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Centro Cristiano Victoria. Moreno

Manos traspasadas

Manos traspasadas

CCV. Centro Cristiano Victoria. Ituzaingó 186. Moreno.Nuestras Celebraciones son los jueves a las 20 hs y los domingos 11 y 18 hs en Ituzaingó 186.Moreno. También buscanos en Youtube como Somos CCV. Dios te Bendiga

Locations & Times

Centro Cristiano Victoria

Ituzaingó 186, B1744FTD Moreno, Buenos Aires, Argentina

Sunday 11:00 AM

“Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado.” Juan 19:23
“Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” Juan 20:24-29.
Mateo 27, Marco 15, Lucas 23, Juan 19, son los capítulos de los evangelios en los cuales se presenta la crucifixión de Jesús. Y en el capítulo 20 del evangelio de Juan tenemos una clara referencia de sus manos traspasadas.
Las manos de Jesús.
Fueron manos extendidas al cielo en oración, manos extendidas que tocaron y sanaron enfermos, que levantaron a Pedro cuando se hundía, que abrazaron a niños, que mostraron el camino de esperanza a los que estaban desorientados, mano extendida que hoy sostiene las siete estrellas, esas manos fueron traspasadas por los clavos en la cruz para que las nuestras estuvieran unidas al Padre y entre nosotros.
La crucifixión de Jesús fue el hecho que no sólo cambió la historia, es esa entrega que hoy cambia vidas. La cruz es la clave de nuestra victoria y la derrota de nuestro enemigo.
Tenemos siempre presente las Palabras de Apocalipsis 12:11 que dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. La sangre derramada de Jesús es Su victoria y nuestra victoria
La crucifixión es el momento central del drama de la humanidad que comienza con la decisión de escuchar y seguir la influencia de la serpiente dejando de lado la Palabra del Creador. A partir de ese momento, lejos de Dios llegó el dolor, y la muerte. Y debido a que Dios nos creo para estar en Su comunión, como consecuencia de ese alejamiento, se produjo un vacío en nuestro interior que se expresa en él la sensación de soledad e insatisfacción. Así, toda felicidad es pasajera y los logros no pueden ser suficientemente disfrutados y se olvidan rápidamente.
¡Alguien tenía que hacer algo para arreglar la situación!
El plan de Dios se pone en marcha y cumplido el tiempo envió a su Hijo para que habitara entre nosotros y diera su vida en una cruz para que por la fe en Él podamos volver a la comunión con Dios.
Fue en la cruz donde la maldición fue cancelada.
Todo lo malo quedó clavado en el madero, allí Jesús llevó todos nuestros pecados. Y desde esa cruz resplandece la bendición hacia nosotros. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). Gálatas 3:13.

De ese modo, cuando Jesús canceló la maldición que caía sobre nosotros nos estaba diciendo: “ahora eres bendecido para bendecir a otros”. El diablo te hizo creer que tu vida no tenía sentido… mentira, tu vida es para bendición. Naciste de nuevo para bendecir a muchos.Lejos de Dios, la mujer y el hombre, (corona de la creación) se transformaron en espanto, vergüenza y destrucción para el resto de lo creado. La creación necesita la manifestación de los hijos de Dios. Jesús quiso llevar en la cruz esa terrible opresión de tanto pecado para salvar.La corona de espinas la llevó Cristo para traer salvación a toda la creación. El látigo que flageló su espalda es nuestra sanidad, toda enfermedad, toda dolencia, todo fue cancelado en la espalda herida de Jesús. El profeta Isaías, refiriéndose a la crucifixión de Jesús, dijo: “Y por cuya herida fueron ustedes curados”. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”Y sus manos traspasadas por los clavos son una muestra de sus dolores y sufrimientos para que en los nuestros no estemos solos. A Jesús lo acostaron encima de la cruz, abrieron sus brazos y en cada una de sus manos clavaron un grande y filoso clavo. Sus dos pies fueron unidos y también traspasados con otro clavo.Cuando las manos del Maestro sangraron, nuestras manos fueron bendecidas para hacer su obra. Así, nos da poder y autoridad sobre toda fuerza del mal. “Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Marcos 16:18. Nos impulsa a tener compasión y poner nuestras manos sobre los enfermos para impartir sanidad. Abrazar a los dolientes para animar. Levantar a los caídos para rescatar.Jesús fue clavado en la cruz para que nosotros hoy seamos libres de toda esclavitud que ata.Nuestras manos están libres, tienen fuerza y habilidades para servir a Dios y obtener sus frutos. No tenemos porqué vivir en la opresión porque Jesús nos ha hecho libres.La sangre de Cristo salva y sana. ¡Jesús te amó hasta la última gota de sangre!Dios, cuando nos mira, lo hace a través de Jesús, y cuando anhelamos comunicarnos con el Padre, también lo hacemos por medio de Jesús.El desafío para quienes procuramos seguir a Jesús es que nuestras manos sean las manos de Jesús.