FAMILIA VCP

Lo que nadie predica | Verdad y Amor ante la Ideología de Género
Reunión general de la Iglesia Vení tal y como sos
Locations & Times
SEMINARIO ESEPA
San Gerardo, San José, San Sebastian, Costa Rica
Saturday 5:30 PM
Verdad y Amor ante la Ideología de Género
Continuamos nuestra serie Lo que nadie predica, donde hemos venido abordando temas muy relevantes para la iglesia, para nuestra vida cristiana y para nuestra cultura. Hoy entramos a uno de los temas más sensibles y debatidos de nuestra época: el homosexualismo y la ideología de género.
Un tema con heridas y confusión
Este es un tema que ha causado mucha polémica, controversia y heridas — tanto en la sociedad como dentro del mismo cuerpo de Cristo. Hay personas fuera de la iglesia que se sienten heridas por cómo los cristianos los han tratado, y también hay cristianos que han sido lastimados por el rechazo o la confusión que este tema genera.
Por eso, hoy quiero abordarlo desde la perspectiva más bíblica y sana posible: desde la gracia y la verdad, como Jesús mismo lo hizo.
Un tema con heridas y confusión
Este es un tema que ha causado mucha polémica, controversia y heridas — tanto en la sociedad como dentro del mismo cuerpo de Cristo. Hay personas fuera de la iglesia que se sienten heridas por cómo los cristianos los han tratado, y también hay cristianos que han sido lastimados por el rechazo o la confusión que este tema genera.
Por eso, hoy quiero abordarlo desde la perspectiva más bíblica y sana posible: desde la gracia y la verdad, como Jesús mismo lo hizo.
El modelo de Jesús: lleno de gracia y de verdad
Juan 1:14 (NBLA) — “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Jesús no era mitad verdad y mitad gracia. Era completamente verdad y completamente gracia. Y esa debe ser también nuestra actitud como iglesia cuando hablamos de este tema.
No podemos hablar del género, la identidad o la sexualidad desde solo un ángulo. Si hablamos solo de verdad, corremos el riesgo de condenar. Si hablamos solo de gracia, corremos el riesgo de justificar el pecado. Pero cuando combinamos ambas —gracia y verdad—, reflejamos el corazón de Cristo.
Juan 1:14 (NBLA) — “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Jesús no era mitad verdad y mitad gracia. Era completamente verdad y completamente gracia. Y esa debe ser también nuestra actitud como iglesia cuando hablamos de este tema.
No podemos hablar del género, la identidad o la sexualidad desde solo un ángulo. Si hablamos solo de verdad, corremos el riesgo de condenar. Si hablamos solo de gracia, corremos el riesgo de justificar el pecado. Pero cuando combinamos ambas —gracia y verdad—, reflejamos el corazón de Cristo.
Propósito del mensaje
Hoy quiero que este mensaje tenga tres propósitos claros:
Exponer con claridad qué dice Dios sobre el género, la sexualidad y la identidad.
Equipar a la iglesia para responder bíblicamente a una cultura confundida, que busca respuestas en lugares equivocados.
Enseñar a amar y acompañar a las personas que se identifican como LGBTQ, con una gracia redentora que refleje el corazón de Cristo.
Y quiero que salgamos entendiendo esto:
👉 Este pecado no es distinto a los demás.
👉 Cristo ofrece salvación y redención para todos los pecados, incluyendo el pecado de la homosexualidad.
👉 Nuestra tarea no es juzgar, sino conectar, amar y transformar para Cristo.
El enfoque correcto
Muchos de nosotros tenemos amigos, familiares o compañeros de trabajo que se identifican con esta comunidad. Y como iglesia, necesitamos estar preparados para:
Entender,
Responder,
Amar,
y Acompañar.
El objetivo no es debatir ni condenar, sino equiparnos para ser luz en medio de la oscuridad.
Jesús nos llamó a ser sal y luz del mundo, no el dedo condenatorio ni el tribunal del mundo.
Hoy quiero que este mensaje tenga tres propósitos claros:
Exponer con claridad qué dice Dios sobre el género, la sexualidad y la identidad.
Equipar a la iglesia para responder bíblicamente a una cultura confundida, que busca respuestas en lugares equivocados.
Enseñar a amar y acompañar a las personas que se identifican como LGBTQ, con una gracia redentora que refleje el corazón de Cristo.
Y quiero que salgamos entendiendo esto:
👉 Este pecado no es distinto a los demás.
👉 Cristo ofrece salvación y redención para todos los pecados, incluyendo el pecado de la homosexualidad.
👉 Nuestra tarea no es juzgar, sino conectar, amar y transformar para Cristo.
El enfoque correcto
Muchos de nosotros tenemos amigos, familiares o compañeros de trabajo que se identifican con esta comunidad. Y como iglesia, necesitamos estar preparados para:
Entender,
Responder,
Amar,
y Acompañar.
El objetivo no es debatir ni condenar, sino equiparnos para ser luz en medio de la oscuridad.
Jesús nos llamó a ser sal y luz del mundo, no el dedo condenatorio ni el tribunal del mundo.
¿Qué es la verdad?
Hoy comenzamos hablando de la verdad, y no quiero hablar solo de síntomas o comportamientos. Quiero ir a la raíz, a la profundidad del problema.
Porque el problema no comienza con una conducta visible, sino con lo que hay en el corazón del hombre. La verdad bíblica no señala solo lo externo, sino la confusión interna, la confusión de identidad que lleva al ser humano a todo tipo de pecado.
La raíz del problema: la confusión de identidad
La raíz del pecado —incluyendo la homosexualidad— no nace en la conducta, sino en la confusión sobre quién soy. El ser humano está perdido en cuanto a su propósito, su sentido y su diseño original. Y cuando no tiene un fundamento eterno, termina adoptando lo que otros le enseñan o modelan.
“Si yo no tengo el fundamento de Dios sobre quién soy, viviré construyendo mi identidad sobre lo que otros digan de mí.”
3. La verdad sobre la identidad: creados a imagen de Dios
Aquí encontramos la primera gran verdad bíblica:
Nuestra identidad no es una construcción social.
Nuestra diferencia sexual es un regalo de Dios.
Nuestro cuerpo expresa la intención de Dios, no un error que hay que corregir.
Dos verdades que establece Génesis 1:27
Nuestra identidad está en la imagen de Dios.
Fuimos creados para reflejar Su carácter y Su naturaleza.
Nuestra identidad no depende de emociones, tendencias o ideologías, sino de nuestra relación con el Creador.
El matrimonio es la representación visible de la unión entre Dios y Su pueblo.
Dios no solo creó al hombre y la mujer, sino también la complementariedad entre ellos.
La relación matrimonial fue diseñada para mostrar cómo Dios quiere relacionarse con la humanidad.
Hoy comenzamos hablando de la verdad, y no quiero hablar solo de síntomas o comportamientos. Quiero ir a la raíz, a la profundidad del problema.
Porque el problema no comienza con una conducta visible, sino con lo que hay en el corazón del hombre. La verdad bíblica no señala solo lo externo, sino la confusión interna, la confusión de identidad que lleva al ser humano a todo tipo de pecado.
La raíz del problema: la confusión de identidad
La raíz del pecado —incluyendo la homosexualidad— no nace en la conducta, sino en la confusión sobre quién soy. El ser humano está perdido en cuanto a su propósito, su sentido y su diseño original. Y cuando no tiene un fundamento eterno, termina adoptando lo que otros le enseñan o modelan.
“Si yo no tengo el fundamento de Dios sobre quién soy, viviré construyendo mi identidad sobre lo que otros digan de mí.”
3. La verdad sobre la identidad: creados a imagen de Dios
Aquí encontramos la primera gran verdad bíblica:
Nuestra identidad no es una construcción social.
Nuestra diferencia sexual es un regalo de Dios.
Nuestro cuerpo expresa la intención de Dios, no un error que hay que corregir.
Dos verdades que establece Génesis 1:27
Nuestra identidad está en la imagen de Dios.
Fuimos creados para reflejar Su carácter y Su naturaleza.
Nuestra identidad no depende de emociones, tendencias o ideologías, sino de nuestra relación con el Creador.
El matrimonio es la representación visible de la unión entre Dios y Su pueblo.
Dios no solo creó al hombre y la mujer, sino también la complementariedad entre ellos.
La relación matrimonial fue diseñada para mostrar cómo Dios quiere relacionarse con la humanidad.
6. El rechazo del diseño de Dios
Romanos 1:25–27
NBLA
25 Porque ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza. 27 De la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.
7 Adoración desviada = conducta distorsionada
La homosexualidad: un reflejo del intercambio de verdades
Nuestra responsabilidad como iglesia
Aquí está la verdad que nos toca comprender, exponer y manifestar:
Hay un diseño divino.
Hay un plan eterno.
Hay un propósito sagrado en nuestra sexualidad y en el matrimonio.
Y cada vez que una persona vive fuera de ese diseño —ya sea en homosexualidad, promiscuidad, adulterio o cualquier otro pecado sexual— está rechazando el propósito de Dios y el mensaje redentor que Dios quiso mostrarnos a través del cuerpo humano y la relación matrimonial.
Romanos 1:25–27
NBLA
25 Porque ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza. 27 De la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.
7 Adoración desviada = conducta distorsionada
La homosexualidad: un reflejo del intercambio de verdades
Nuestra responsabilidad como iglesia
Aquí está la verdad que nos toca comprender, exponer y manifestar:
Hay un diseño divino.
Hay un plan eterno.
Hay un propósito sagrado en nuestra sexualidad y en el matrimonio.
Y cada vez que una persona vive fuera de ese diseño —ya sea en homosexualidad, promiscuidad, adulterio o cualquier otro pecado sexual— está rechazando el propósito de Dios y el mensaje redentor que Dios quiso mostrarnos a través del cuerpo humano y la relación matrimonial.
La Gracia
Lucas 19:10
NBLA
10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».
2 Corintios 5:15–17
NBLA
15 Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne. Aunque hemos conocido a Cristo según la carne, sin embargo, ahora ya no lo conocemos así.17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas.
1 Corintios 6:9–11
NBLA
9 ¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
1 La gracia según la Palabra
Estos tres textos, puestos en secuencia, nos muestran la historia completa de la gracia:
1 Jesús vino a buscarnos y salvarnos.
2 Murió y resucitó para que ya no vivamos para nosotros mismos.
3 Nos lavó, santificó y justificó por Su obra redentora.
2. La esencia de la gracia
¿Qué es la gracia?
La gracia es el amor inmerecido de Dios que nos alcanza en nuestra perdición y nos transforma completamente.
Lucas 19:10
NBLA
10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».
2 Corintios 5:15–17
NBLA
15 Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne. Aunque hemos conocido a Cristo según la carne, sin embargo, ahora ya no lo conocemos así.17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas.
1 Corintios 6:9–11
NBLA
9 ¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
1 La gracia según la Palabra
Estos tres textos, puestos en secuencia, nos muestran la historia completa de la gracia:
1 Jesús vino a buscarnos y salvarnos.
2 Murió y resucitó para que ya no vivamos para nosotros mismos.
3 Nos lavó, santificó y justificó por Su obra redentora.
2. La esencia de la gracia
¿Qué es la gracia?
La gracia es el amor inmerecido de Dios que nos alcanza en nuestra perdición y nos transforma completamente.
IV. Cómo amar con verdad y conectar con gracia
Efesios 4:15
NBLA
15 Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo,
Juan 8:11
NBLA
11 «Ninguno, Señor», respondió ella. Entonces Jesús le dijo: «Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más».
1. El llamado a vivir como Cristo: 100% Verdad y 100% Gracia
Jesús fue 100% verdad y 100% gracia. Ese es nuestro ideal: vivir como cristianos que caminan en ambas dimensiones, sin diluir la verdad ni negar la gracia.
Ambos textos muestran el equilibrio perfecto:
Jesús no negó la verdad: le dijo a la mujer adúltera que no pecara más.
Pero también extendió la gracia: “Yo tampoco te condeno.”
“La verdad sin gracia se siente como juicio; la gracia sin verdad se convierte en mentira.”
Efesios 4:15
NBLA
15 Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo,
Juan 8:11
NBLA
11 «Ninguno, Señor», respondió ella. Entonces Jesús le dijo: «Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más».
1. El llamado a vivir como Cristo: 100% Verdad y 100% Gracia
Jesús fue 100% verdad y 100% gracia. Ese es nuestro ideal: vivir como cristianos que caminan en ambas dimensiones, sin diluir la verdad ni negar la gracia.
Ambos textos muestran el equilibrio perfecto:
Jesús no negó la verdad: le dijo a la mujer adúltera que no pecara más.
Pero también extendió la gracia: “Yo tampoco te condeno.”
“La verdad sin gracia se siente como juicio; la gracia sin verdad se convierte en mentira.”
Consejos prácticos para acompañar con gracia y verdad
El enfoque de este mensaje no es juzgar, sino equipar para ganar a otros para Cristo. Queremos ser luz y sal, no jueces ni críticos. Queremos ganarlos para Cristo y verlos transformados en Cristo.
1. Ora por ellos
Oremos por quienes viven lejos del diseño de Dios, aunque no los conozcamos o no hayamos hablado con ellos. Pidamos que el Señor abra su corazón y nos dé oportunidades para conversar con amor y sabiduría.
2. Conecta con ellos
Busquemos formas genuinas de conectar:
Invítalos a la iglesia.
A un grupo pequeño.
A tomar un café, a comer, a compartir tiempo.
A hacer algo cotidiano juntos (“mejinguear”).
Muchos piensan que los cristianos no quieren ni acercarse a ellos. Pero cuando rompemos esa percepción, abrimos puentes para que Cristo entre.
3. Escucha y acompaña
Escucha. Escucha. Escucha. Esté presente, atento y constante. Escuchar sin interrupciones crea confianza y abre puertas al corazón. Escucha primero, para luego hablar con sabiduría.
4. Habla — pero guía hacia Cristo
Cuando llegue el momento de hablar:
No te enfoques en los comportamientos.
No discutas las prácticas.
Guía hacia Cristo.
Tu meta no es cambiar sus actos, sino llevarlos a una relación viva con Jesús. Cuando Él entre en su vida, el Espíritu Santo hará la transformación.
El enfoque de este mensaje no es juzgar, sino equipar para ganar a otros para Cristo. Queremos ser luz y sal, no jueces ni críticos. Queremos ganarlos para Cristo y verlos transformados en Cristo.
1. Ora por ellos
Oremos por quienes viven lejos del diseño de Dios, aunque no los conozcamos o no hayamos hablado con ellos. Pidamos que el Señor abra su corazón y nos dé oportunidades para conversar con amor y sabiduría.
2. Conecta con ellos
Busquemos formas genuinas de conectar:
Invítalos a la iglesia.
A un grupo pequeño.
A tomar un café, a comer, a compartir tiempo.
A hacer algo cotidiano juntos (“mejinguear”).
Muchos piensan que los cristianos no quieren ni acercarse a ellos. Pero cuando rompemos esa percepción, abrimos puentes para que Cristo entre.
3. Escucha y acompaña
Escucha. Escucha. Escucha. Esté presente, atento y constante. Escuchar sin interrupciones crea confianza y abre puertas al corazón. Escucha primero, para luego hablar con sabiduría.
4. Habla — pero guía hacia Cristo
Cuando llegue el momento de hablar:
No te enfoques en los comportamientos.
No discutas las prácticas.
Guía hacia Cristo.
Tu meta no es cambiar sus actos, sino llevarlos a una relación viva con Jesús. Cuando Él entre en su vida, el Espíritu Santo hará la transformación.
Juan 15:12 (NBLA) — “Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado.”
La iglesia no es un tribunal, es un hospital. No estamos aquí para señalar, sino para sanar. Todos llegamos rotos. Algunos seguimos siendo restaurados cada semana. Y Dios, en Su gracia, nos ha ido reconstruyendo, edificando y fortaleciendo.
La iglesia no es un tribunal, es un hospital. No estamos aquí para señalar, sino para sanar. Todos llegamos rotos. Algunos seguimos siendo restaurados cada semana. Y Dios, en Su gracia, nos ha ido reconstruyendo, edificando y fortaleciendo.