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1 Corintios 1:18 (NVI)
Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.
1 Corintios 1:19 (NVI)
Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes».
1 Corintios 1:20 (NVI)
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo?
1 Corintios 1:21 (NVI)
Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.
1 Corintios 1:22 (NVI)
Los judíos piden señales y los que no son judíos buscan sabiduría,
1 Corintios 1:23 (NVI)
mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos y es locura para los no judíos,
1 Corintios 1:24 (NVI)
pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o no sean, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.
1 Corintios 1:25 (NVI)
Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.
1 Corintios 1:26 (NVI)
Hermanos, consideren su propio llamamiento: no muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; tampoco son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna.
1 Corintios 1:27 (NVI)
Pero Dios escogió lo tonto del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos.
1 Corintios 1:28 (NVI)
También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es,
1 Corintios 1:29 (NVI)
a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.
1 Corintios 1:30 (NVI)
Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;
1 Corintios 1:31 (NVI)
para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor».
1 Corintios 2:1 (NVI)
Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el misterio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría.
1 Corintios 2:2 (NVI)
Me decidí más bien, estando entre ustedes, a no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo y de este crucificado.
1 Corintios 2:3 (NVI)
Es más, me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo.
1 Corintios 2:4 (NVI)
No les hablé ni prediqué con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del poder del Espíritu,
1 Corintios 2:5 (NVI)
para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.
1 Corintios 2:6 (NVI)
En cambio, hablamos con sabiduría entre los que han alcanzado madurez, pero no con la sabiduría de este mundo ni con la de sus gobernantes, los cuales terminarán en nada.
1 Corintios 2:7 (NVI)
Más bien, exponemos el misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad.
1 Corintios 2:8 (NVI)
Ninguno de los gobernantes de este mundo la entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
1 Corintios 2:10 (NVI)
Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios.
1 Corintios 2:11 (NVI)
En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.
1 Corintios 2:12 (NVI)
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido.