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Ministerio El-Olam

El remedio contra la ansiedad

El remedio contra la ansiedad

Enseñanza dominical

Locations & Times

Av. Circunvalacion, Cochabamba, Bolivia

Tuesday 11:00 AM

¿Cuál es uno de los mayores problemas con los que lucha la gente?
La ansiedad, la preocupación, el afán.
Todo lo que nos rodea provoca de una u otra manera preocupación. Está la publicidad, haciéndonos desear y comprar cosas que no necesitamos realmente. Están las noticias, con todas las cosas terribles que pasan en el país, infundiendo inseguridad y temor. Está el trabajo, está, en muchos casos la familia y las cosas del hogar, de la casa, las cuentas, las compras, los costos suben, los sueldos no alcanzan... podemos continuar así hasta deprimirnos.

¿Cómo luchamos contra la ansiedad?
Vivimos en una cultura que promueve la ansiedad, pues aunque digan que están en busca de la calma, lo sencillo, lo saludable, lo económico; toda la publicidad, las fotos, los estilos de vida que nos invitan a vivir, nos llevan a la ansiedad, a la preocupación, al consumismo. Ahora bien, no podemos aislarnos del mundo, tampoco es la idea. Sin embargo en la Biblia encontramos varias referencias en las que Jesús, Pedro, Pablo, los Salmos, nos instan a confiar y descansar en la providencia de Dios.
La oración, ruego y la acción de gracias son necesarias para presentar a Dios nuestras peticiones.
Con la oración presentamos a Dios, con confianza y seguridad nuestras peticiones. La Palabra nos enseña que debemos pedir con fe, no dudando en nuestro corazón. En la oración, somos como los niños que Jesús dijo que fuéramos. Con sencillez pedimos a nuestro Padre, sabiendo que Él nos oye.
Con la acción de gracias, nosotros afirmamos nuestra fe, gozándonos en Dios, por su bondad y fidelidad, y con esto estaríamos atendiendo y cumpliendo lo que dice el verso 4, Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo; ¡Regocijaos! 1 Juan 5:14-15 nos dice "y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". ¿Acaso esto no produce gozo? Esa seguridad que tenemos en Dios gracias a la obra que Cristo. Su Sangre nos acercó al Padre. Su amor nos reconcilió. Podemos acercarnos confiadamente al Trono de la Gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro(He 4:16). Con razón Pablo les dice, gócense. La seguridad que tenemos en Dios por Cristo es inamovible e inmutable, pues la fidelidad de Dios es inamovible e inmutable.


Me encanta la promesa en este verso. Me encanta porque pienso que Dios es fiel. Su fidelidad nunca cambia, y sus riquezas en gloria en Cristo Jesús son inagotables. Él suplirá todo lo que nos falte. Él cuida de nosotros. Por tanto, echemos en Él nuestra ansiedad. Acerquémonos a Él, todos los cansados, reposemos y descansemos en Él, y tomemos su yugo que es fácil, y su carga, la cual es ligera.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios. En otras palabras, reconozcan su Soberanía, su Poder. No seamos auto-suficientes, independientes y menos rebeldes, por el contrario, sujetémonos a Dios y sometámonos a Él ¿Cómo? echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.

La cultura del mundo promueve la independencia y la auto-suficiencia. Ambas no son de Dios.La Palabra nos enseña a ser dependientes de Dios en todo momento. El evangelio nos enseña que no importa lo que hiciésemos, nunca podríamos obtener salvación y redención. Es por eso que Jesús mismo dio su vida para que nosotros podamos ser salvos y rescatados de la muerte y pecado.

Debemos aprender a confiar y descansar en Él. Ya sea que lo veamos como Dios, como Padre o como Rey, por naturaleza, Él tendrá cuidado de nosotros. Él cuida de su creación al punto que por misericordia hace salir el sol y llover sobre justos e injustos. Como Padre, Él tiene cuidado de cada uno de sus hijos, pues, para añadir, fue un alto precio que pagó por nuestra redención, y como dice Pablo en Romanos 8:32 "el que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?"
Pedir, buscar, llamar. Jesús presenta estas tres acciones y las conecta con la oración.Él dice, todo el que pide, recibe. Todo el que busca, halla. Todo aquel que llama, se le abre. Jesús resalta la bondad del Padre en contraste a la "bondad" humana.
¿Estamos buscando en presencia de Dios? ¿Estamos pidiendo o llamando? La bondad del Padre está ligada a su soberanía y a su sabiduría. Hay cosas que Él no concede. Esto, creo yo, va ligado a 1 Juan 5, donde leímos, si pedimos algo conforme a su voluntad.

Estamos hablando del cuidado personal de Dios con cada uno de sus hijos, no del cumplimiento de cada capricho y pedido egoísta y vanaglorioso que podamos hacer. El Padre concede los deseos de nuestro corazón, eso dice la Palabra, pero no nos equivoquemos, el corazón de una Nueva Criatura no se encaprichará, ni se dejará dominar por los gustos del mundo. Santiago lo presenta claramente.
Desean y no tienen porque no piden. Piden, y no reciben, porque piden mal.
Santiago nos presenta dos razones por las que no se recibe lo que se desea.
No se recibe porque no se pide. Jesús dijo, pedid y recibiréis. Pablo enseñó a presentar las peticiones o necesidades a Dios en oración.No se recibe, aunque se pida, porque se pide mal. Alguno podría pensar, seguro pedir mal es pedir sin fe, pero acá, gracias a Dios, la Palabra nos aclara que no es por pedir sin fe, sino por pedir con motivación y con un corazón egoísta, vanaglorioso y apartado de las cosas de Dios. Jesús le dijo a Satanás,¡Quítate de delante de mí, Satanás!;me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Santiago dice, para gastar en vuestros propios deleites. Otras traducciones del mismo verso lo presentan así:

"no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Y, aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer". (NTV)
"No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios; y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres." (DHH)

Yo creo que fue por esto que Jesús lo dijo de esta manera en Mateo 6:33 "mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".



La importancia de tener un corazón correcto, regenerado al orar es vital. Mucha gente se queja de que sus oraciones no son oídas, pero muchas, no digo todas, sino muchas, no reciben nada porque su corazón está totalmente alejado de Dios.

Alguna vez escuché de personas que oran para que sus esposos sean millonarios. Leí de personas que oraban para que Dios les de una casa de 1 millón de dólares. También están los que piden ciertas marcas de vehículos u otros bienes, pero buscando el lujo y no lo útil. ¿Qué propósito tiene esto? ¿No traerá más ansiedad y afán? ¿No es el motivo elevar la vanidad y el egocentrismo?

Es cierto que la bendición de Dios es grande, pero ¿dónde está nuestro corazón?
Estamos en lucha contra lo que el mundo ofrece como valioso y exitoso. Estamos en lucha contra lo que el mundo presenta como bueno y próspero. Estamos contra esto porque buscamos lo que Dios llama valioso y bueno y lo que Dios llama realmente prosperidad.

La oración, el confiar en Dios por nuestras necesidades, preocupaciones, por nuestra ansiedad nos lleva a orar como Jesús lo hizo:

9 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:9-15)

Echémos sobre Él toda ansiedad, toda preocupación, porque Él tiene cuidado de nosotros.