El Faro

Introducción: desde que nacemos vamos transitando por problemas a los que de una u otra manera debemos enfrentar. A medida que vamos creciendo la resolución de dichos problemas dependen más de nuestras propias acciones que de otros. Para la filosofía, un problema es algo que altera la paz, el equilibrio y la armonía de quien o quienes lo tienen. Dentro de la religión, en cambio, un problema puede ser el resultado de una contradicción interna que se suscita entre dos fuerzas (el bien y el mal).
Dios nos ha dado todas las herramientas para que ante las dificultades y problemas que puedan surgir en nuestro andar por la vida, podamos resolverlos y salir más que vencedores.

1- Cristo es nuestro ejemplo de victoria
Isaías 25:8
Job 19:25
1ª Corintios 6:14
Romanos 8:34
Romanos 10:9
1 Corintios 15:55
a) Venció las tentaciones.
b) Venció las ingratitudes y traiciones.
c) Venció el dolor y la angustia.
d) Venció la muerte.
e) Cristo es la mayor representación de victoria.

2- No hay causa alguna que pueda vencernos si vivimos en Cristo
Romanos 8: 35
a) ¿Tribulación? Pena, disgusto o aflicción muy grande que siente una persona.
b) ¿Angustia?
c) Persecución?
d) ¿Hambre o necesidades económicas?
e) ¿Desprotección?
f) ¿Peligro?
g) ¿Muerte?
Ante cada uno de estos peligros Cristo nos asegura la victoria

3- El diablo no descansa buscando nuestra derrota
Juan 10:10
a) Frente al desánimo.
b) Frente a la falta de esperanza.
c) Confundiendo nuestro propósito.
d) Quitándonos la paz.

4- Cristo nos promete la victoria tomados de su mano
1 Juan 5:1-5
a) En cristo somos victoriosos.
b) La victoria se sustenta en una vida de fe.
c) Nuestra victoria frente a la adversidad se basa en obedecerle.
d) Si buscamos ser personas victoriosas debemos aferrarnos al evangelio de Cristo en TODO.

Conclusión: Cristo nos da el mejor ejemplo de una vida victoriosa frente a la adversidad. Debemos ser embajadores de Cristo en la tierra por lo que debemos transitar vidas victoriosas. En sus promesas nunca se nos menciona que tendremos una vida sin dificultades, pero sí nos promete que frente a ellas también tenemos la victoria asegurada. Aferrémonos a su palabra y a la fe en Cristo para poder tener vidas más que victoriosas.