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Eclesiastés 4:1 (NVI)
Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.
Eclesiastés 4:2 (NVI)
Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven,
Eclesiastés 4:3 (NVI)
aunque en mejor situación están los que aún no han nacido, los que todavía no han visto la maldad que se comete bajo el sol.
Eclesiastés 4:4 (NVI)
Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!
Eclesiastés 4:5 (NVI)
El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo.
Eclesiastés 4:6 (NVI)
Mejor un puñado de tranquilidad que dos de fatiga y de correr tras el viento.
Eclesiastés 4:7 (NVI)
Me fijé entonces en otra vanidad bajo el sol:
Eclesiastés 4:8 (NVI)
Vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos. Nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto», se preguntó, «y me abstengo de las cosas buenas?». ¡También esto es vanidad y una penosa tarea!
Eclesiastés 4:9 (NVI)
Mejor son dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.
Eclesiastés 4:10 (NVI)
Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
Eclesiastés 4:11 (NVI)
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?
Eclesiastés 4:12 (NVI)
Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!
Eclesiastés 4:13 (NVI)
Mejor es un joven pobre, pero sabio, que un rey viejo, pero necio, que ya no sabe recibir consejos.
Eclesiastés 4:14 (NVI)
Aunque de la cárcel haya ascendido al trono o haya nacido pobre en ese reino,
Eclesiastés 4:15 (NVI)
he visto que la gente que vive bajo el sol apoya al joven que sucede al rey.
Eclesiastés 4:16 (NVI)
Y aunque es incontable la gente que sigue a los reyes, muchos de los que vienen después tampoco quedan contentos con el sucesor. Y también esto es vanidad; ¡es querer alcanzar el viento!
Eclesiastés 5:4 (NVI)
Cuando hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus promesas:
Eclesiastés 1:4 (NVI)
Generación va, generación viene, mas la tierra permanece para siempre.
Eclesiastés 2:4 (NVI)
Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos,
Eclesiastés 3:4 (NVI)
tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para estar de luto y tiempo para bailar;
Eclesiastés 6:4 (NVI)
Porque el abortivo vino de la nada, a las tinieblas va y en las tinieblas permanecerá oculto.
Eclesiastés 7:4 (NVI)
El sabio tiene presente la muerte; el necio solo piensa en la diversión.
Eclesiastés 8:4 (NVI)
Puesto que la palabra del rey tiene autoridad, ¿quién puede pedirle cuentas?
Eclesiastés 9:4 (NVI)
¿Por quién, pues, decidirse? Entre todos los vivos hay esperanza, pues vale más perro vivo que león muerto.
Eclesiastés 10:4 (NVI)
Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto. La tranquilidad es el remedio para los grandes errores.