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Centro Cristiano Victoria. Moreno

Un alma que espera

Un alma que espera

CCV. Centro Cristiano Victoria. Ituzaingó 186. Moreno.Por el momento, nuestras Celebraciones son vía ONLINE Buscanos en Youtube como Somos CCV. Dios te Bendiga

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Centro Cristiano Victoria

Ituzaingó 186, B1744FTD Moreno, Buenos Aires, Argentina

Sunday 11:00 AM

Salmos 33:20
“Nuestra alma espera al Señor; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.”
Salmos 33:20 RVR1960
Isaías 40:30
“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
Una de las cosas que más nos cuesta es saber esperar. El que no sabe esperar comienza a desesperarse. Y a la desesperación le siguen acciones inconvenientes.Las personas que se apuran, normalmente se salen de la voluntad de Dios. Quien está dentro de la voluntad de Dios permanece en paz y seguro, quien que no está en la voluntad de Dios está ansioso, nervioso, y va de un lado al otro. Dios quiere que aprendas a esperar en Él.
Hay dos aspectos fundamentales en la vida del creyente: La fe y el amor. Dice la Biblia que “la fe es la certeza de lo que se espera”. “Saber esperar” es un ingrediente de la fe. Dice la Biblia que “el amor todo lo espera”. De modo que si tienes fe, tienes que saber esperar y si tienes amor, tienes que saber esperar. Esperar es una virtud, y si tienes fe vas a recibir lo que estás esperando, porque estás esperando lo que Dios prometió. Dios te va a dar las cosas que estás esperando, de Dios viene la salvación, de Dios viene la bendición.
Todos nosotros queremos que cosas buenas suceden en nuestras vidas, pero también a menudo las queremos ahora…no después. Cuando no sucede de esta manera, estamos tentados a preguntar, “¿Cuándo Dios Cuándo?” La mayoría de nosotros necesitamos crecer en el área de confiar en Dios en vez de enfocarnos en la pregunta de “cuándo.” Estás perdiendo el gozo y La Paz... no estás confiando en Dios. Si tu mente se siente agotada todo el tiempo, no estás confiando en Dios.La tendencia de querer tener todas las respuestas puede llegar a ser un problema en tu camino cristiano porque nunca sucederá que sepamos todo.Es necesario aprender a confiar que es Dios quien sabe todo y aceptar que algunas preguntas tal vez nunca serían contestadas. Probamos que confiamos en Dios cuando nos rehusamos a preocuparnos. La preocupación y el enojo surgen cuando las cosas no son como nosotros queremos, cuando Dios o cuando otras personas no hacen lo que esperamos que hagan. Eso es falta de madurez. Aprendamos a esperar en Dios.
Es importante recibir discernimiento y revelación espiritual para tomar decisiones conduciéndonos con sabiduría. Pero debemos saber que todos somos vulnerables. Es difícil ejercer el discernimiento si siempre estás intentando resolver todo. Pero cuando estás dispuesto a decir, “Dios, yo no puedo resolver esto, por eso voy a confiar en Ti para que me des la revelación que me hará libre,” entonces podrás sentirte tranquilo a pesar de no saber. Confiar en Dios muchas veces requiere no saber cómo Dios va a realizar lo que es necesario hacer y no saber cuándo Él va a hacerlo.
Pasamos mucho tiempo en nuestras vidas esperando, pero debemos saber que es así porque el cambio es un proceso. Muchas personas quieren cambiar, pero no quieren pasar a través del proceso de espera. Pero la verdad es que esperar es un hecho, aunque no nos guste... vamos a esperar. La pregunta es, ¿si vamos a esperar en la manera incorrecta o correcta? Si esperamos en la manera incorrecta, no tendremos paz; pero si decidimos esperar en la manera que Dios quiere, nos volveremos pacientes y disfrutaremos la espera. Se necesita práctica, mientras permitimos que Dios nos ayude en cada situación desarrollamos la paciencia, la cual es una de las virtudes cristianas más importantes. La paciencia es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Se desarrolla solamente bajo la prueba, por eso encaramos las situaciones difíciles con fe en Dios. “Pero procuren que la paciencia complete su obra, para que sean perfectos y cabales, sin que les falta nada.” Santiago 1:4.Cuando desarrollamos la paciencia maduramos espiritualmente. Aún nuestra relación con Dios involucra cambios progresivos. Mi relación con Dios es muy diferente ahora en comparación a mis primeros tiempos de experiencia cristiana. Aprendemos a confiar en Dios mientras que pasamos a través de muchas experiencias que requieren la confianza. Cuando vemos la fidelidad de Dios una a otra vez dejamos de frustrarnos y gradualmente vamos creciendo en toda nuestra confianza en Él. Si las dificultades se solucionan de inmediato y sin esfuerzo nunca creceríamos. El tiempo y la confianza trabajan uno al lado del otro.
Dios nos da la esperanza y los sueños para que ciertas cosas suceden en nuestras vidas, Él no siempre nos permite ver exactamente el tiempo justo de Su plan. Sabemos que Dios tiene un buen plan para nuestras vidas, y cuando nos entregamos a Él, podemos experimentar la paz completa y la felicidad.El libro del Génesis cuenta la historia de José, quien esperó muchos años para cumplir el sueño que Dios le había dado. Éxodo 17-18 nos dice que Dios guió a los Israelitas a través del camino más largo y más duro en su viaje a la Tierra Prometida porque Él sabía que no estaban listos para entrar. Tuvo que ser un tiempo de preparación, y ellos tuvieron que pasar a través de situaciones muy difíciles. Perdieron mucho tiempo preguntándose acerca del tiempo de Dios, pero Dios nunca falló en cuidarles y mostrarles lo que Él quería que ellos hicieran. Es la misma verdad para nuestras vidas. En Génesis 32 leemos acerca de Jacob, quien nunca se rindió, sino que dijo: “No te dejaré ir si no me bendices”, y finalmente recibió la respuesta.El período de entrenamiento de Dios simplemente requiere que hagamos lo que Él nos dice que hagamos cuando Él nos diga que lo hagamos, sin cuestionar o tratar de resolver todo.
Proverbios 16:9 dice, “La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos.” Proverbios 20:20 dice, “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, ¿cómo puede, pues, el hombre entender su camino?” Cuando Dios nos dirige en nuestros caminos, a veces nos guía en maneras que no tienen sentido para nosotros, entonces no siempre vamos a entender todo. Si intentamos resolver todo, experimentaremos dificultad, confusión e infelicidad, pero hay una mejor manera. Proverbios 3:5-6: “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.” Esto parece sencillo, pero demasiadas personas cometen el error de intentar resolver todo por sí mismos. La mayoría de nosotros hemos pasado nuestras vidas tratando de cuidarnos a nosotros mismos, pero cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, debemos aprender a confiar nuestras vidas a Su cuidado. Cuando lo hacemos, podemos decir con el salmista, “…yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos…” Salmo 31:14-15.
Eclesiastés 3:1 nos dice, “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Esto nos deja saber que no todos vivimos en la misma temporada al mismo tiempo. Nunca debes estar celoso de una persona que está disfrutando de la cosecha mientras que aun estás en una temporada de siembra. Recuerda, ellos tuvieron que pasar a través de una temporada de siembra. Viendo los resultados que ellos están disfrutando debe alentarte. Entiende y confía que Dios está haciendo lo mejor en tu vida y en tu presente temporada. La siembra representa aprender la voluntad de Dios. Cada vez que elegimos la voluntad de Dios en vez de la nuestra, estamos sembrando una buena semilla que resultará en una buena cosecha.
Entre la siembra y la cosecha viene el tiempo de esperar. Después de sembrar una semilla, el calor, la humedad y la presión del suelo finalmente hacen que la cascara exterior se rompa. Luego, las raíces se echan abajo, penetrando en el suelo. Toma tiempo para que esto pase, y pasa bajo el suelo. Arriba del suelo, no puedes ver que algo está pasando. Así es en nuestras vidas. Después de que sembramos semillas de obediencia, nos sentimos como que nada está pasando, pero muchas cosas están pasando por dentro que no podemos ver. Y como la semilla que por fin estalla del suelo con un hermoso brote verde, nuestras semillas de obediencia por fin estallarán a una bella manifestación de Dios en nuestras vidas.¿Estás cansado de esperar el momento de la cosecha en tu vida? Estás frustrado, gritando: ¿Cuándo Dios, cuando? Entonces necesitas entender que a menudo Dios no hace las cosas en nuestro horario. Sin embargo, Su Palabra promete que no llegará tarde, ni un solo día. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. “Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.” Habacuc 2:3
Mientras más confíes en Jesús y mantengas tus ojos enfocados en Él, más vida tendrás. Confiar en Dios trae vida. Creer trae descanso. Así que deja de intentar resolver todo y deja que Dios sea Dios en tu vida.
En la Biblia vemos que David experimentó el desafío de esperar en Dios. El Salmo 13:1-2 dice: “¿Hasta cuándo me olvidarás, oh Señor? ¿Siempre? ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro? ¿Hasta cuándo tomaré consejo en mi alma, teniendo cada día dolor en mi corazón? ¿Hasta cuándo mi enemigo será exaltado sobre mí?
Aquí vemos a David haciéndole al Señor la misma pregunta cuatro veces: "¿Hasta cuándo?" ¡Estaba cansado de esperar! En el momento en que escribió estas palabras, David estaba pasando por una aflicción grave y parecía no haber alivio a la vista.
David se sentía solo. Parecía que su enemigo había triunfado sobre él. Se preguntó si Dios se había olvidado de él o le estaba ocultando el rostro. Abrumado, David presentó derramó su corazón delante de Dios en oración. Algún tiempo después, David escribió las palabras del Salmo 27. En el versículo 14 leemos: “Espera en el Señor; ten ánimo, y él fortalecerá tu corazón; espera, en el Señor”. ¡Esto parece ser de un David diferente! El hombre que una vez preguntó a Dios: "¿Por qué me has olvidado?" ahora dice: "Espera en el Señor".
Cuando estaba escribiendo este salmo, Dios ya le había demostrado a David Su fidelidad. Dios había respondido a algunas de sus oraciones. El comienzo del salmo cuenta parte de esa historia:
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quien temeré? el Señor es la fuerza de mi vida; ¿De quién tendré miedo?” David había visto la liberación de Dios y había desarrollado una fuerte confianza en él. Ahora podía recomendar que otros esperen al Señor.
Lo que debemos entender es que cuando Dios permite lo que para nosotros es una demora, eso es por nuestra bendición. Algunos ven la espera como algo de menor importancia, mientras que otros lo ven como una carga, o tal vez incluso como una forma de esclavitud. En lugar de verlo como algo negativo, debemos pedirle a Dios la gracia de esperar todo el tiempo que crea conveniente.
A veces, también podemos sentirnos como David cuando escribió el Salmo 13, y podemos encontrarnos preguntándole a Dios: "¿Hasta cuándo?" Tenga la seguridad de que el Dios de David es el mismo hoy, y también nos librará a nosotros.
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmos 42:5
En la Biblia vemos que David experimentó el desafío de esperar en Dios. El Salmo 13:1-2 dice: “¿Hasta cuándo me olvidarás, oh Señor? ¿Siempre? ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro? ¿Hasta cuándo tomaré consejo en mi alma, teniendo cada día dolor en mi corazón? ¿Hasta cuándo mi enemigo será exaltado sobre mí?
Aquí vemos a David haciéndole al Señor la misma pregunta cuatro veces: "¿Hasta cuándo?" ¡Estaba cansado de esperar! En el momento en que escribió estas palabras, David estaba pasando por una aflicción grave y parecía no haber alivio a la vista.
David se sentía solo. Parecía que su enemigo había triunfado sobre él. Se preguntó si Dios se había olvidado de él o le estaba ocultando el rostro. Abrumado, David presentó derramó su corazón delante de Dios en oración. Algún tiempo después, David escribió las palabras del Salmo 27. En el versículo 14 leemos: “Espera en el Señor; ten ánimo, y él fortalecerá tu corazón; espera, en el Señor”. ¡Esto parece ser de un David diferente! El hombre que una vez preguntó a Dios: "¿Por qué me has olvidado?" ahora dice: "Espera en el Señor".
Cuando estaba escribiendo este salmo, Dios ya le había demostrado a David Su fidelidad. Dios había respondido a algunas de sus oraciones. El comienzo del salmo cuenta parte de esa historia:
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quien temeré? el Señor es la fuerza de mi vida; ¿De quién tendré miedo?” David había visto la liberación de Dios y había desarrollado una fuerte confianza en él. Ahora podía recomendar que otros esperen al Señor.
Lo que debemos entender es que cuando Dios permite lo que para nosotros es una demora, eso es por nuestra bendición. Algunos ven la espera como algo de menor importancia, mientras que otros lo ven como una carga, o tal vez incluso como una forma de esclavitud. En lugar de verlo como algo negativo, debemos pedirle a Dios la gracia de esperar todo el tiempo que crea conveniente.
A veces, también podemos sentirnos como David cuando escribió el Salmo 13, y podemos encontrarnos preguntándole a Dios: "¿Hasta cuándo?" Tenga la seguridad de que el Dios de David es el mismo hoy, y también nos librará a nosotros.
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmos 42:5
Porque lo dice la Biblia y porque es nuestra experiencia personal una cosa que sí sabemos con certeza es que las intenciones de Dios para nosotros son buenas.
Oramos a partir de las promesas de Dios. Esperamos el cumplimiento de cada promesa del Señor. La Palabra de Dios es el fundamento de nuestras oraciones y debemos continuar en oración hasta que recibamos esa promesa.Simplemente debemos continuar orando la Palabra de Dios con fe, porque Dios lo dijo. Podemos perder la bendición si no esperamos lo suficiente.
David compartió algunas ideas sobre la espera en oración. En el Salmo 62: 1-2 dijo: “Verdaderamente mi alma espera en Dios; de él viene mi salvación. El solo es mi roca y mi salvación; él es mi defensa; No me conmoveré mucho ”.
La declaración, “No me conmoveré mucho”, habla de la espera
“Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.Esperen en Él en todo tiempo, oh pueblos; Derramen delante de Él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio.”Salmos 62:5, 8
En todo tiempo oramos, esperamos y encontramos refugio en Dios.Derramar nuestro corazón a Dios requiere oración, y eso es lo que sostiene al cristiano. Vendrán las pruebas y vendrán todo tipo de desafíos, pero la oración nos ayudará a superarlos.
El rey Saúl es un ejemplo de las consecuencias de no esperar en Dios. En 1 Samuel 13 leemos que decidió ofrecer un sacrificio a Dios en lugar de esperar a que el profeta Samuel viniera a oficiar. El sacrificio estaba destinado a solicitar el favor de Dios en una guerra con los filisteos.
Cuando Saúl vio que la hueste enemiga se acercaba y que su propia gente se acobardaba, decidió hacer el sacrificio él mismo. Samuel llegó inmediatamente después y le dijo a Saúl: “Neciamente has hecho: no has guardado el mandamiento que el Señor tu Dios te había mandado; porque ahora Jehová habría establecido tu reino sobre Israel para siempre.”
A Saul se le había dicho que esperara, pero en lugar de eso, eligió hacer las cosas a su manera y sufrió por ello.
El Salmo 37: 7 dice: “Descansa en el Señor y espéralo con paciencia; no te preocupes. . . " Dios quiere que descansemos en él. Eso significa estar completamente seguro de que Él hará lo que ha prometido, independientemente de las circunstancias.
Podemos encontrarnos con situaciones angustiosas, pero aún podemos esperar en Dios. Jesús ha prometido nunca dejarnos, y si buscamos humildemente su ayuda, Él nos dará la gracia de esperar cuando lo necesitemos.
Debemos reconocer que no hemos crecido espiritualmente hasta que no damos fruto de carácter y conducta. Crecimiento espiritual es carácter y conducta basado en la Palabra de Dios, se llama fruto del Espíritu.Por lo tanto, podemos nosotros crecer en conocimiento intelectual de la Palabra de Dios, pero tener el carácter y la conducta del Señor eso es otra cosa y puede llegar a demandar mucho tiempo. Depende de un factor, la entrega, la muerte al yo. Se alcanza cuando bajamos la resistencia y nos rendimos a su Palabra. Una cosa es creer y otra es mantenerte creyendo.
Hebreos 11:1 dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”Esperar a Dios es una actitud que está directamente asociada con la fe.La fe es certeza y convicción de lo que no es visible. La esperanza y la fe caminan juntas. Si no espero no demuestro mi fe y sin fe nada es posible.
Una de las razones por las que nos cuesta esperar está vinculada con el tiempo. Vivimos apurados. Pero este tiempo de pandemia nos está haciendo volver pacientes. Y aquellos que seguimos a Jesús aprendemos en la Biblia que la paciencia es fruto del Espíritu.Romanos 8:25 recuerda: “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.”En Romanos 8:24 leemos: “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?”Las cosas invisibles son un desafío.Hebreos 11:27 dice de Moisés que: “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.”
Otra razón que nos arrebata la esperanza es cuando nos desenfócanos, entonces perdemos el interés y abandonamos el proyecto de Dios para nuestra vida. En ocasiones sucede que sabes lo que Dios quiere para tu vida pero ya no te motiva, pasó el tiempo y perdiste el interés. Esaú es un ejemplo. Vendió su primogenitura porque tenía hambre, perdió el enfoque y cambió algo muy anhelado en esa época por un plato de lentejas. No pierdas de vista las promesas. Otras veces dejamos de esperar porque nos sentimos decepcionados. Si intentas muchas veces alcanzar lo que anhelas y no ves avances, debes insistir. Sigue creyendo porque Dios responderá. Dice la Palabra que la esperanza no avergüenza. No prestes atención a las críticas o burlas. No abandones los sueños que Dios te dio, insiste en tu fe. Debes estar dispuesto a esperar para alcanzarlos. Tomas Alva Edison, dijo: “Muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta de cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por vencidos”. Muchas personas se rinden cuando están a punto de lograr sus objetivos. No desesperes, debes sostener tu mirada en el Invisible.
Só lo la fe te permitirá esperar y alcanzar tus metas.La fe es un escudo. Efesios 6:14-16: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”El diablo envía a nuestra mente dardos frustración, desánimo, ansiedad, decepción para apartarnos del propósito de Dios. Hay una vestidura especial para los cristianos. Para lograr tus metas necesitas protegerte con la fe. Fe sin límites.Si estás esperando que algo ocurra, ofrécele tu vida al Señor y sigue con una fe firme.El Señor no ha terminado contigo, puede venir más de su Espíritu a tu vida.
Quizás te has alejado de Dios, desesperado intentaste resolver tus problemas a tu manera y por vos mismo; o quizás, aún creyendo en Él, has vivido lejos de su cobertura. ¡Hoy es tiempo de volver a Dios!