Casa de Dios

Con Dios las cosas pueden cambiar
Devocional semanal - El Libro de Rut
Locations & Times
Iglesia Casa de Dios
Fray Cayetano Rodríguez 153, C1406AVC CABA, Argentina
Sunday 6:00 PM

DÍA 50: El pasado puede ser restaurado
Llegamos al último capítulo de nuestro estudio. Vimos como Rut deja su tierra en Moab y acompaña a su suegra Noemí hacia Belén, donde trabaja incansablemente para poder sobrevivir en medio de la pobreza que experimentaban las viudas de aquél entonces. Este hecho conmueve el corazón de Booz, que decide adquirir las propiedades de Elimelec y tomar por esposa a Rut. En este pasaje, la figura de Booz representa la del “redentor” y es un símbolo de la figura de Jesús en relación a la iglesia que es su esposa. Booz era una persona honorable. Evidentemente en su casa habrá tenido una gran formación espiritual y en valores. Todo el libro de Rut destaca las virtudes de este hombre. Su padre era de nombre Salmón (4:21). Su madre no es nombrada en este pasaje, pero si en la genealogía de Jesús en Mateo 1:5, y es curiosamente Rahab: una mujer dedicada a la prostitución en Jericó, que tenía su casa al lado del muro, y que ayuda a los espías que Josué envía antes de conquistar esa ciudad. Ciertamente Dios vio algo especial en Rahab, que luego se casa con Salmón, forman juntos una familia y tienen como hijo a Booz. A Dios no le interesó el pasado de Rahab, sino que permitió que siendo una extranjera se uniera al pueblo de Israel y formara parte del linaje de David, y del Señor Jesucristo, restaurando su nombre en ese pueblo.
Con Dios las cosas pueden cambiar: una mujer de bajo vivir, menospreciada por la gente, es valorizada por el Señor.
Pensamiento: Dios siempre nos mira con amor. Así miró Jesús al joven rico: “y mirándole le amó” (San Marcos 10:21).
2018 Copyright Ricardo Bedrossian
Con Dios las cosas pueden cambiar: una mujer de bajo vivir, menospreciada por la gente, es valorizada por el Señor.
Pensamiento: Dios siempre nos mira con amor. Así miró Jesús al joven rico: “y mirándole le amó” (San Marcos 10:21).
2018 Copyright Ricardo Bedrossian

DIA 51: El futuro puede ser cambiado
Noemí y Rut vieron cambiada su situación de una manera asombrosa. Luego de perder a sus esposos y bienes, comienzan a recuperar el bienestar material y logran pertenecer a una nueva familia. Ellas no se dejaron vencer por el dolor, sino que avanzaron en fe, dejando atrás la ciudad de Moab, y buscando un nuevo horizonte en Belén. A Rut no le importó dejar atrás todo su pasado, sus tradiciones y creencias, con tal de acompañar a Noemí y trabajar esforzadamente para obtener el sustento diario. Ese cambio no fue fruto de la casualidad, o la suerte de haber encontrado un buen marido como Booz, sino el resultado de sabias decisiones que la ayudaron a recibir grandes bendiciones de parte de Dios. También el futuro cambió para Booz, que ya era un hombre mayor, que no tenía descendencia, y quizá no estaba en sus planes tenerla a esta altura de su vida.
No podemos modificar el pasado, pero tenemos una oportunidad maravillosa en el presente para modificar nuestro futuro. Si bien el pasado no se puede cambiar, sí se puede restaurar, con un futuro tan glorioso que hará olvidar muchas de nuestras penas. Las derrotas de hoy son los más gloriosos triunfos del futuro. Un especialista en sistemas de computación comentaba que en una importante empresa donde tomaban test para analizar a los postulantes a un cargo, les pedían que les contaran cuáles habían sido sus principales fracasos. Si esas personas no reconocían importantes fracasos en su vida, directamente los eliminaban de la lista. No hay éxitos sin fracasos que nos ayuden a reflexionar y madurar.
Pensamiento: En Cristo, lo mejor está por venir.
2018 Copyright Ricardo Bedrossian
No podemos modificar el pasado, pero tenemos una oportunidad maravillosa en el presente para modificar nuestro futuro. Si bien el pasado no se puede cambiar, sí se puede restaurar, con un futuro tan glorioso que hará olvidar muchas de nuestras penas. Las derrotas de hoy son los más gloriosos triunfos del futuro. Un especialista en sistemas de computación comentaba que en una importante empresa donde tomaban test para analizar a los postulantes a un cargo, les pedían que les contaran cuáles habían sido sus principales fracasos. Si esas personas no reconocían importantes fracasos en su vida, directamente los eliminaban de la lista. No hay éxitos sin fracasos que nos ayuden a reflexionar y madurar.
Pensamiento: En Cristo, lo mejor está por venir.
2018 Copyright Ricardo Bedrossian

DÍA 52: La vida es más fuerte que la muerte
El libro de Rut comienza relatando la muerte de Elimelec y sus dos hijos. Es escrito en un contexto de desolación y duelo. Se nos presenta a unas mujeres que han quedado viudas y desamparadas. Esas muertes generaron tanta tristeza en sus corazones, que Noemí le pide a la gente de Belén que no la llame más por ese nombre que significa “alegría y placer”, sino que la llamen Mara, o sea una persona llena de amargura. Sin embargo el último capítulo de este libro nos describe un cuadro de situación completamente distinto: Rut teniendo un hijo, y Noemí cuidándolo en sus brazos. Una nueva vida estaba dando esperanza y consuelo a estas dos mujeres frente a las pérdidas pasadas. El niño Obed era una muestra tangible acerca de la misericordia de Dios sobre la vida de Rut y Noemí.
Esto es una síntesis de las realidades humanas. En Eclesiastés 3 el sabio Salomón nos dice que hay tiempo para todo, y dentro de la larga lista que enuncia, la primera es “tiempo de nacer y tiempo de morir”. Es probable que algunas cosas hayan muerto en nuestra vida, pero seguramente hay otras que están naciendo, y que nos muestran que Dios no se ha olvidado de nosotros, que podemos seguir adelante y que el Señor puede hacer nuevas todas las cosas.
Este contraste muerte-vida, es constante en todo el relato del evangelio. “Y Él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1).
Pensamiento: La vida es más fuerte que la muerte. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La esperanza es más fuerte que el temor. El bien es más fuerte que el mal, por eso en esa batalla que se libra dentro de nuestro corazón, el Señor nos dice “No seas vencido por lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:21).
2018 Copyright Ricardo Bedrossian
Esto es una síntesis de las realidades humanas. En Eclesiastés 3 el sabio Salomón nos dice que hay tiempo para todo, y dentro de la larga lista que enuncia, la primera es “tiempo de nacer y tiempo de morir”. Es probable que algunas cosas hayan muerto en nuestra vida, pero seguramente hay otras que están naciendo, y que nos muestran que Dios no se ha olvidado de nosotros, que podemos seguir adelante y que el Señor puede hacer nuevas todas las cosas.
Este contraste muerte-vida, es constante en todo el relato del evangelio. “Y Él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1).
Pensamiento: La vida es más fuerte que la muerte. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La esperanza es más fuerte que el temor. El bien es más fuerte que el mal, por eso en esa batalla que se libra dentro de nuestro corazón, el Señor nos dice “No seas vencido por lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:21).
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DÍA 53:
Hay un cambio en Noemí. Ya no le pide a sus amigas que la llamen Mara (Amargura), ahora hay esperanza en su vida. Las mujeres de Belén vieron que las circunstancias habían cambiado para esta anciana mujer. Noemí hizo su parte: dejó la tierra de Moab, y regresó a Belén, la tierra de la bendición. Dios miró su necesidad y pudo a su lado un “pariente” cercano que la rescatara. Las personas de Belén reconocen lo que ha sucedido y alaban a Dios por ello, diciendo “Loado sea Jehová”. Cuando tomamos buenas decisiones, Dios obra en nuestras vidas, y muchas personas cercanas reconocerán el poder sobrenatural de Dios obrando en medio nuestro.
Este “pariente” cercano es Booz. Él es quien rescata las propiedades de Noemí y toma por esposa a Rut. Como ya dijimos Booz simboliza al Señor Jesucristo. En esta historia es clave la intervención de Booz, sin su presencia Noemí no habría podido obtener rescate alguno, y Rut no hubiera tenido a su hijo Obed. Sin la intervención de Cristo en nuestras vidas no es posible “dar a luz” nada nuevo. Dios nos se ha olvidado de nosotros, y nos ha dado al Señor Jesucristo para ayudarnos y rescatarnos.
Siempre Dios quiere hacer cosas nuevas en nuestra vida. Ayer ya pasó. Jesús enseñó este principio cuando les enseña a sus discípulos que “nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (Marcos 2:21-23).
Pensamiento: Para que nazca algo nuevo en nuestra vida, hay cosas (ideas, tradiciones, actitudes) que tienen que morir.
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Este “pariente” cercano es Booz. Él es quien rescata las propiedades de Noemí y toma por esposa a Rut. Como ya dijimos Booz simboliza al Señor Jesucristo. En esta historia es clave la intervención de Booz, sin su presencia Noemí no habría podido obtener rescate alguno, y Rut no hubiera tenido a su hijo Obed. Sin la intervención de Cristo en nuestras vidas no es posible “dar a luz” nada nuevo. Dios nos se ha olvidado de nosotros, y nos ha dado al Señor Jesucristo para ayudarnos y rescatarnos.
Siempre Dios quiere hacer cosas nuevas en nuestra vida. Ayer ya pasó. Jesús enseñó este principio cuando les enseña a sus discípulos que “nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (Marcos 2:21-23).
Pensamiento: Para que nazca algo nuevo en nuestra vida, hay cosas (ideas, tradiciones, actitudes) que tienen que morir.
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DÍA 54: Dios es restaurador del alma
Dios había restaurado muchas cosas en la vida de Noemí: su soledad, su economía y su nueva familia. Pero había una obra que era más importante: la restauración de su alma. Eso es lo que sólo Dios puede hacer: “vendar a los quebrantados de corazón” (Isaías 61:1). Lo primero que Dios hace en nuestra vida es sanar el corazón herido por los golpes de la vida. Luego de esa “restauración interna”, naturalmente se van produciendo restauraciones exteriores. Ese niño Obed sería también el que sustentaría en su vejez a Noemí. Dios no se había olvidado de esta mujer y se ocupó de poner a su lado a Rut que según el texto la amaba y era de más valor para ella que “siete hijos”.
Es probable que nada pudiera reemplazarle a Noemí la pérdida de su esposo y sus dos hijos, pero sin embargo el Señor puso a su lado una nuera, Rut, que no la abandonó en los momentos más difíciles de su vida y ahora le estaba dando la alegría de poder disfrutar el nacimiento de Obed.
Dios hace su obra de una manera silenciosa y paciente en nuestras vidas. Nosotros tenemos que cumplir nuestra parte. Noemí y Rut tomaron sabias decisiones: fueron a Belén (representa el lugar de la bendición, la iglesia) y se acercaron a Booz (símbolo de Jesús). En la medida que no dejemos de congregarnos, y tengamos una relación fresca con Jesús, veremos la restauración de muchas cosas en nuestra vida.
Pensamiento: “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones” (Isaías 61:4)
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Es probable que nada pudiera reemplazarle a Noemí la pérdida de su esposo y sus dos hijos, pero sin embargo el Señor puso a su lado una nuera, Rut, que no la abandonó en los momentos más difíciles de su vida y ahora le estaba dando la alegría de poder disfrutar el nacimiento de Obed.
Dios hace su obra de una manera silenciosa y paciente en nuestras vidas. Nosotros tenemos que cumplir nuestra parte. Noemí y Rut tomaron sabias decisiones: fueron a Belén (representa el lugar de la bendición, la iglesia) y se acercaron a Booz (símbolo de Jesús). En la medida que no dejemos de congregarnos, y tengamos una relación fresca con Jesús, veremos la restauración de muchas cosas en nuestra vida.
Pensamiento: “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones” (Isaías 61:4)
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DÍA 55: Dios termina lo que ha comenzado
Los nombres tenían un claro significado en Israel. Obed significa “siervo y adorador de Dios”. Este niño es dedicado para adorar a Dios, y sería un símbolo, para que las futuras generaciones recordaran la misericordia de Dios sobre la vida de Noemí y Rut, y comprobaran que desde ese mismo linaje, nacería el rey David, y luego el mismo Señor Jesucristo. Dios nos lleva por caminos que no llegamos a entender. Rut deja Moab, llega a Belén, se casa con Booz, y tiene a su hijo Obed, abuelo luego del más importante rey en la historia de Israel. Obed fue un regalo de parte de Dios para Noemí y Rut que desafiaron la adversidad y se mantuvieron firmes en la fe sabiendo que el que confía en Dios no será defraudado.
Obed fue un símbolo de la restauración de estas mujeres, y por eso fue consagrado para la adoración a Dios, así como luego lo hizo Ana con su hijo, el profeta Samuel.
Dios nos dará distintas cosas que serán símbolo de la restauración que hará en nuestra vida. Luego de recibir esas bendiciones, no olvidemos de consagrarlas para el Señor. Pon tus dones, familia, economía al servicio de la causa de Dios.
Pensamiento: Seamos agradecidos a Dios por todo lo que Él nos ha dado. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará” (Filipenses 1:6).
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Obed fue un símbolo de la restauración de estas mujeres, y por eso fue consagrado para la adoración a Dios, así como luego lo hizo Ana con su hijo, el profeta Samuel.
Dios nos dará distintas cosas que serán símbolo de la restauración que hará en nuestra vida. Luego de recibir esas bendiciones, no olvidemos de consagrarlas para el Señor. Pon tus dones, familia, economía al servicio de la causa de Dios.
Pensamiento: Seamos agradecidos a Dios por todo lo que Él nos ha dado. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará” (Filipenses 1:6).
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