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Search results for: Miqueas 6

Miqueas 1:4 (NVI)

A su paso se derriten los montes como la cera junto al fuego; se agrietan los valles como partidos por el agua de un torrente.

Miqueas 1:5 (NVI)

Y todo esto por la transgresión de Jacob, por los pecados del pueblo de Israel. ¿Acaso no representa Samaria la transgresión de Jacob? ¿Y no es acaso en Jerusalén donde están los altares paganos de Judá?

Miqueas 1:7 (NVI)

Todos sus ídolos serán hechos pedazos; y todo tu pago será arrojado al fuego. Yo destrozaré todas sus imágenes. Lo que ganó como prostituta, en paga de prostituta se convertirá.

Miqueas 1:8 (NVI)

Por eso lloraré y gritaré de dolor y andaré descalzo y desnudo. Aullaré como chacal y gemiré como avestruz.

Miqueas 1:9 (NVI)

Porque la herida de Samaria es incurable: ha llegado hasta Judá. Se ha extendido hasta mi pueblo, ¡hasta la entrada misma de Jerusalén!

Miqueas 1:10 (NVI)

No lo anuncien en Gat, no se entreguen al llanto. En Bet Leafrá, revuélquense en el polvo.

Miqueas 1:11 (NVI)

Habitantes de Safir, emigren desnudos y humillados. Los habitantes de Zanán no se atrevieron a salir. Bet Ésel está gimiendo, y va a retirarles su apoyo.

Miqueas 1:12 (NVI)

Se retuercen esperando el bien, los habitantes de Marot; el Señor ha enviado el mal hasta la entrada misma de Jerusalén.

Miqueas 1:13 (NVI)

Habitantes de Laquis, ¡enganchen al carro los corceles! Con ustedes comenzó el pecado de la hija de Sión; en ustedes se hallaron los delitos de Israel.

Miqueas 1:14 (NVI)

Por tanto, despídanse de Moréset Gat. Los edificios de la ciudad de Aczib son una trampa para los reyes de Israel.

Miqueas 1:15 (NVI)

Habitantes de Maresá, yo enviaré contra ustedes un conquistador y hasta Adulán irán a parar los nobles de Israel.

Miqueas 1:16 (NVI)

Así que rasúrate la barba y rápate la cabeza; haz duelo por tus amados hijos. Agranda tu calva como la del buitre, pues irán al exilio lejos de ti.

Miqueas 2:1 (NVI)

¡Ay de los que piensan en el mal y aun en sus camas traman planes malvados! En cuanto amanece, los llevan a cabo porque tienen el poder en sus manos.

Miqueas 2:2 (NVI)

Codician campos y se apropian de ellos; codician casas y de ellas se adueñan. Oprimen al dueño y a su familia, al hombre y a su propiedad.

Miqueas 2:3 (NVI)

Por tanto, así dice el Señor : «Ahora soy yo el que piensa traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar. Ya no andarán erguidos, porque ha llegado la hora de su calamidad.

Miqueas 2:4 (NVI)

En aquel día se les hará burla, y se les cantará este lamento: “¡Estamos perdidos! Se están repartiendo los campos de mi pueblo. ¡Cómo me los arrebatan! Nuestra tierra se la reparten los traidores”».

Miqueas 2:5 (NVI)

Por eso no tendrán en la asamblea del Señor a nadie que reparta la tierra.

Miqueas 2:7 (NVI)

Descendientes de Jacob, acaso no se dice: «¿Ha perdido el Espíritu del Señor la paciencia? ¿Es esta su manera de actuar?». «¿Acaso no hacen bien mis palabras para el que camina en rectitud?

Miqueas 2:8 (NVI)

Ayer ustedes eran mi pueblo, pero hoy se han vuelto mis enemigos. A los que pasan confiados, a los que vuelven de la guerra, los despojan de su manto.

Miqueas 2:9 (NVI)

Echan de sus preciadas casas a las mujeres de mi pueblo. Quitan mi bendición de sus niños para siempre.

Miqueas 2:10 (NVI)

¡Levántense! ¡Pónganse en marcha, que este no es un lugar de reposo! ¡Está contaminado, destruido sin remedio!

Miqueas 2:11 (NVI)

Si con la intención de mentirles llega algún engañador prometiendo abundancia de vino y cerveza, este pueblo lo verá como un profeta.

Miqueas 2:12 (NVI)

»Te aseguro, Jacob, que yo reuniré a todo tu pueblo. Te aseguro, Israel, que yo juntaré a tu remanente. Los congregaré como a rebaño en el redil y como ovejas en medio del pastizal; la multitud hará gran alboroto.

Miqueas 2:13 (NVI)

El que abre brecha marchará al frente y también ellos se abrirán camino; atravesarán la puerta y se irán, mientras su Rey avanza al frente, mientras el Señor va a la cabeza».

Miqueas 3:1 (NVI)

Entonces dije: «Escuchen, príncipes de Jacob, autoridades del pueblo de Israel: ¿Acaso no corresponde a ustedes conocer el derecho?

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