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Romanos 8:19 (NVI)
La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,
Romanos 8:20 (NVI)
pues fue sometida a la frustración, no por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza
Romanos 8:21 (NVI)
de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Romanos 8:22 (NVI)
Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto.
Romanos 8:23 (NVI)
Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 8:24 (NVI)
Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero esperar lo que ya se ve no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya ve?
Romanos 8:25 (NVI)
Pero si esperamos lo que todavía no vemos, en la espera mostramos nuestra constancia.
Romanos 8:27 (NVI)
Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.
Romanos 8:29 (NVI)
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8:30 (NVI)
A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Romanos 8:32 (NVI)
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?
Romanos 8:33 (NVI)
¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.
Romanos 8:34 (NVI)
¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió e incluso resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.
Romanos 8:36 (NVI)
Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!».
Romanos 5:8 (NVI)
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 1:8 (NVI)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe.
Romanos 2:8 (NVI)
Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán ira y enojo de Dios.
Romanos 3:8 (NVI)
¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?». Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!
Romanos 4:8 (NVI)
¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!».
Romanos 6:8 (NVI)
Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él.
Romanos 7:8 (NVI)
Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la Ley el pecado está muerto.
Romanos 9:8 (NVI)
En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa.
Romanos 10:8 (NVI)
¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti, la tienes en la boca y en el corazón». Esta es la palabra de fe que predicamos:
Romanos 11:8 (NVI)
como está escrito: «Dios les dio un espíritu insensible, ojos con los que no pueden ver y oídos con los que no pueden oír, hasta el día de hoy».
Romanos 12:8 (NVI)
si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.