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HECHOS 20

20
Pablo recorre Macedonia y Grecia#20.1-6 Pablo sigue el viaje a Macedonia y Acaya que se había propuesto (Hch 19.21). El viaje debió de ocuparle más de un año (55-56 d.C.) y durante él estuvo recogiendo ofrendas para los cristianos necesitados de Jerusalén (cf. Hch 24.17; Ro 15.25-26; 1 Co 16.1-4; 2 Co 8.1–9.15).
1Calmado ya el alboroto, Pablo llamó a los creyentes para darles algunos consejos. Luego se despidió de ellos y se fue a Macedonia. 2Visitó todos aquellos lugares animando mucho con sus palabras a los hermanos, y después llegó a Grecia, 3donde se quedó tres meses.#20.3 Tres meses: probablemente el invierno del 56-57 d.C., durante el cual Pablo escribió la carta a los Romanos (Ro 15.25-28). Ya estaba a punto de embarcar para Siria#20.3 Había pensado embarcar para Siria con el fin de continuar viaje a Jerusalén (Hch 19.21). cuando tuvo conocimiento de que los judíos habían hecho planes contra él; así que decidió regresar por tierra pasando otra vez por Macedonia. 4Le acompañaron Sópatro, de Berea, hijo de Pirro; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, y también Tíquico y Trófimo que eran de la provincia de Asia.#20.4 Según parece, los que acompañaban a Pablo eran representantes de las iglesias que enviaban sus ofrendas a Jerusalén (1 Co 16.3-4). 5Estos hermanos se adelantaron y nos esperaron#20.5 Aquí comienza nuevamente la redacción con el uso de “nosotros” (Hch 16.10 n.). El resto del viaje se relata con mayor detalle que lo anterior. en Tróade. 6Nosotros, pasados los días en que se come el pan sin levadura,#20.6 Los días en que se come el pan sin levadura: Véase Hch 12.3-4 n.; era la primavera, probablemente del año 57 d.C., y apenas quedaba mes y medio para el viaje a Jerusalén antes de la fiesta de Pentecostés (v. 16). partimos de Filipos en barco y a los cinco días los alcanzamos en Tróade. Allí nos quedamos siete días.
Pablo en Tróade
7El primer día de la semana#20.7 El primer día de la semana: recordado por ser el de la resurrección de Jesús (Mt 28.1; Mc 16.1-2,9; Lc 24.1; Jn 20.1,19), por ello mismo, llegó a ser día de reunión de los cristianos de los primeros tiempos. Se menciona aquí y en 1 Co 16.2, y con frecuencia en la literatura cristiana de los primeros siglos d.C., donde se lo llama “día del Señor” (Ap 1.10 nota v). Si el día se contaba a la manera judía, comenzando por la tarde del sábado, esta reunión habría tenido lugar el sábado por la noche; sin embargo, puesto que se refiere a la próxima mañana como el día siguiente, es posible que aquí se cuente el nuevo día a la manera griega. Si es así, la reunión se habría celebrado el domingo por la noche, y Pablo habría planeado partir el lunes. nos reunimos para partir el pan,#20.7 Para partir el pan: esto es, para celebrar la Cena del Señor; véase Hch 2.46 n. y Pablo estuvo hablando a los creyentes. Como tenía que salir al día siguiente, prolongó su discurso hasta la medianoche. 8Nos hallábamos reunidos en un cuarto del piso alto, donde había muchas lámparas encendidas. 9Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, y como Pablo habló durante largo rato, le entró sueño al muchacho, que al fin, profundamente dormido, cayó desde el tercer piso abajo. Cuando lo levantaron, estaba muerto. 10Entonces bajó Pablo, se tendió sobre el muchacho y lo rodeó con los brazos. Y dijo a los hermanos:
–No os asustéis. Está vivo.#20.10 Cf. Hch 9.36-42, y también 1 R 17.17-22; 2 R 4.32-35.
11Luego Pablo volvió a subir, partió el pan, comió y siguió hablando hasta el amanecer. Entonces se fue. 12En cuanto al muchacho, se lo llevaron vivo, y esto les animó mucho.
De Tróade a Mileto
13Nosotros nos adelantamos y fuimos en barco hasta Aso para recoger a Pablo, según se había convenido, porque él quiso ir por tierra.#20.13 Como el barco tardaría en dar la vuelta al cabo (véase mapa), Pablo esperó en Tróade y luego, por tierra, alcanzó a sus compañeros en Aso, distante unos 30 km. 14Nos encontramos, pues, con él en Aso, donde se embarcó con nosotros para ir a Mitilene.#20.14 Mitilene: puerto de la isla de Lesbos, cercano a la costa occidental del Asia Menor. 15Salimos de aquí y al día siguiente pasamos frente a Quío,#20.15 Quío: isla situada al sur de Lesbos, frente a las costas de Esmirna. llegando uno después al puerto de Samos. Viajamos un día más y llegamos a Mileto.#20.15 Mileto: puerto situado al sur de Éfeso. 16Lo hicimos así porque Pablo, para no demorarse mucho en Asia, no quiso hacer escala en Éfeso, pues deseaba llegar pronto a Jerusalén y, a ser posible, estar allí el día de Pentecostés.#20.16 Véase 20.6 n.
Discurso de Pablo a los ancianos de Éfeso#20.17-38 Único caso en Hch de un discurso de exhortación a los cristianos.
17Hallándose en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso.#20.17 Hch 18.21. 18Cuando llegaron, les dijo: “Vosotros sabéis cómo me he portado desde el primer día que vine a la provincia de Asia,#20.18 Éfeso fue la primera ciudad visitada por Pablo en la provincia de Asia; cf. Hch 18.19, y véase 19.10 n. 19cómo he estado entre vosotros sirviendo siempre al Señor con toda humildad, con muchas lágrimas y en medio de muchas pruebas que me vinieron por lo que querían hacerme los judíos. 20Pero no dejé de anunciaros nada que pudiera seros provechoso, ni de enseñaros en público y en privado. 21A judíos y a no judíos les he dicho que se conviertan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús.#20.21 Cf. Hch 2.38. 22Y ahora me dirijo a Jerusalén obligado por el Espíritu,#20.22 Cf. v. 23, y Hch 16.6-7; 19.21. Obligado por el Espíritu: otra posible traducción, aunque menos probable: obligado en (mi) espíritu. sin saber lo que allí me ha de suceder. 23Lo único que sé es que, en todas las ciudades a donde voy, el Espíritu Santo me dice que me esperan la cárcel y muchos sufrimientos. 24Para mí, sin embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de mi carrera#20.24 2 Ti 4.6-7. y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.
25“Y ahora estoy seguro de que ninguno de vosotros, entre quienes he anunciado el reino de Dios, volverá a verme. 26Por esto quiero deciros hoy que no me siento culpable respecto de vosotros, 27porque os he anunciado todo el plan de Dios, sin ocultaros nada. 28Por lo tanto, estad atentos y cuidad de toda la congregación sobre la que el Espíritu Santo os ha puesto como obispos#20.28 Obispos, gr. episkopos, esto es dirigentes o supervisores. Para referirse a estas mismas personas se usa el término ancianos (gr. presbyteroi) en el v. 17. Cf. también Flp 1.1, y véase Tit 1.6-7 n. para que cuidéis de la iglesia de Dios, la cual compró él con su propia sangre.#20.28 La expresión griega usada aquí, si bien puede significar su propia sangre, puede también traducirse como la sangre del suyo propio (o sea de su Hijo). 29Sé que cuando me vaya vendrán otros que, como lobos feroces, querrán acabar con la iglesia. 30Aun entre vosotros mismos se levantarán algunos que enseñarán mentiras para que los creyentes los sigan.#20.29-30 Lobos feroces: falsos maestros que van a infiltrarse desde fuera (Mt 7.15; cf. Mc 13.22; 2 P 2.1; también Dt 31.29). Las personas a las que se refiere el v. 30 molestarían desde dentro. Cf. 1 Ti 1.3-7 y, en Ap 2.2-7, el mensaje dirigido más tarde a la misma iglesia de Éfeso. 31Estad alerta y recordad que durante tres años#20.31 Tres años: tiempo aproximado; cf. Hch 19.8,10. no dejé de aconsejar día y noche, con lágrimas, a cada uno de vosotros.
32“Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para haceros crecer espiritualmente y para daros todo lo que ha prometido a su pueblo santo. 33No he deseado para mí mismo ni el dinero ni las ropas de nadie.#20.33-34 Cf. 1 S 12.3-5. 34Por el contrario, bien sabéis que he trabajado con mis propias manos para conseguir lo necesario para mí y para los que estaban conmigo.#20.34 Hch 18.3 n. 35Siempre os he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que se encuentran en necesidad,#20.35 Ef 4.28. recordando aquellas palabras del Señor Jesús: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir.’ ”#20.35 Palabras de Jesús no registradas en los evangelios (pero cf. Lc 6.38).
36Dicho esto, Pablo se puso de rodillas y oró junto con todos ellos. 37Todos, llorando, abrazaron y besaron a Pablo. 38Se sentían muy tristes porque les había dicho que no volverían a verle. Luego le acompañaron hasta el barco.

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