Search results for: Apocalipsis 21
Apocalipsis 19:2 (NVI)
pues sus juicios son verdaderos y justos: ha condenado a la gran prostituta que con sus adulterios corrompía la tierra; ha vindicado la sangre de los siervos de Dios derramada por ella».
Apocalipsis 19:3 (NVI)
Y volvieron a exclamar: «¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos».
Apocalipsis 19:4 (NVI)
Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: «¡Amén, Aleluya!».
Apocalipsis 19:5 (NVI)
Y del trono salió una voz que decía: «¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, quienes con reverente temor le sirven!».
Apocalipsis 19:6 (NVI)
Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el ruido de muchas aguas y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.
Apocalipsis 19:7 (NVI)
¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado
Apocalipsis 19:8 (NVI)
y se le ha concedido vestirse de tela de lino fino, limpio y resplandeciente». (El lino fino representa las acciones justas de los creyentes).
Apocalipsis 19:9 (NVI)
El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”». Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios».
Apocalipsis 19:10 (NVI)
Me postré a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía».
Apocalipsis 19:11 (NVI)
Luego vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra.
Apocalipsis 19:12 (NVI)
Sus ojos resplandecen como llamas de fuego y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él.
Apocalipsis 19:13 (NVI)
Está vestido de un manto teñido en sangre y su nombre es «el Verbo de Dios».
Apocalipsis 19:14 (NVI)
Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de tela de lino fino, blanco y limpio.
Apocalipsis 19:15 (NVI)
De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con cetro de hierro». Él mismo exprime uvas en el lagar para sacar el vino del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso.
Apocalipsis 19:16 (NVI)
En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: rey de reyes y señor de señores.
Apocalipsis 19:17 (NVI)
Vi a un ángel que, parado sobre el sol, gritaba a todas las aves que vuelan en medio del cielo: «Vengan, reúnanse para la gran cena de Dios,
Apocalipsis 19:18 (NVI)
para que coman carne de reyes, de jefes militares y de magnates; carne de caballos y de sus jinetes; carne de toda clase de gente, libres y esclavos, grandes y pequeños».
Apocalipsis 19:19 (NVI)
Entonces vi a la bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra el jinete de aquel caballo y contra su ejército.
Apocalipsis 19:20 (NVI)
Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre.
Apocalipsis 20:1 (NVI)
Vi además a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano.
Apocalipsis 20:2 (NVI)
Sujetó al dragón, a aquella serpiente antigua que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años.
Apocalipsis 20:3 (NVI)
Lo arrojó al abismo, lo encerró y tapó la salida para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años. Después habrá de ser soltado por corto tiempo.
Apocalipsis 20:4 (NVI)
Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.
Apocalipsis 20:5 (NVI)
Esta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.
Apocalipsis 20:6 (NVI)
Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.