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Search results for: 2 Crónicas 7

2 Crónicas 20:11 (NVI)

¡Mira cómo nos pagan ahora, viniendo a arrojarnos de la tierra que tú nos diste como herencia!

2 Crónicas 20:12 (NVI)

Dios nuestro, ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud que viene a atacarnos. ¡No sabemos qué hacer! Pero en ti hemos puesto nuestra esperanza».

2 Crónicas 20:13 (NVI)

Todos los hombres de Judá estaban de pie delante del Señor , junto con sus mujeres y sus hijos, aun los más pequeños.

2 Crónicas 20:14 (NVI)

Entonces el Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel, hijo de Zacarías y descendiente en línea directa de Benaías, Jeyel y Matanías. Este último era un levita de los hijos de Asaf que se encontraba en la asamblea.

2 Crónicas 20:15 (NVI)

Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también usted, rey Josafat. Así dice el Señor : “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía.

2 Crónicas 20:16 (NVI)

Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, frente al desierto de Jeruel.

2 Crónicas 20:17 (NVI)

Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque el Señor , estará con ustedes”».

2 Crónicas 20:18 (NVI)

Josafat y todos los habitantes de Judá y de Jerusalén se postraron rostro en tierra y adoraron al Señor .

2 Crónicas 20:19 (NVI)

Los levitas de los hijos de Coat y de Coré se pusieron de pie para alabar al Señor Dios de Israel a voz en cuello.

2 Crónicas 20:20 (NVI)

Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: «Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor su Dios y estarán seguros! ¡Confíen en sus profetas y tendrán éxito!».

2 Crónicas 20:21 (NVI)

Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar la hermosura de su santidad con el cántico: «Den gracias al Señor , pues su gran amor perdura para siempre».

2 Crónicas 20:22 (NVI)

Tan pronto como empezaron a entonar este cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido contra Judá y los derrotó.

2 Crónicas 20:23 (NVI)

De hecho, los amonitas y los moabitas atacaron a los habitantes de los montes de Seír y los mataron hasta aniquilarlos. Luego de exterminar a los habitantes de Seír, ellos mismos se atacaron y se mataron unos a otros.

2 Crónicas 20:24 (NVI)

Cuando los hombres de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida!

2 Crónicas 20:25 (NVI)

Entonces Josafat y su gente fueron para apoderarse del botín. Entre los cadáveres encontraron muchas riquezas, vestidos y joyas preciosas. Cada uno se apoderó de todo lo que quiso hasta más no poder. Era tanto el botín que tardaron tres días en recogerlo.

2 Crónicas 20:26 (NVI)

El cuarto día se congregaron en el valle de Beracá, y alabaron al Señor ; por eso llamaron a ese lugar el valle de Beracá, nombre con el que hasta hoy se le conoce.

2 Crónicas 20:27 (NVI)

Más tarde, todos los de Judá y Jerusalén, con Josafat a la cabeza, regresaron a Jerusalén llenos de alegría porque el Señor los había librado de sus enemigos.

2 Crónicas 20:28 (NVI)

Al llegar a Jerusalén, fueron al Templo del Señor al son de liras, arpas y trompetas.

2 Crónicas 20:29 (NVI)

Al oír las naciones de la tierra cómo el Señor había peleado contra los enemigos de Israel, el temor de Dios se apoderó de ellas.

2 Crónicas 20:30 (NVI)

Por lo tanto, el reinado de Josafat disfrutó de tranquilidad y Dios le dio paz por todas partes.

2 Crónicas 20:31 (NVI)

Josafat tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar en Judá y reinó en Jerusalén veinticinco años. El nombre de su madre era Azuba, hija de Siljí.

2 Crónicas 20:32 (NVI)

Siguió el buen ejemplo de su padre Asá y nunca se desvió de él, sino que hizo lo que agrada al Señor .

2 Crónicas 20:33 (NVI)

Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, pues el pueblo aún no se había consagrado al Dios de sus antepasados.

2 Crónicas 20:34 (NVI)

Los demás acontecimientos del reinado de Josafat, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas de Jehú, hijo de Jananí, que forman parte del libro de los reyes de Israel.

2 Crónicas 20:35 (NVI)

Después de esto, Josafat, rey de Judá, se alió con el perverso Ocozías, rey de Israel,

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