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Jeremías 7:30 (NVI)
»”La gente de Judá ha hecho el mal que yo detesto —afirma el Señor . Han profanado la casa que lleva mi Nombre al colocar allí sus ídolos abominables.
Jeremías 7:31 (NVI)
Además, construyeron los altares paganos de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la mente.
Jeremías 7:32 (NVI)
Por eso llegarán días —afirma el Señor —, cuando ya no lo llamarán más Tofet ni valle de Ben Hinón, sino valle de la Matanza y, a falta de otro lugar, en Tofet enterrarán a sus muertos.
Jeremías 7:33 (NVI)
Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.
Jeremías 7:34 (NVI)
Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo y los cánticos del novio y de la novia, porque esta tierra quedará desolada.
Jeremías 8:1 (NVI)
»”En aquel tiempo —afirma el Señor —, se exhumarán de sus sepulcros los huesos de los reyes y de los oficiales de Judá, de los sacerdotes, de los profetas y de los habitantes de Jerusalén.
Jeremías 8:2 (NVI)
Quedarán expuestos al sol, a la luna y a todas las estrellas del cielo, a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No los recogerán ni los enterrarán; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra!
Jeremías 8:3 (NVI)
En todos los lugares por donde yo disperse a los sobrevivientes de esta nación malvada, los que hayan quedado preferirán la muerte a la vida”, afirma el Señor de los Ejércitos.
Jeremías 8:4 (NVI)
»Pero tú les advertirás que así dice el Señor : »“Cuando los hombres caen, ¿acaso no se levantan? Cuando uno se desvía, ¿acaso no vuelve al camino?
Jeremías 8:5 (NVI)
¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía? Se aferran al engaño y no quieren volver a mí.
Jeremías 8:6 (NVI)
He escuchado con suma atención, para ver si alguien habla con rectitud, pero nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho. Todos siguen su loca carrera, como caballos desbocados en combate.
Jeremías 8:7 (NVI)
Aun la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben emigrar. Pero mi pueblo no conoce las exigencias del Señor .
Jeremías 8:8 (NVI)
»”¿Cómo se atreven a decir: ‘Somos sabios; la Ley del Señor nos apoya’, si la pluma engañosa de los escribas la ha falsificado?
Jeremías 8:9 (NVI)
Los sabios serán avergonzados, serán atrapados y abatidos. Si han rechazado la palabra del Señor , ¿qué sabiduría pueden tener?
Jeremías 8:10 (NVI)
Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres y sus campos a otros dueños. Porque desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.
Jeremías 8:11 (NVI)
Curan por encima la herida de mi pueblo y les desean: ‘¡Paz, paz!’, cuando en realidad no hay paz.
Jeremías 8:12 (NVI)
¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada y ni siquiera saben lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados”, dice el Señor .
Jeremías 8:13 (NVI)
»“Voy a arrancarlos por completo”, afirma el Señor , “no encuentro uvas en la viña ni hay higos en la higuera; sus hojas están marchitas. ¡Voy, pues, a quitarles lo que les he dado!”».
Jeremías 8:14 (NVI)
¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos está destruyendo. Nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra él.
Jeremías 8:15 (NVI)
Esperábamos paz, pero no llegó nada bueno. Esperábamos un tiempo de salud, pero solo nos llegó el terror.
Jeremías 8:16 (NVI)
Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; cuando relinchan sus corceles, tiembla toda la tierra. Vienen a devorarse el país y todo lo que hay en él, la ciudad y todos sus habitantes.
Jeremías 8:18 (NVI)
La aflicción me abruma; mi corazón desfallece.
Jeremías 8:19 (NVI)
El clamor de mi pueblo se levanta y viene de una tierra lejana: «¿Acaso no está el Señor en Sión? ¿No está allí su Rey?». «¿Por qué me provocan con sus ídolos, con sus dioses inútiles y extraños?».
Jeremías 8:20 (NVI)
«Pasó la cosecha, se acabó el verano y nosotros no hemos sido salvados».
Jeremías 8:21 (NVI)
Por la herida de mi pueblo estoy herido; estoy de luto, el terror se apoderó de mí.