JEREMÍAS 20
20
1Pasjur, hijo de Imer, el principal sacerdote supervisor del Templo del Señor, oyó a Jeremías profetizar todo aquello. 2Entonces Pasjur mandó que azotaran al profeta Jeremías y que lo metieran en el cepo que hay en la Puerta de Benjamín#20,2: Puerta de Benjamín: Ver nota a 17,19., la de arriba, en el Templo del Señor. 3A la mañana siguiente mandó Pasjur sacar a Jeremías del cepo. Jeremías entonces le dijo:
— El Señor ya no te llama Pasjur, sino Magor Missabib (Terror-En-Derredor)#20,3: Terror-En-Derredor: Pasjur recibe un nuevo nombre en relación con su injusta actividad socio-religiosa, descargando así sobre el sacerdote la acusación vertida sobre el propio Jeremías (ver 20,10).; 4pues así dice el Señor: Te voy a convertir en terror para ti y todos tus allegados, que caerán abatidos por la espada enemiga delante de tus ojos. Y voy a entregar a toda la gente de Judá en manos del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia donde los matará a espada.#2 Re 24,12-15; 25,11-15; Is 39,6. 5Respecto a la riqueza de esta ciudad, a sus posesiones, a sus objetos de valor y a todos los tesoros de los reyes de Judá, voy a ponerlos a merced de sus enemigos, que los saquearán, los tomarán y se los llevarán a Babilonia. 6Y tú, Pasjur, junto con toda la gente de tu casa, irás al destierro, a Babilonia. Allí morirás y allí serás enterrado con todos tus allegados, a quienes profetizabas en falso#20,6: en falso: Este altercado de Jeremías con Pasjur recuerda, en forma y contenido, al violento encuentro entre Amós y el sacerdote Amasías (Am 7,10-17)..
Quinta y última confesión
7Me sedujiste#20,7-18: Quinta y última confesión: Ver nota a 11,18-20. En realidad esta última “confesión” se compone de dos partes (20, 7-13 y 20,14-18) originalmente independientes entre sí, pero que han sido más tarde objeto de una fusión redaccional. En ambas es patente el tono de lamentación individual.— sedujiste: El término hebreo “seducir” implica de alguna forma el engaño. En consecuencia, las palabras de Jeremías implican al menos una velada acusación al propio Señor., Señor, y quedé seducido;
me agarraste con fuerza y me sometiste.
Yo era objeto de mofa todo el día,
todo el mundo se burlaba de mí.#11,18—12,6+.#38,22.
8Cuando hablo, tengo que gritar
anunciando violencia y destrucción;
la palabra del Señor me servía
de insulto y burla todo el día.#Am 3,8; Sal 44,14; Lm 3,14.
9Me decía: No me acordaré más de él,
no hablaré más en su nombre.
Pero algo ardía en mi corazón como fuego,
algo ardiente encerrado en mis huesos,
que trataba inútilmente de apagar.
10Oía a muchos murmurar:
“Este es Terror-En-Derredor,
denunciadlo, vamos a denunciarlo”.
La gente que me era más cercana
andaba acechando mi traspié:
“Tal vez, seducido#20,10: Terror-En-Derredor: Ver nota a 20,3.— seducido: El término hebreo es el mismo utilizado en v. 7 referido al Señor (ver nota a 20,7)., lo sometamos
y podamos vengarnos de él”.#Sal 31,14.
11Pero el Señor está conmigo
como poderoso defensor;
por eso tropiezan al perseguirme
y son incapaces de someterme.
Quedan decepcionados al fracasar,
nunca se olvidará su eterno deshonor.#1,8+; Sal 35,4; 40,15.
12Señor, que examinas al honrado,
que ves sentimientos y pensamientos,
¡que yo vea que te vengas de ellos#20,12: sentimientos y pensamientos: Lit. riñones y corazón.— te vengas de ellos: No se trata de un deseo irracional, sino de una aplicación de la teología de la retribución (ver nota a 18,18-23).,
ya que a ti he encomendado mi causa!#11,20.
13¡Cantad al Señor, alabad al Señor,
que libró la vida del pobre
del poder#20,13: vida… poder: Lit. garganta… manos. de los malvados! #15,21; Sal 97,10.
14¡Maldito el día en que nací#20,14-18: Maldito el día en que nací…: Este poema (ver nota a 20,7-18) recuerda muy de cerca a Jb 3.;
no sea bendito el día
en que me dio a luz mi madre!#Jb 3,3-11.
15¡Maldito el que felicitó
a mi padre diciendo:
“Te ha nacido un hijo varón”,
dándole así una alegría!
16¡Sea ese hombre como las ciudades
que el Señor destruyó sin compasión!
¡Que oiga alaridos por la mañana
y toque de alarma a mediodía!#Gn 19,24-25.
17¡Por qué no me mataría en el vientre!
Mi madre habría sido mi tumba,
con su vientre preñado para siempre.
18¿Para qué salí del vientre?
¿Para pasar penas y problemas
y consumir mis días deshonrado?
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JEREMÍAS 20: BTI
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La Biblia, Traducción Interconfesional (BTI) versión española Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2008 Utilizada con permiso