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Iglesia Cristiana Koinonia

Parte de la Solución El Cántico de Ana

Parte de la Solución El Cántico de Ana

2nda Enseñana de la serie, "Cuando Dios Llama." Título: Parte de la Solución 1 Samuel 2:1-10

Locations & Times

Koinonia Surco

Nº 163 -165, Cerro Azul 163, Santiago de Surco 15803, Peru

Saturday 7:00 PM

1 Samuel 2
El Cántico de Ana

La serie “Cuando Dios Llama.”

Título: Parte de la Solución
Levantarse

Tomar una decisión…
Decidir hacer un cambio.
Ana decidió clamar al Señor pero no solo eso…
No solo es interesante lo que dice, sino lo que NO dice…

No dice, Señor, recuerdo que Saraí no pudo tener hijos y al final terminó siendo Sara… risa. Cambiaste su lamenta y frustración en alegría.

Recuerdo que Manoa y su esposa no podían tener hijos tampoco y les diste a un hijo Sansón…
¿Cuál es el título que usa Ana cuando clama a Dios?

El Señor de los ejércitos.


Ella vivió durante el tiempo de los jueces.
El pueblo desobedecía a Dios y terminaba conquistado por los enemigos.
Terminaba en la pobreza y la miseria.

Ana reconoce que su pueblo, el pueblo de Israel está mal y que necesita a un nuevo líder. Pero no como los jueces que ya se han levantado.
El pueblo tampoco necesita a un sumo sacerdote ni otros sacerdotes como Elí y sus hijos.

El pueblo necesita a un hombre nuevo… fuerte en el Señor. Un conquistador tanto físico igual que espiritual.

1. Ana se ofrece y ofrece a su hijo como parte de la solución.

1. Ofrece a su hijo para servir a Dios en el pueblo de Israel.
2. Un pueblo descarriado y cegado.
3. Un pueblo que ya no escuchaba la palabra de Dios.
4. Un pueblo que no entendía.
Ahora imagínense… Ana acaba de enviar a su hijo… su único hijo siendo chiquito, al tabernáculo.

Lo va a visitar una vez al año…
Uno imaginaría que estaría con el corazón destrozado.
Una mujer en depresión
¿Qué hace Ana?
Canta.
Y no canta huayno…
No canta una canción triste….

Ana entendió de que los niños pueden servir a Dios.
No era necesario esperar hasta que fueron grandes para empezar.
A primera vista parece que Ana exagera la cosa un poco.
Normalmente cuando una mujer da a luz se contenta pero no dice, “ahora puedo burlarme de mis enemigos.”

Solo una madre que entiende lo que Dios quiere hacer… quien ama a Dios y ama al pueblo de Dios puede decir en estas circunstancias…

Ana no oraba como los demás.
Ana experimentaba comunión con Dios. Ana entendió lo que quizás nadie había entendido en su tiempo.

“Ahora puedo burlarme de mis enemigos…”

No se refiere a Peniná… aunque mi imagino que era parte…
Dice Ana… mis enemigos…

¿Te acuerdas el título de Dios que utilizó Ana cuando oró?
“El Señor de los ejércitos.”
Dios está haciendo algo grande… soy parte…
Dios nos dará la victoria y soy parte de eso.
Soy parte de la solución.
Dios usará a mi hijo…

Termina diciendo, “porque me regocijo en tu salvación.”

Ana no solo entiende que Dios usará a su hijo, sino que enviará a un salvador…
El pueblo que ha vivido en pecado, el pueblo que ha vivido en rebeldía podrá recibir el perdón de Dios.

El mesías iba a llegar e iba a ser el motivo se regocijo para todos.
Ana empezó a vivir según la promesa de Dios y entendió que no hay nada mejor que servir al Señor. No hay nadie como Él.
Tu puedes pensar que eres lo máximo. Eres listo, eres fuerte… pero Dios puede cambiar las cosas en un segundo.
Es mejor preparar tu corazón y depender de Él.

Habían líderes poderosos en el tiempo de Ana… Ana decidió no temerlos y no preocuparse por ellos sino temer a Dios y poner la vida de su hijo en las manos del Todopoderoso.
1. Ana se ofrece y ofrece a su hijo como parte de la solución.

Aquí vemos el segundo.
2. Ana entendió que la riqueza y la pobreza depende del Señor

En vez de confiar en la gran carrera o el buen trabajo de que iba a tener su hijo, confió en Dios.

¿Entiendes que es Dios que da la prosperidad y que decide que algunos vivirán en la pobreza?

Cuando el pueblo obedecía a Dios, era próspero, cuando el pueblo desobedecía vivía en la pobreza.

Cuando el pueblo desobedecía a Dios los sacerdotes se morían de hambre.

Pero Ana entendió algo… todo el pueblo iba a estar mal de nuevo si no se levantaría a un hombre de Dios para guiarles a todos.

Aunque Dios es él que levanta a unos y deja a otros en la pobreza no es por capricho que lo hace.

El pueblo que busca a Dios termina siendo bendecido en todo sentido.

Ana ofreció a su hijo como parte de la solución

Ella sabía que si su hijo se dedicara a cualquier cosa cuando su llamado era servir al Señor que no le iba a servir y que el pueblo también sufriría.
Ana tomó la decisión de enviar a su hijo a servir en tabernáculo no porque confiaba en Elí, mucho menos en sus hijos de él, ni siguiera porque confiaba en los grandes economistas y generales o líderes del país sino porque confiaba que Dios iba a cuidar sus pasos de ella y los de su hijo.

Nuestra falta de fe llega a influenciar las vidas de nuestros hijos aún cuando nuestras intenciones son buenas.
3. Ana seguía siendo parte de la solución cuando envió a su hijo Samuel lejos.

¿Cómo?
Ana había llegado a ser una mujer de oración.
¿Cómo pudo decir Ana que se burlaba de sus enemigos al inicio de su cántico?

Por revelación.
4. Ana vio el panorama completo.

Ana entendió que el Mesías iba a ser no solo el Salvador sino el Rey, el ungido de Dios también.

Esta es la primera vez en la Biblia que vemos esta descripción.

La combinación del Mesías con el Rey ungido por Dios presentada como la misma persona.

La gente no entendió.
Pero Ana si…

Cuando entiendes que tu Salvador y Rey… y que tu Rey es el Salvador… vives en la gracia de Dios.
Dios ofrece lo mejor a aquellos que pasan la prueba por fe.
Ofrece lo que en segundo plano a aquellos que no desean lo mejor.
No es siempre lo que parece ser lo peor que nos quita lo mejor sino lo que nos parece bueno.

La cruz parece ser dura pero al final es la mejor. Mientras la vida sin pruebas es lo que se convierte en un gran obstáculo para nosotros.

Ana pasó la prueba y el resto es historia.
Entregó a su hijo a Dios y Dios le reveló Su hijo Jesucristo a ella.

También decidimos lo mismo…
Nuestros planes y nuestro futuro por el suyo.
Podemos cambiar nuestra voluntad por Su voluntad.
Podemos ofrecer nuestras vidas a Dios en sometimiento y participar en Su obra… ser parte de la solución o podemos seguir nuestro propio camino.