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Jeremías 10:17 (NVI)
Recoge del suelo tus pertenencias, tú que te encuentras sitiado.
Jeremías 11:17 (NVI)
El Señor de los Ejércitos, el que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti, por causa de la maldad que cometieron el pueblo de Israel y la tribu de Judá. Dice el Señor : «Me han ofendido al quemar incienso a Baal».
Jeremías 16:17 (NVI)
Porque mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.
Jeremías 18:17 (NVI)
Como un viento del este, los esparciré delante del enemigo. En el día de su calamidad les daré la espalda y no la cara».
Jeremías 20:17 (NVI)
¿Por qué Dios no me dejó morir en el seno de mi madre? Así ella habría sido mi tumba y yo jamás habría salido de su vientre.
Jeremías 27:17 (NVI)
No les hagan caso. Sométanse al rey de Babilonia y seguirán con vida. ¿Por qué ha de convertirse en ruinas esta ciudad?
Jeremías 28:17 (NVI)
En efecto, el profeta Jananías murió en el mes séptimo de ese mismo año.
Jeremías 29:17 (NVI)
Así dice el Señor de los Ejércitos: «Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Haré que sean como higos podridos, que de tan malos no se pueden comer.
Jeremías 30:17 (NVI)
Porque yo restauraré tu salud y sanaré tus heridas”, afirma el Señor , “porque te han llamado la desechada, la pobre Sión, la que a nadie le importa”.
Jeremías 32:17 (NVI)
»¡Ah, mi Señor y Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
Jeremías 33:17 (NVI)
Porque así dice el Señor : «Nunca faltará a David un descendiente que ocupe el trono del pueblo de Israel.
Jeremías 36:17 (NVI)
Luego preguntaron a Baruc: —Dinos, ¿cómo fue que escribiste todo esto? ¿Te lo dictó Jeremías?
Jeremías 37:17 (NVI)
El rey Sedequías mandó que trajeran a Jeremías al palacio y allí le preguntó en secreto: —¿Has recibido alguna palabra del Señor ? —Sí —respondió Jeremías—, usted será entregado en manos del rey de Babilonia.
Jeremías 38:17 (NVI)
Jeremías dijo a Sedequías: —Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Si se rinde ante los oficiales del rey de Babilonia, salvará su vida, esta ciudad no será incendiada y usted y su familia vivirán.
Jeremías 39:17 (NVI)
Pero en ese mismo día yo te rescataré —afirma el Señor —, y no caerás en las manos de los hombres que temes.
Jeremías 46:17 (NVI)
Allí gritan: “¡El faraón es puro ruido! ¡El rey de Egipto ya perdió su oportunidad!”.
Jeremías 48:17 (NVI)
Lloren por él todos sus vecinos, los que saben de su fama. Digan: “¡Cómo se ha quebrado la vara de mando tan poderosa e imponente!”.
Jeremías 49:17 (NVI)
«Tan espantosa será la caída de Edom que todo el que pase por él quedará atónito y se burlará de todas sus heridas.
Jeremías 50:17 (NVI)
»Israel es como un rebaño descarriado, acosado por los leones. Primero lo devoró el rey de Asiria y luego Nabucodonosor, rey de Babilonia, le quebró todos los huesos».
Jeremías 51:17 (NVI)
»La humanidad es necia e ignorante; todo orfebre se avergüenza de sus ídolos. Sus imágenes son un engaño y no hay en ellas aliento de vida.
Jeremías 52:17 (NVI)
Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente de bronce que estaban en el Templo del Señor , y se llevaron todo el bronce a Babilonia.
Jeremías 29:11 (NVI)
Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:13 (NVI)
Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Jeremías 1:1 (NVI)
Estas son las palabras de Jeremías, hijo de Jilquías. Jeremías provenía de una familia sacerdotal de Anatot, ciudad del territorio de Benjamín.
Jeremías 1:2 (NVI)
La palabra del Señor vino a Jeremías en el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón y rey de Judá.