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Apocalipsis 7:6 (NVI)
de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;
Apocalipsis 7:7 (NVI)
de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil;
Apocalipsis 7:8 (NVI)
de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benjamín, doce mil.
Apocalipsis 7:9 (NVI)
Después de esto miré y apareció una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de ropas blancas y con ramas de palma en la mano.
Apocalipsis 7:10 (NVI)
Proclamaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!».
Apocalipsis 7:11 (NVI)
Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes. Se postraron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios
Apocalipsis 7:12 (NVI)
diciendo: «¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!».
Apocalipsis 7:13 (NVI)
Entonces uno de los ancianos me preguntó: —Esos que están vestidos de blanco, ¿quiénes son y de dónde vienen?
Apocalipsis 7:14 (NVI)
—Eso tú lo sabes, mi señor —respondí. Él me dijo: —Aquellos son los que están saliendo de la gran tribulación; han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.
Apocalipsis 7:15 (NVI)
Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo; el que está sentado en el trono les dará refugio con su presencia.
Apocalipsis 7:16 (NVI)
Ya no sufrirán hambre ni sed. No los abatirá el sol ni ningún calor abrasador.
Apocalipsis 7:17 (NVI)
Porque el Cordero que está en el trono los gobernará y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 8:1 (NVI)
Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, hubo silencio en el cielo como por media hora.
Apocalipsis 8:2 (NVI)
Y vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, a los cuales se les dieron siete trompetas.
Apocalipsis 8:3 (NVI)
Se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un incensario de oro y se le entregó mucho incienso para ofrecerlo, junto con las oraciones de todo el pueblo de Dios, sobre el altar de oro que está delante del trono.
Apocalipsis 8:4 (NVI)
Y junto con esas oraciones, subió el humo del incienso desde la mano del ángel hasta la presencia de Dios.
Apocalipsis 8:5 (NVI)
Luego el ángel tomó el incensario y lo llenó con brasas del altar, las cuales arrojó sobre la tierra; y se produjeron truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto.
Apocalipsis 8:6 (NVI)
Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
Apocalipsis 8:7 (NVI)
El primero tocó su trompeta y fueron arrojados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
Apocalipsis 8:8 (NVI)
El segundo ángel tocó su trompeta y fue arrojado al mar algo que parecía una enorme montaña envuelta en llamas. La tercera parte del mar se convirtió en sangre,
Apocalipsis 8:9 (NVI)
entonces murió la tercera parte de las criaturas que viven en el mar; también fue destruida la tercera parte de los barcos.
Apocalipsis 8:10 (NVI)
El tercer ángel tocó su trompeta y una enorme estrella, que ardía como una antorcha, cayó desde el cielo sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales.
Apocalipsis 8:11 (NVI)
La estrella se llama Amargura. Y la tercera parte de las aguas se volvió amarga y por causa de esas aguas murió mucha gente.
Apocalipsis 8:12 (NVI)
El cuarto ángel tocó su trompeta y fue asolada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas, de modo que se oscureció la tercera parte de ellos. Así quedó sin luz la tercera parte del día y la tercera parte de la noche.
Apocalipsis 8:13 (NVI)
Seguí observando y oí un águila que volaba en medio del cielo y gritaba fuertemente: «¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de los habitantes de la tierra cuando suenen las tres trompetas que los últimos tres ángeles están a punto de tocar!».