Observa, Descansa, Repiteமாதிரி

La soledad puede ser tu realidad, ya sea que estés en medio de una multitud masiva o te hayas escondido de todos.

Los sentimientos de aislamiento pueden hacer que te sientas fuera de sincronía y rechazado por todos, incluso cuando no es cierto.

Ellos no entenderían.

Soy el único que alguna vez ha sentido/experimentado esto.

Si soy honesto acerca de lo que estoy pensando o sintiendo, finalmente me rechazarán.

El desafío es que cuando más necesitamos la sabiduría y el amor incondicional de un amigo, a menudo somos vulnerables a las mentiras que aumentan nuestro aislamiento y nos convencen de alejarnos deliberadamente de las personas.

Ponemos barreras para mantener a las personas alejadas cuando nuestro dolor es demasiado grande.

Pero entretejido a lo largo de nuestro ADN físico y espiritual está la necesidad de relación.

Los versículos de hoy nos recuerdan el poder que proviene de tener, incluso a otra persona, cuando vienen las tormentas y soplan los vientos y la fuerza inquebrantable que viene cuando Dios es tu tercera cuerda.

Ya sea que la persona esté llena de palabras de sabiduría o simplemente se siente contigo y te escuche, recibir simpatía puede cambiar tu perspectiva y aligerar tu carga.

Un amigo puede recordarte la verdad, animarte a aguantar y estar contigo mientras te vuelves más fuerte.

Probablemente llegará un momento en que necesitarán que los sostengas y les recuerdes la verdad.

En 2 Corintios 1:4, se nos anima a: “Consolar a los que tienen problemas con el consuelo que nosotros mismos hemos recibido de Dios”. La imagen es de caminar junto a otros como Dios ha caminado junto a nosotros.

Hay tanta autenticidad cuando alguien ha caminado por el mismo camino que tú y puede ofrecerte palabras de consuelo y ánimo probadas por el tiempo. Los detalles pueden no ser los mismos, pero la fortaleza de tener a alguien presente no tiene precio.

Responde estas preguntas:

¿De qué manera el reconocer que la tristeza y el dolor son parte de la vida de todos puede animarte a correr el riesgo de ser auténtico con alguien acerca de lo que estás pensando, experimentando o enfrentando?

Tómate un momento para orar y pedirle a Dios que te revele con quién necesitas conectarte para proveer o ganar fuerza. Nombra a alguien a quien puedas acercarte para que te consuele (para que camine a tu lado) y alguien más a quien puedas consolar (caminar a su lado).