YouVersion Logo
Search Icon

COLOSENSES INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
1. Pablo y Colosas
Colosas era en tiempos de Pablo una pequeña ciudad situada en el valle del río Lico a unos 180 km al este de Éfeso. Rica y floreciente en tiempos de Herodoto y Jenofonte, ahora vivía más bien a la sombra de sus vecinas Hierápolis y Laodicea, con las que habitualmente se la asociaba (ver 2,1; 4,13.15-16). Además, en el año 61 d. C. fue arrasada por un violento terremoto.
Parece que Pablo no evangelizó personalmente Colosas. Según los datos de la propia carta, habría sido Epafras, discípulo muy apreciado del Apóstol y con quien incluso compartió prisión durante algún tiempo (ver Flm 23), quien anunció el mensaje cristiano tanto en Colosas como en Hierápolis y Laodicea (ver 1,7-8; 4,12-13). Si, pues, la carta a los Colosenses ha de atribuirse al propio Pablo, el Apóstol, la habría dirigido a creyentes que le eran personalmente desconocidos. Lo que sí parece cierto es que estos cristianos procedían en su inmensa mayoría del paganismo.
2. Marco histórico y peculiaridades de la carta
¿Es Colosenses (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Col) una carta escrita por el propio Pablo, como se ha sostenido de manera unánime hasta el siglo XIX, o hay que colocarla en el grupo de las llamadas “deuteropaulinas”? Es una pregunta de no fácil respuesta. Hoy las opiniones están divididas, si bien la balanza se inclina ligeramente a favor de que haya sido escrita por un discípulo de Pablo, profundo conocedor de su doctrina.
Si hemos de mantener a Pablo como autor directo de la carta, la habría escrito encontrándose encarcelado (4,4.10.18). ¿En Éfeso? ¿En Cesarea del Mar? ¿En Roma? Todas estas posibilidades existen y todas tienen sus partidarios. En consecuencia, la fecha de composición oscilaría entre los años 55 y 62 d. C., aproximadamente. La prisión romana como lugar, los primeros años de la década de los 60 como tiempo y la probable utilización de un secretario para redactar la carta, explicarían suficientemente la evidente diferencia de vocabulario y contenido con respecto a las cartas de la primera época paulina. Si, por el contrario, hay que pensar como autor real en alguien perteneciente a la escuela de Pablo, es prácticamente imposible precisar tiempo y lugar de composición. Ciertamente, no muchos años después de la muerte del Apóstol y antes de la carta a los Efesios, con la que tiene un sorprendente parecido y a la que parece haber inspirado en varios puntos.
En cualquier caso, el motivo de la carta es que en la iglesia de Colosas han hecho aparición ciertas doctrinas erróneas que mezclaban las especulaciones judías acerca de los ángeles con algunos elementos propios de la filosofía griega. Como resultado de este sincretismo religioso, Cristo estaba siendo reducido a uno más entre los diversos poderes de los que Dios se había servido para crear el universo (2,16-23). La fe en Jesucristo, a su vez, se estaba convirtiendo en un mero escalón para ascender a superiores niveles de conocimiento. Pablo, o un discípulo suyo, sale al paso de esta doctrina con una carta en la que afirma contundentemente la suficiencia de la obra salvadora de Cristo y la unicidad y plenitud de su señorío.
Aparte de la semejanza con Efesios a la que hemos aludido más arriba (la misma estructura literaria, la misma temática fundamental, las mismas palabras clave, los mismos o parecidos errores que se combaten), Col ha sido relacionada también con Filemón y Romanos. Con Filemón, en concreto, tiene en común la lista de colaboradores, prácticamente los mismos, consignada en el tramo final de ambas cartas (ver 4,10-14 y Flm 23-24).
3. Contenido de la carta
Comienza la carta con el saludo acostumbrado y la habitual acción de gracias, a los que acompaña esta vez una sentida plegaria a favor de los cristianos de Colosas (1,1-14). Sigue la parte doctrinal de la carta que comprende: una exposición acerca de la naturaleza de Cristo y del lugar que ocupa en el plan salvífico de Dios (1,15-23); una reflexión sobre el papel que corresponde a Pablo en este proyecto salvador de Dios en Cristo (1,24—2,5); y una llamada de atención frente a los falsos maestros de sabiduría que pretenden desbancar a Jesucristo y su mensaje a través de doctrinas y prácticas absolutamente incompatibles con el evangelio (2,6-21).
La segunda parte de la carta reviste un carácter netamente exhortativo. El autor pide a sus lectores que incorporen a su vida sin pérdida de tiempo los valores del evangelio de la gracia. Eso significa que han de vivir una vida nueva unidos a Cristo resucitado (3,1-17), que han de comportarse familiar y socialmente como exige el mensaje que les ha sido proclamado (3,18—4,1) y que han de cultivar toda clase de virtudes, también las humanas (4,2-6).
Concluye la carta con las noticias y saludos de rigor (4,7-18) que en este caso ponen a Col particularmente en relación (real o tal vez sólo ficticia) con Efesios (Ef 6,21) y Filemón (Flm 2.10.23-24).
4. Estructura de la carta
— Introducción (1,1-14)
I.— EL MISTERIO SALVADOR DE CRISTO (1,15—2,5)
II.— FALSOS MAESTROS Y FALSAS DOCTRINAS (2,6-23)
III.— LA NUEVA VIDA EN CRISTO (3,1—4,1)
— Conclusión (4,2-18)
CARTA A LOS COLOSENSES

Highlight

Share

Copy

None

Want to have your highlights saved across all your devices? Sign up or sign in

YouVersion uses cookies to personalize your experience. By using our website, you accept our use of cookies as described in our Privacy Policy