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Centro Cristiano Victoria. Moreno

¿Cómo vivir en tiempos de pandemia? El refugio

¿Cómo vivir en tiempos de pandemia? El refugio

CCV. Centro Cristiano Victoria. Ituzaingó 186. Moreno.Por el momento seguimos con nuestras Celebraciones presencial con turno previo y vía ONLINE Buscanos en redes sociales como Somos CCV. Dios te Bendiga

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Centro Cristiano Victoria

Ituzaingó 186, B1744FTD Moreno, Buenos Aires, Argentina

Sunday 9:30 AM

En este mes de febrero nos estamos preguntando:
¿Cómo vivir en tiempos de pandemia? Y seguimos poniendo como respuesta fundamental: Esperanza en Dios.
El domingo pasado el Señor nos bendijo por medio de su Palabra en el Salmo 73:8.
Pero yo me acercaré a Dios,pues para mí eso es lo mejor.Tú, Señor y Dios, eres mi esperanza,¡por eso quiero contar todo lo que has hecho!
Salmo 73:28
Y es así, los tiempos de incertidumbre, de profundo dolor, de prueba en el horno, tienen varios resultados. Los pastores estamos sabiendo estas cosas que suceden, todas las iglesias están viviendo un proceso antes nunca visto. A un pastor le preguntaron “¿Cuántos miembros hay en tu iglesia?” El pastor responde: “Espera que termine la pandemia y te digo”. Uno de los resultados de los tiempos de prueba extrema como los que estamos viviendo es que revelan, sacan a la luz cómo está nuestro corazón, se transparenta nuestra condición espiritual, podemos saber de qué madera somos, de ese modo se produce una selección o como la Biblia llama un remanente, del cual surgen los avivamientos. Es lo que viene. ¿Me preguntas cómo salen las iglesias de esta crisis de pandemia? ¿Qué viene después? Te digo: un avivamiento que termina de barrer con todo y levanta una nueva iglesia encendida en fuego que no se extingue. Si usted es fiel lo va a vivir. Dios es Señor de todo. En tu vida personal, en tu familia, cómo sobrellevar las pruebas extremas, el dolor, la enfermedad, la separación, la extracción, el abandono, la soledad, el desgarro del alma, la muerte. ¿Cómo? Por eso, en días difíciles en necesitamos un refugio.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio,mi fortaleza, el Dios en quien confío».Salmo 91:2
¿Es bueno tener un refugio?¿Cuándo necesitamos un refugio?¿Qué hacemos en un refugio?
En el refugio…Me encuentro con Dios y conmigo mismo. Veo al Señor y me veo tal cual soy.Soy protegido.Soy sanado y levantado.El Espíritu Santo me equipa.El Señor reorganizan mis ideas, sentimientos y decisiones.Soy orientado y encaminado.Soy enviado a servir.
David ya había sido ungido por Samuel, había tocado para Saúl para alejar el espíritu malo que lo atormentaba, también se había enfrentado con Goliat saliendo victorioso y convirtiéndose así en un ídolo popular. Pero Saúl se convirtió en enemigo de David y comenzó a perseguirlo queriendo matarlo. En ese contexto es que David se refugia en la cueva de Adulam.
“David salió de Gat y se refugió en la cueva de Adulam, donde de inmediato se le unieron sus hermanos y otros parientes. Y pronto comenzaron a llegar otros también: los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres”. 1 Samuel 22:1-2.
Estando allí los primeros que se acercan a David fueron los integrantes de su familia. Los hermanos que anteriormente lo habían despreciado ahora van en busca de él. Pero no son los únicos. Los afligidos, los endeudados, y los que estaban en amargura de espíritu se le unieron y así se formó un ejército de cuatrocientos hombres. La cueva de Adulam fue para David su refugio.
Cuando vamos a nuestro refugio suceden algunas cosas:
1) Aumenta nuestra dependencia de Dios.
Cuando buscamos a Dios como nuestro refugio Él ya nos estaba esperando. Al depender de Dios en todo permitimos que Él se manifieste.El ámbito de la intimidad es el mejor para incrementar nuestra dependencia a Él. Podemos orar con otros, con nuestra familia, con los hermanos de la iglesia, pero en la intimidad del refugio Dios llega a ser nuestra única esperanza. Necesitamos ese espacio y ese tiempo que nos permite enfocarnos en Dios.Por eso, para los hijos de Dios, el refugio no es un ámbito de depresión, sino de encuentro y revelación, porque accedemos a la fuente de toda bendición que es nuestro Padre, y reafirmamos el lazo que nos une a Él. Es en el refugio que llegamos a sentirnos totalmente dependientes de Dios.
2) Recibimos poder y autoridad
Los mismos hermanos de David que lo habían rechazado van al refugio con él. Asimismo, mucha gente necesitada se acercó a la cueva de Adulam para estar con David. Y al final de la temporada en el refugio David salió con un ejército de 400 individuos. El poder, la autoridad, la unción vienen de Dios sobre sus seguidores cuando en el lugar secreto morimos a nosotros mismos y Él toma su lugar, es entonces cuando su aceite se derrama sobre sus hijos. Si conocemos la vida de Jesús veremos que su poder y autoridad espiritual emanaba de su vida íntima con el Padre. No es posible enfrentar al enemigo con nuestros propios recursos, necesitamos autoridad y poder sobrenatural y para eso debemos invertir tiempo en la cueva. No podemos recibir poder, si no nos refugiamos en la presencia de Dios. Y cuando la unción del Señor descienden lo hacen para darnos Sus recursos para servir. Su unción y autoridad en nuestra vida tiene un propósito, servir. Ganar almas para Cristo, edificar la iglesia con amor, paz y uniendo, ese es el propósito del poder y la autoridad que recibimos en el refugio.
Recuerdo cuando en la década del ’90 Dios se manifestó con poder en esta iglesia un hermano me pregunta agresivamente: “Y vos, dónde fuiste que ahora oras por la gente y se caen”. No respondí, pero en mi corazón pensaba, “estuve en la cueva”. Hacía dos años que cada día entraba en la cueva y dedicaba horas y horas a clamar buscando el rostro del Señor, entre lágrimas, risas, alabanzas, clamores y Biblia.
3) Nuestro carácter es transformado
Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja”. ¿En que trabaja? Dios trabaja para la salvación de la gente y trabaja en en corazón de sus hijos. Cuanto más morimos a nosotros mismos y nos entregamos a Él, más puede hacer su obra en nosotros. Según sea nuestra respuesta en la luchas permitiremos que el cambio en nosotros sea mayor o menor. Nuestra respuesta habla de nuestro carácter. Si no sabemos cómo encarar una nueva situación, Dios va a modelarnos en la intimidad para que tengamos el temple para salir a enfrentar la dificultad. David no se iba a quedar para siempre en la cueva. Pero sin la cueva no hubiera forjado la determinación que lo puso en marcha para seguir el rumbo que Dios le había preparado. El carácter nos permite decirle que sí a la orden de Dios, sin importar la fuerza de la prueba. Porque entendemos que, si Dios está con nosotros, simplemente debemos soportar la presión de las circunstancias y ser obedientes. El carácter se templa a fuego y aceite. ¿Sabe cómo se templa el acero? Fuego y aceite.
4) Nuestra fe aumenta
Vamos al refugio en tiempos de calma y en tiempos de batallas. Sea como sea, en la cueva Dios nos llevará a un nivel superior de fe. Si podemos sostenernos como viendo al invisible mientras nuestra fe es probada en la intimidad, recibiremos una palabra del Cielo que nos dará luz sobre cómo seguir adelante. El incremento de nuestra fe abre la puerta hacia la nueva temporada. Siempre que nos atrevemos a confiar y a esperar en el Señor en medio de la dificultad, estamos entrando al fin de un ciclo y al comienzo de otro. Ningún hombre o mujer de Dios creció en la fe sin batallas. Los dificultades, los tiempos difíciles, prueban dónde estamos parados, y cuánto confiamos en Dios, y somos fieles, aunque no veamos su respuesta ya, aunque lloremos y clamemos, Dios está trabajando.Muchas veces no tenemos una palabra del cielo que eleva nuestra fe, porque tiramos la toalla rápidamente. En la escuela de la fe, resistir, ser fiel y confiar en las pruebas es sinónimo de crecimiento. Pero es en el refugio dónde Dios hace primero sus milagros en nuestro corazón haciendo crecer la fe.
5) Se manifiesta lo sobrenatural
David no llamó a nadie en su necesidad cuando estaba a su refugio, pero durante su estadía allí, Dios le mandó a quienes se constituirían en los hombres más valientes de la historia de Israel. En la cueva, esperando en Dios, vamos a estar provocando una respuesta que no logramos dimensionar. Fue en el refugio donde se formaron los valientes. Nuestro gran problema es creer, confiar. Uno de los Salmos que me acompaña desde siempre dice:
Salmo 37
“No te impacientes a causa de los malignos,Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.Porque como hierba serán pronto cortados,Y como la hierba verde se secarán.
Confía en Dios, y haz el bien;Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.Deléitate asimismo en el Señor,Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Encomienda a Dios tu camino,Y confía en él; y él hará.Exhibirá tu justicia como la luz,Y tu derecho como el mediodía.
Guarda silencio ante el Señor, y espera en él.No te alteres con motivo del que prospera en su camino,Por el hombre que hace maldades.
Deja la ira, y desecha el enojo;No te excites en manera alguna a hacer lo malo.Porque los malignos serán destruidos,Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la tierra.
Pues de aquí a poco no existirá el malo;Observarás su lugar, y no estará allí.Pero los mansos heredarán la tierra,Y se recrearán con abundancia de paz.Maquina el impío contra el justo,Y cruje contra él sus dientes;El Señor se reirá de él;Porque ve que viene su día.
Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,Para derribar al pobre y al menesteroso,Para matar a los de recto proceder.Su espada entrará en su mismo corazón,Y su arco será quebrado.
Mejor es lo poco del justo,Que las riquezas de muchos pecadores.Porque los brazos de los impíos serán quebrados;Mas el que sostiene a los justos es Dios.
Conoce Dios los días de los perfectos,Y la heredad de ellos será para siempre.No serán avergonzados en el mal tiempo,Y en los días de hambre serán saciados.”
Deléitate, confía, encomienda, espera en el Señor.
Si aprendemos a descansar en Él, Su respuesta va a sobrepasar lo que nuestra fe puede imaginar.