Punto de Gracia

Punto de Gracia Chihuahua
Iglesia Cristiana en Chihuahua, Chih.
Locations & Times
Punto de Gracia
Av Juan Escutia 1850, Los Mezquites, 31110 Chihuahua, Chih., México
Saturday 10:00 AM
Valentía en declive
PASAJE CLAVE: Números 13–14
LECTURAS DE APOYO: Deuteronomio 31.6 | Josué 1.9
En ocasiones, las personas se esfuerzan por alcanzar una meta; pero, al estar a punto de lograr lo que se han propuesto, se dan por vencidas.
Esto ocurre, algunas veces, debido a que no tienen la valentía que necesitan para recibir lo que Dios les da. Quizás hasta han orado con la esperanza de recibir una respuesta, pero, cuando Dios les responde, la valentía que pensaron tener se desmorona.
La valentía es la cualidad mental y espiritual que nos capacita para enfrentar peligro, oposición, o desafíos de la vida con audacia, calma y firmeza. El pasaje que encontramos en Números 13–14 es una ilustración de lo que sucede cuando se pierde la valentía y dejamos de obedecer al Señor.
La situación de Israel
Dios le entregó su Ley al pueblo de Israel después de que les recatara milagrosamente de la esclavitud en Egipto, les abriera el mar Rojo para que escaparan y les guiara por el desierto hacia el monte Sinaí. Desde ahí, les guió hasta que llegaron a la frontera de la tierra que les había prometido.
En ese momento, el Señor le dijo a Moisés que escogiera a doce hombres, uno de cada tribu, para que espiaran la tierra y reportaran lo que habían visto (13.1, 2). Los espías regresaron con diversas frutas y con un racimo de uvas tan grande, que tuvo que ser llevado por dos de ellos. Ciertamente, ese territorio era fructífero, pero sus ciudades estaban fortificadas y sus habitantes eran grandes y fuertes.
El reporte de los espías
Confiado en la promesa que Dios les había dado en relación a esa tierra, Caleb les dijo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (13.30). Pero entonces, diez de los espías desanimaron al pueblo con sus palabras, al dar un reporte negativo de lo que habían visto. En vez de recordar las promesas de Dios, pusieron su enfoque en lo difícil de la situación y resaltaron lo siguiente:
“No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros” (v. 31).
“La tierra … traga a sus moradores” (v. 32).
“Y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos” (v. 33).
Como resultado de ese reporte negativo, el pueblo lloró, se quejó y hasta culpó a Dios de haberlos traído a esa tierra para que murieran a espada (14.3). Querían apedrear a Moisés, Aarón, Josué y Caleb, para luego escoger a un líder que los guiara de vuelta a Egipto. Ya se habían olvidado de la esclavitud en la que antes vivían, y en los milagros que Dios había realizado para rescatarlos.
Las causas de una valentía en declive
Los israelitas habían llegado a una conclusión equivocada por las siguientes razones:
Olvidaron las promesas de Dios.
Aunque el Señor había prometido darles esa tierra, se dejaron guiar por el reporte negativo y dejaron a un lado las palabras de Dios.
Se enfocaron en sus propios recursos y no en los de Dios.
Al poner su mirada en sus habilidades, llegaron a pensar que no podrían derrotar a los habitantes de esa tierra. Pero Dios tiene el poder necesario para hacer realidad cada una de sus promesas, aunque en ocasiones no comprendamos sus caminos.
Escucharon a los que dudaban y no a los creyentes.
El pueblo, al desechar las palabras de los dos hombres que confiaban en las promesas de Dios y al prestar atención a lo que decían los otros diez espías, tomó una mala decisión. Es por eso que debemos cuidarnos de los consejos de aquellos que no creen en las promesas bíblicas ni el poder del Señor.
Excluyeron a Dios del proceso de tomar decisiones.
Aunque Caleb y Josué le exhortaron al pueblo de Israel a creer en las promesas del Señor, éstos no lo tomaron en cuenta al considerar el asunto. En ocasiones somos culpables de cometer el mismo error. En vez de buscar la voluntad de Dios, dependemos de la información, de la opinión de otros y de nuestro propio razonamiento. A nosotros también se nos ha dado la promesa de su presencia, poder y provisión para capacitarnos de tal manera, que podamos hacer lo que Dios nos ha encomendado. Solo tenemos que obedecer y confiar en Él.
Dejaron que los reportes negativos opacaran las promesas de Dios.
Después de escuchar todos los obstáculos que les esperaban en la Tierra Prometida, no recordaron todo lo que el Señor ya había hecho por ellos en el pasado. No solo los había rescatado milagrosamente de Egipto, sino que también los había guiado y protegido en el desierto. Por tanto, no tenían ninguna razón genuina para dudar de las promesas de Dios. Pero escucharon la voz de los hombres y no la de Él.
Olvidaron las promesas y la obra que Dios había hecho en sus vidas.
En vez de reconocer que el Señor los había guiado hasta ese punto, y que también les ayudaría a conquistar la Tierra Prometida, pensaron en buscar un nuevo líder que los llevara de regreso a Egipto. Se negaron a creer en las promesas de Dios y no quisieron confiar en su poder. Y podemos afirmar que, cada vez que dejamos a Dios fuera de nuestras decisiones, cometemos errores costosos.
Las consecuencias
Todo lo que los israelitas deseaban estaba del otro lado de esa frontera, pero como no desearon obedecer al Señor, su juicio vino sobre ellos. Él declaró que andarían errantes por el desierto durante cuarenta años. Al escuchar esa sentencia, cambiaron de parecer y decidieron ir por su cuenta a conquistar Canaán, pero como el Señor no estaba con ellos, fueron derrotados.
En ocasiones, Dios solo nos da una oportunidad. Si nuestra valentía desfallece, no recibiremos un segundo chance. Por eso la obediencia es tan importante. Es al vivir cada día en obediencia al Señor, que podemos disfrutar de las bendiciones que Él desea darnos.
La clave para la obediencia
El reflexionar en la Palabra de Dios nos ayuda a vivir en su voluntad. Esto incluye leer la Biblia cada día, mientras hablamos con el Señor en oración acerca de lo que nos ha enseñado. Es por medio de su Palabra que cambia nuestros pensamientos y actitudes, para que ya no sintamos miedo, sino que vivamos en valentía. Y son también las enseñanzas de la Biblia las que nos recuerdan que no estamos solos, pues Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, y su Espíritu mora en nuestro corazón y nos guía a cada paso que damos.
REFLEXIÓN
¿En alguna ocasión usted perdió el valor que necesitaba para obedecer a Dios? ¿Qué sucedió como resultado? ¿Recibió una segunda oportunidad?
Al enfrentar un desafío, ¿qué es lo primero que viene a su mente y de qué manera usualmente reacciona? ¿De qué forma, el poner su mirada en la Palabra de Dios, le fortalece para obedecer a pesar de los obstáculos y dificultades?
PASAJE CLAVE: Números 13–14
LECTURAS DE APOYO: Deuteronomio 31.6 | Josué 1.9
En ocasiones, las personas se esfuerzan por alcanzar una meta; pero, al estar a punto de lograr lo que se han propuesto, se dan por vencidas.
Esto ocurre, algunas veces, debido a que no tienen la valentía que necesitan para recibir lo que Dios les da. Quizás hasta han orado con la esperanza de recibir una respuesta, pero, cuando Dios les responde, la valentía que pensaron tener se desmorona.
La valentía es la cualidad mental y espiritual que nos capacita para enfrentar peligro, oposición, o desafíos de la vida con audacia, calma y firmeza. El pasaje que encontramos en Números 13–14 es una ilustración de lo que sucede cuando se pierde la valentía y dejamos de obedecer al Señor.
La situación de Israel
Dios le entregó su Ley al pueblo de Israel después de que les recatara milagrosamente de la esclavitud en Egipto, les abriera el mar Rojo para que escaparan y les guiara por el desierto hacia el monte Sinaí. Desde ahí, les guió hasta que llegaron a la frontera de la tierra que les había prometido.
En ese momento, el Señor le dijo a Moisés que escogiera a doce hombres, uno de cada tribu, para que espiaran la tierra y reportaran lo que habían visto (13.1, 2). Los espías regresaron con diversas frutas y con un racimo de uvas tan grande, que tuvo que ser llevado por dos de ellos. Ciertamente, ese territorio era fructífero, pero sus ciudades estaban fortificadas y sus habitantes eran grandes y fuertes.
El reporte de los espías
Confiado en la promesa que Dios les había dado en relación a esa tierra, Caleb les dijo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (13.30). Pero entonces, diez de los espías desanimaron al pueblo con sus palabras, al dar un reporte negativo de lo que habían visto. En vez de recordar las promesas de Dios, pusieron su enfoque en lo difícil de la situación y resaltaron lo siguiente:
“No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros” (v. 31).
“La tierra … traga a sus moradores” (v. 32).
“Y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos” (v. 33).
Como resultado de ese reporte negativo, el pueblo lloró, se quejó y hasta culpó a Dios de haberlos traído a esa tierra para que murieran a espada (14.3). Querían apedrear a Moisés, Aarón, Josué y Caleb, para luego escoger a un líder que los guiara de vuelta a Egipto. Ya se habían olvidado de la esclavitud en la que antes vivían, y en los milagros que Dios había realizado para rescatarlos.
Las causas de una valentía en declive
Los israelitas habían llegado a una conclusión equivocada por las siguientes razones:
Olvidaron las promesas de Dios.
Aunque el Señor había prometido darles esa tierra, se dejaron guiar por el reporte negativo y dejaron a un lado las palabras de Dios.
Se enfocaron en sus propios recursos y no en los de Dios.
Al poner su mirada en sus habilidades, llegaron a pensar que no podrían derrotar a los habitantes de esa tierra. Pero Dios tiene el poder necesario para hacer realidad cada una de sus promesas, aunque en ocasiones no comprendamos sus caminos.
Escucharon a los que dudaban y no a los creyentes.
El pueblo, al desechar las palabras de los dos hombres que confiaban en las promesas de Dios y al prestar atención a lo que decían los otros diez espías, tomó una mala decisión. Es por eso que debemos cuidarnos de los consejos de aquellos que no creen en las promesas bíblicas ni el poder del Señor.
Excluyeron a Dios del proceso de tomar decisiones.
Aunque Caleb y Josué le exhortaron al pueblo de Israel a creer en las promesas del Señor, éstos no lo tomaron en cuenta al considerar el asunto. En ocasiones somos culpables de cometer el mismo error. En vez de buscar la voluntad de Dios, dependemos de la información, de la opinión de otros y de nuestro propio razonamiento. A nosotros también se nos ha dado la promesa de su presencia, poder y provisión para capacitarnos de tal manera, que podamos hacer lo que Dios nos ha encomendado. Solo tenemos que obedecer y confiar en Él.
Dejaron que los reportes negativos opacaran las promesas de Dios.
Después de escuchar todos los obstáculos que les esperaban en la Tierra Prometida, no recordaron todo lo que el Señor ya había hecho por ellos en el pasado. No solo los había rescatado milagrosamente de Egipto, sino que también los había guiado y protegido en el desierto. Por tanto, no tenían ninguna razón genuina para dudar de las promesas de Dios. Pero escucharon la voz de los hombres y no la de Él.
Olvidaron las promesas y la obra que Dios había hecho en sus vidas.
En vez de reconocer que el Señor los había guiado hasta ese punto, y que también les ayudaría a conquistar la Tierra Prometida, pensaron en buscar un nuevo líder que los llevara de regreso a Egipto. Se negaron a creer en las promesas de Dios y no quisieron confiar en su poder. Y podemos afirmar que, cada vez que dejamos a Dios fuera de nuestras decisiones, cometemos errores costosos.
Las consecuencias
Todo lo que los israelitas deseaban estaba del otro lado de esa frontera, pero como no desearon obedecer al Señor, su juicio vino sobre ellos. Él declaró que andarían errantes por el desierto durante cuarenta años. Al escuchar esa sentencia, cambiaron de parecer y decidieron ir por su cuenta a conquistar Canaán, pero como el Señor no estaba con ellos, fueron derrotados.
En ocasiones, Dios solo nos da una oportunidad. Si nuestra valentía desfallece, no recibiremos un segundo chance. Por eso la obediencia es tan importante. Es al vivir cada día en obediencia al Señor, que podemos disfrutar de las bendiciones que Él desea darnos.
La clave para la obediencia
El reflexionar en la Palabra de Dios nos ayuda a vivir en su voluntad. Esto incluye leer la Biblia cada día, mientras hablamos con el Señor en oración acerca de lo que nos ha enseñado. Es por medio de su Palabra que cambia nuestros pensamientos y actitudes, para que ya no sintamos miedo, sino que vivamos en valentía. Y son también las enseñanzas de la Biblia las que nos recuerdan que no estamos solos, pues Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, y su Espíritu mora en nuestro corazón y nos guía a cada paso que damos.
REFLEXIÓN
¿En alguna ocasión usted perdió el valor que necesitaba para obedecer a Dios? ¿Qué sucedió como resultado? ¿Recibió una segunda oportunidad?
Al enfrentar un desafío, ¿qué es lo primero que viene a su mente y de qué manera usualmente reacciona? ¿De qué forma, el poner su mirada en la Palabra de Dios, le fortalece para obedecer a pesar de los obstáculos y dificultades?