidas del baño
y listas para la trasquila.#4.2 Este v. vuelve a encontrarse en Cnt 6.6.
3Tus labios son rojos
como hilos de escarlata,
y encantadoras tus palabras.
Tus mejillas son dos gajos de granada
escondidos tras tu velo.
4Tu cuello es semejante
a la bella torre de cantería
que se construyó para David.#4.4 Esta torre de David, que sin duda era notable por su belleza y magnificencia, no se ha localizado.
De ella cuelgan mil escudos,
escudos de valientes.
5Tus pechos son dos gacelas,
dos gacelas mellizas#4.5 Cnt 7.3(4).
que pastan entre las rosas.
6Mientras llega el día
y huyen las sombras,
me iré al monte de la mirra,
a la colina del incienso.#4.6 Aquí no se trata de un monte y una colina reales, sino de imágenes poéticas. Algunos intérpretes han visto en estos montes una alusión a los senos de la joven. Cf. Cnt 8.10. Mirra: Véase 1.13 nota.
7¡Tú eres hermosa, amor mío;
hermosa de pies a cabeza!
¡En ti no hay defecto alguno!
8Baja conmigo del Líbano, novia mía;
baja conmigo del Líbano.
Contempla el valle desde la cumbre del Amaná,#4.8 El Amaná es una de las cumbres del Antilíbano, al norte del monte Hermón. Allí se origina el río Abaná, mencionado en 2 R 5.12.
desde la cumbre del Senir y del Hermón;#4.8 Según Dt 3.9, Senir era el nombre con que los antiguos pobladores de Palestina designaban al monte Hermón; en 1 Cr 5.23, por el contrario, los dos nombres parecen referirse a montes distintos. Acerca del Hermón, véanse Sal 68.15(16) nota; 133.3 n.
desde las cuevas de los leones,
desde los montes de los leopardos.
9Me robaste el corazón,
hermanita,#4.9 Hermanita: En la poesía del antiguo Oriente es bastante frecuente llamar «hermano» o «hermana» a la persona amada. Cf. Cnt 4.10,12; 5.1-2. novia mía;
me robaste el corazón
con una sola mirada tuya,
con uno de los hilos de tu collar.
10¡Qué gratas son tus caricias,
hermanita, novia mía!
¡Son tus caricias más dulces que el vino,
y más deliciosos tus perfumes
que todas las especias aromáticas!#4.10 Cf. Cnt 1.2-3.
11Novia mía,
de tus labios brota miel.
¡Miel y leche#4.11 Miel y leche son dos términos que suelen emplearse en el Pentateuco para describir la fertilidad y abundancia de la tierra prometida. Véase Ex 3.8 nota. hay debajo de tu lengua!
¡Como fragancia del Líbano
es la fragancia de tu vestido!#4.11 Cf. Os 14.6(7).
12Tú, hermanita, novia mía,
eres jardín cerrado,
cerrada fuente,
sellado manantial;
13jardín#4.13 La palabra hebrea traducida por jardín es una transcripción del vocablo persa pardes, del que deriva la palabra castellana paraíso. donde brotan los granados
de frutos exquisitos;
jardín donde hay flores de alheña,#4.13 Alheña: Véase Cnt 1.14 nota. El hebreo añade y nardos.
14nardos y azafrán,
caña aromática y canela,
y toda clase de árboles de incienso,
de mirra y de áloe;#4.14 Áloe: árbol originario de la India, cuya madera da un perfume muy agradable.
¡todas las mejores especias aromáticas!
15La fuente del jardín
es un pozo del cual brota
el agua que baja desde el Líbano.
16Viento del norte, ¡despierta!
Viento del sur, ¡ven acá!
¡Soplen en mi jardín y esparzan su perfume!
Ella
Ven, amado mío, a tu jardín,
y come de sus frutos exquisitos.
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Cantares 4: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Cantares 4
4
El esposo alaba a la esposa
1He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;
Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;
Tus cabellos como manada de cabras
Que se recuestan en las laderas de Galaad.
2Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,
Que suben del lavadero,
Todas con crías gemelas,
Y ninguna entre ellas estéril.
3Tus labios como hilo de grana,
Y tu habla hermosa;
Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.
4Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;
Mil escudos están colgados en ella,
Todos escudos de valientes.
5Tus dos pechos, como gemelos de gacela,
Que se apacientan entre lirios.
6Hasta que apunte el día y huyan las sombras,
Me iré al monte de la mirra,
Y al collado del incienso.
7Toda tú eres hermosa, amiga mía,
Y en ti no hay mancha.
8Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía;
Ven conmigo desde el Líbano.
Mira desde la cumbre de Amana,
Desde la cumbre de Senir y de Hermón,
Desde las guaridas de los leones,
Desde los montes de los leopardos.
9Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía;
Has apresado mi corazón con uno de tus ojos,
Con una gargantilla de tu cuello.
10¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el vino tus amores,
Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
11Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;
Miel y leche hay debajo de tu lengua;
Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
12Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía;
Fuente cerrada, fuente sellada.
13Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves,
De flores de alheña y nardos;
14Nardo y azafrán, caña aromática y canela,
Con todos los árboles de incienso;
Mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas.
15Fuente de huertos,
Pozo de aguas vivas,
Que corren del Líbano.
16Levántate, Aquilón, y ven, Austro;
Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas.
Venga mi amado a su huerto,
Y coma de su dulce fruta.
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.