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Apocalipsis 17:18 (NVI)
La mujer que has visto es aquella gran ciudad que tiene poder de gobernar sobre los reyes de la tierra».
Apocalipsis 18:1 (NVI)
Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder y la tierra se iluminó con su esplendor.
Apocalipsis 18:2 (NVI)
Gritó a gran voz: «¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno, en nido de toda ave impura y de todo animal detestable.
Apocalipsis 18:3 (NVI)
Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos».
Apocalipsis 18:4 (NVI)
Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas;
Apocalipsis 18:5 (NVI)
pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios.
Apocalipsis 18:6 (NVI)
Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción.
Apocalipsis 18:7 (NVI)
En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.
Apocalipsis 18:8 (NVI)
Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas: pestilencia, aflicción y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».
Apocalipsis 18:9 (NVI)
Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella.
Apocalipsis 18:10 (NVI)
Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!».
Apocalipsis 18:11 (NVI)
Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien compre sus mercaderías:
Apocalipsis 18:12 (NVI)
artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; tela de lino fino, color púrpura, telas de seda y color escarlata; toda clase de maderas aromáticas; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol;
Apocalipsis 18:13 (NVI)
cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.
Apocalipsis 18:14 (NVI)
Y dirán: «Se ha apartado de ti el fruto que con toda el alma codiciabas. Has perdido todas tus cosas suntuosas y espléndidas, y nunca las recuperarás».
Apocalipsis 18:15 (NVI)
Los comerciantes que vendían estas mercaderías y se habían enriquecido a costa de ella se mantendrán a distancia, aterrorizados al ver semejante castigo. Llorarán y harán lamentación:
Apocalipsis 18:16 (NVI)
«¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad, vestida de tela de lino fino, de color púrpura y escarlata, adornada con oro, piedras preciosas y perlas,
Apocalipsis 18:17 (NVI)
porque en una sola hora ha quedado destruida toda su riqueza!». Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos.
Apocalipsis 18:18 (NVI)
Al ver el humo del fuego que la consume, exclamarán: «¿Qué otra ciudad podría compararse con esta gran ciudad?».
Apocalipsis 18:19 (NVI)
Se echaron polvo en la cabeza, llorando y lamentándose a gritos: «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad con cuya opulencia se enriquecieron todos los dueños de flotas navieras! ¡En una sola hora ha quedado destruida!
Apocalipsis 18:20 (NVI)
»¡Alégrate, oh cielo, por lo que le ha sucedido! ¡Alégrense también ustedes, creyentes, apóstoles y profetas!, porque Dios, al juzgarla, les ha hecho justicia».
Apocalipsis 18:22 (NVI)
Jamás volverá a oírse en ti la música de los cantantes y de arpas, flautas y trompetas. Jamás volverá a hallarse en ti ningún tipo de artesano. Jamás volverá a oírse en ti el ruido de la rueda de molino.
Apocalipsis 18:23 (NVI)
Jamás volverá a brillar en ti la luz de ninguna lámpara. Jamás volverá a sentirse en ti la voz del novio y de la novia. Porque tus comerciantes eran los magnates del mundo, porque con tus hechicerías engañaste a todas las naciones,
Apocalipsis 18:24 (NVI)
porque en ti se halló sangre de profetas y de creyentes y de todos los que han sido asesinados en la tierra».
Apocalipsis 19:1 (NVI)
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios,