Centro de Adoración Sin Límites

Partiendo de la premisa de que Cristo ha de ser nuestra vida, debemos clarificar algunos puntos importantes:

1. Realmente, Cristo no nos ayuda a santificarnos.
2. Realmente, Cristo no nos da poder para que nos podamos santificar.

Permítame explicarle lo anterior: La manera de resolver nuestros problemas carnales, no es pidiéndole a Dios que nos dé Su poder y que nos conceda Su libertad; es, más bien, dándole a Él el poder y la libertad de que sea nuestra vida en esas áreas que no logro superar.

Dicho de otra manera, permitiendo que Él me reemplace y se exprese a través de mi.

Evidencias del estado de santificación:

Según Jeremías
1. Son personas a quienes Dios hace bien. Esto es algo que se percibe, y el testimonio interno de ese ser es irrefutable.
a. Sienten Su amor a cada paso que dan.
b.Todo lo que viven les ayuda a bien y les acerca al cielo.
c. Sienten en su ser, el testimonio del Espíritu Santo, que los salvo.
d.Han sido llevados a odiar el mal y aferrarse a lo que es bueno.

2. Son personas reconocidas por tener temor de Dios en sus corazones. Es una de las promesas de ese pacto ancestral.
a. Reverencian a Dios con su estilo de vida.
b. Desean vivir agradando al Señor.
c. Son gente semejante a Él, desde un grado muy modesto.
d. Tienen hambre y sed de justicia proveniente de reconocer su necesidad de Él.
e. La presencia de Dios es el único anhelo que tiene acá en la tierra.


Estos son regalos maravillosos resultantes del pacto. Seguras garantías de que Su convenio permanece firme entre Él y yo.

Dios, sencillamente, como padre amoroso e interesado en sus hijos, a veces nos educa. Y la única constante que pide, tanto para uno como para el otro, es que seamos dóciles. Por lo cual, no debemos desesperarnos, debemos confiar, orar y aprender a esperar en Él e indagar por Su voluntad.

Le obsequio una segunda verdad espiritual: El apóstol Pablo usa dos palabras no muy hermosas: “paciencia y longanimidad”. Paciencia, en el original, significa aguante alegre. Y longanimidad, según la RAE: grandeza y constancia de ánimo en la adversidad.

Permítame darle una verdad espiritual basada en aquella historia bíblica tan conocida: La diferencia entre quien abraza el proceso y quien abraza la circunstancia será, que cuando el primero entre en el horno de la prueba calentado siete veces más, ira con él o ella esa cuarta persona que es el Hijo de Dios. Entonces, cuando salga, ni siquiera olerá a humo. Y esto es una enorme diferencia.

Ante lo anterior, debo darle la cuarta verdad espiritual:

Es entonces que vemos personas entregando regalos en diciembre, dando dinero en la Teletón, haciendo grandes donativos a caridades, etc., aunque en su intimidad practican toda clase de maldades. Pero la verdadera santificación, la que agrada a Dios, viene de la perseverancia.

Cuando leemos a Pedro decir que todas las cosas que pertenecen “a la vida y a la piedad" nos han sido dadas por su divino poder”, encontramos más de lo que vemos.

La palabra piedad, era usada por los primeros cristianos, con el sentido de “alguien que tiene una vida cerca de Dios”. Siendo así, Pedro dice aquí que, en cuanto a la vida (matrimonio, noviazgo, trabajo, alimento, ropa, casa, viajes, regalos, etc.), y en cuanto a la vida cerca de Dios… todos nos ha sido dado ¡Aleluya! Todo lo que tenemos no es inherente, simplemente nos ha sido dado.

Luego dice que todo lo anterior ha sido canalizado a través del conocimiento de Jesucristo. Lo cual me permite poner en sus manos una quinta verdad espiritual: Este conocimiento acá descrito, se refiere a uno íntimo. En ninguna manera se refiere a una relación parcial. Es la manera en que la mayoría de la gente se relaciona con Dios: parcialmente.

Un asunto diario de pedirle algunas cosas a Él sin necesidad de intimar.

Permítame ir llegando a mi conclusión de este tema de hoy:

La salvación de quienes están en un pacto con Dios es provista por una absoluta promesa y demanda de parte del Todopoderoso que debe ser cumplida. Es clara, accesible y positiva: “que no se parten de mí.”

Si alguno es capaz de no permanecer en Cristo, experimentará la sequía más abrumadora de su existencia. Quienes siempre han vivido con sed no se dan cuenta de lo terrible que es, pues nunca han bebido del agua que sacia el alma. Mas aquellos y aquellas que ya bebimos, sabremos lo que es la falta de Su agua y la angustia de tener sed nuevamente.

Entonces, entendiendo esto, deseo darle la quita verdad espiritual de esta tarde: La fianza o garantía para este nuevo pacto no está soportada en nuestro cumplimiento sino en Cristo. Él es la garantía ante Dios. Él es la cabeza de este cuerpo, y nosotros, como Su cuerpo, debemos tan sólo mantenernos en Él. Por eso es que santidad no es ser buenos, es ser apartados para Él y en Él.

Si fuera posible que la gracia de Dios fracasara en la vida de alguien, definitivamente, no quedaría nada más para redimirle.

Un maravilloso hombre de Dios dijo: “Si todas las cosas fueron hechas nuevas, ¿Podríamos imaginar que todo eso se hiciera viejo? Por tanto, ninguna persona puede decir: aunque regrese a mi viejo pecado, y deje de orar, o de arrepentirme, o de creer, o de tener alguna vida de Dios en mi, a pesar de todo seré salvo porque una vez fui un creyente.

No, y no, profano hablador, la Biblia no dice: serán salvos aunque se aparten de mi, sino que dice: “que no se aparten de mi".

Temas:
1. La educación de los padres.
2. Características de la adolescencia.
3. El modelaje de los padres.
4. La autoestima de nuestros hijos.
5. Los límites.

Días: Del viernes 9 de marzo al viernes 6 de abril. (4 viernes).
Hora: De 07:00 p.m. - 10:00 p.m.
Lugar: Instalaciones del Centro de Adoración Sin Límites.
Costo: 50.000 cólones

Tendremos café y bocadillos para los asistentes.