Centro Cristiano Victoria. Moreno

La presencia de Dios en tiempos de incertidumbre
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Centro Cristiano Victoria
Ituzaingó 186, B1744FTD Moreno, Buenos Aires, Argentina
Sunday 10:00 AM
En su prédica del miércoles pasado, Albita nos volvió a recordar que uno de los nombres que recibió Jesús fue Emanuel, Dios con nosotros. Es un título descriptivo de la misión que vino a cumplir. Dios nos ama tanto que para salvarnos tuvo que hacerse hombre y habitar entre los hombres para finalmente entregar su vida en una cruz y resucitar. Hoy es Señor del universo y viene pronto. Tenemos una expectativa renovada acerca de la venida del Señor en estos últimos tiempos. Creemos que somos los cristianos de los últimos tiempos y esperamos a nuestro Señor despiertos, en oración y sirviéndole sin demora porque la hora es urgente. Nos entusiasma, fortalece y activa experimentar en cada momento su presencia con nosotros. El nombre Emanuel aplicado a Jesús es muy poderoso, quiero subrayar... Dios con nosotros. No solo con uno, la vida en Cristo no es un cuestión individual, es la iglesia que, unida, está enlazada a Jesús. Aún más, el Espíritu Santo habita en su pueblo y cuando una persona empieza una nueva vida en Cristo es añadida a la iglesia y sumergida en el Espíritu Santo y el Espíritu Santo hace morada en su corazón. Así Jesús está con los suyos, y experimentar esto es... lo mejor. Su presencia con su pueblo.
Querido amigo... ¿qué es lo que trae seguridad y paz en tu corazón? Esta es una necesidad siempre, y en estos tiempos difíciles se ha acrecentado.
Querido amigo... ¿qué es lo que trae seguridad y paz en tu corazón? Esta es una necesidad siempre, y en estos tiempos difíciles se ha acrecentado.
1. La presencia de Dios nos da seguridad y paz
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.Juan 8:29
Esta es la seguridad que tenía Jesús, y Él nos ha dado promesa que si hacemos su voluntad, si cumplimos nuestra tarea estará siempre con su pueblo.
Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:18-20
Dios no abandona a quienes Él envía. Hubo un momento en que Jesús sintió el abandono del Padre, fue en la cruz, el padeció en nuestro lugar, de modo que si hacemos lo que agrada al Padre Su Presencia esta asegurada. Dios no abandona, somos nosotros los que nos corremos de su protección y quedamos expuestos a cualquier tipo de maldad del diablo que anda al acecho.
Ésta era la preocupación de Moisés quien dijo:
Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.Éxodo 33:15
Moisés sabía que si Dios no estaba con Él su tarea sería un fracaso.
Como seguidores de Jesús debemos vivir de manera tal que el Señor se sienta a gusto de hacer morada en nuestro corazón, y a la vez nos alentamos unos a otros a ser buscadores de Su Presencia y a vivir con la certeza de que el Maestro está con sus hijos todos los días y por la eternidad.
El pueblo de Dios en el trayecto del Éxodo, en el desierto, contó con la presencia de Dios en la nube y en la columna de fuego, sin embargo, en lugar de conducirse en fe según la voluntad de Aquel que los guiaba y les hacía experimentar sus victorias, se rebelaba una y otra vez de modo que esa generación pereció sin entrar a la tierra prometida, sólo Josué y Caleb conocieron el lugar donde fluía leche y miel, y esto fue por su fe, por su fidelidad.
Nuestro Señor nos quiere conducir con su Presencia a la tierra prometida que Él ha preparado para cuando Él regrese, pero además nos promete que cada instante puede ser una experiencia de vida abundante por la fe en Jesús.
Cuando vemos a hombres y mujeres de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos de modo reiterativo la promesa de Su Presencia para cumplir la misión encomendada.
Dios entregó su Palabra a Jacob diciendo: He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
A Moisés Dios le prometió: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14
Dios habló a Josué diciendo: Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.Josué 1:5
A Jeremías dijo: Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte. Jeremías 1:9
Para Gedeón la Palabra fue: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Jueces 6:16
De David dice la Biblia: Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él. 1 Crónicas 11:9
A Su pueblo en el Antiguo Testamento dijo: No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Isaías 43:5
Hubo promesa de Jesús a Pablo en los siguientes términos: porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Hechos 18:10
A la iglesia dice: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:19-20
La Biblia nos revela a Dios prometiendo su Su Presencia, y Él es fiel, los hijos de Dios podemos caminar en esa seguridad.
Querido amigo, ¿crees que es posible vivir en una dimensión sobrenatural? En este tiempo, más que nunca, lo necesitamos.
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.Juan 8:29
Esta es la seguridad que tenía Jesús, y Él nos ha dado promesa que si hacemos su voluntad, si cumplimos nuestra tarea estará siempre con su pueblo.
Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:18-20
Dios no abandona a quienes Él envía. Hubo un momento en que Jesús sintió el abandono del Padre, fue en la cruz, el padeció en nuestro lugar, de modo que si hacemos lo que agrada al Padre Su Presencia esta asegurada. Dios no abandona, somos nosotros los que nos corremos de su protección y quedamos expuestos a cualquier tipo de maldad del diablo que anda al acecho.
Ésta era la preocupación de Moisés quien dijo:
Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.Éxodo 33:15
Moisés sabía que si Dios no estaba con Él su tarea sería un fracaso.
Como seguidores de Jesús debemos vivir de manera tal que el Señor se sienta a gusto de hacer morada en nuestro corazón, y a la vez nos alentamos unos a otros a ser buscadores de Su Presencia y a vivir con la certeza de que el Maestro está con sus hijos todos los días y por la eternidad.
El pueblo de Dios en el trayecto del Éxodo, en el desierto, contó con la presencia de Dios en la nube y en la columna de fuego, sin embargo, en lugar de conducirse en fe según la voluntad de Aquel que los guiaba y les hacía experimentar sus victorias, se rebelaba una y otra vez de modo que esa generación pereció sin entrar a la tierra prometida, sólo Josué y Caleb conocieron el lugar donde fluía leche y miel, y esto fue por su fe, por su fidelidad.
Nuestro Señor nos quiere conducir con su Presencia a la tierra prometida que Él ha preparado para cuando Él regrese, pero además nos promete que cada instante puede ser una experiencia de vida abundante por la fe en Jesús.
Cuando vemos a hombres y mujeres de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos de modo reiterativo la promesa de Su Presencia para cumplir la misión encomendada.
Dios entregó su Palabra a Jacob diciendo: He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
A Moisés Dios le prometió: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14
Dios habló a Josué diciendo: Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.Josué 1:5
A Jeremías dijo: Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte. Jeremías 1:9
Para Gedeón la Palabra fue: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Jueces 6:16
De David dice la Biblia: Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él. 1 Crónicas 11:9
A Su pueblo en el Antiguo Testamento dijo: No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Isaías 43:5
Hubo promesa de Jesús a Pablo en los siguientes términos: porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Hechos 18:10
A la iglesia dice: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:19-20
La Biblia nos revela a Dios prometiendo su Su Presencia, y Él es fiel, los hijos de Dios podemos caminar en esa seguridad.
Querido amigo, ¿crees que es posible vivir en una dimensión sobrenatural? En este tiempo, más que nunca, lo necesitamos.
2. La presencia de Dios nos hace vivir de modo sobrenatural
Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Desde que nacemos se nos enseña a movernos en los ámbitos natural y social, aprendemos sus leyes y cómo vivir de acuerdo a sus pautas, pero poco se nos enseña y poco aprendemos a vivir en el ámbito sobrenatural.
Sin embargo, debemos saber que Dios actúa sobrenaturalmente. Su pueblo tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento conoció a Dios de ese modo y experimentó lo que significa el actuar de Dios superando los limites de lo natural. Quienes caminamos con Dios aprendemos a movernos en lo sobrenatural e inspirar unos a otros vivir de ese modo.
Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Desde que nacemos se nos enseña a movernos en los ámbitos natural y social, aprendemos sus leyes y cómo vivir de acuerdo a sus pautas, pero poco se nos enseña y poco aprendemos a vivir en el ámbito sobrenatural.
Sin embargo, debemos saber que Dios actúa sobrenaturalmente. Su pueblo tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento conoció a Dios de ese modo y experimentó lo que significa el actuar de Dios superando los limites de lo natural. Quienes caminamos con Dios aprendemos a movernos en lo sobrenatural e inspirar unos a otros vivir de ese modo.
- Movernos en el ámbito sobrenatural implica orar y esperar hasta que Dios responda.
Mucha de nuestras oraciones me hacen acordar a uno de los juegos de la niñez que llamábamos el “ring raje”: tocábamos el timbre de una casa y nos íbamos corriendo antes que los dueños de esa casa salgan.Los discípulos habían recibido una promesa, el Espíritu Santo vendría, pero debían esperar. No sabían cómo seria eso ni tampoco cuándo, pero esperaron en oración, y la promesa se cumplió.No orar, es un pecado de orgullo, porque es pensar que podemos lograr algo sin Dios. Y sabemos que separados de Jesús nada podemos hacer.
Mucha de nuestras oraciones me hacen acordar a uno de los juegos de la niñez que llamábamos el “ring raje”: tocábamos el timbre de una casa y nos íbamos corriendo antes que los dueños de esa casa salgan.Los discípulos habían recibido una promesa, el Espíritu Santo vendría, pero debían esperar. No sabían cómo seria eso ni tampoco cuándo, pero esperaron en oración, y la promesa se cumplió.No orar, es un pecado de orgullo, porque es pensar que podemos lograr algo sin Dios. Y sabemos que separados de Jesús nada podemos hacer.
- Movernos en el ámbito sobrenatural implica fe.
Fe es creer que lo que Dios ha prometido en su Palabra lo cumplirá. Fe es acción a partir de esa Palabra. Fe es creerle a la Palabra de Dios entendiendo que la fe bíblica incluye siempre acción.
Para vivir por fe debemos superar nuestras percepciones sensoriales.El apóstol Pablo lo dice en los siguientes términos: porque por fe andamos, no por vista. 2 Corintios 5:7
Así aprendió a vivir Abraham. Cuando sus sentidos le hacían ver las condiciones de su cuerpo y el de su mujer estéril todo le indicaba que la promesa no podría cumplirse jamás, sin embargo él creyó lo que Dios dijo y se sostuvo en esa fe.
El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
¿Leímos bien? Abraham estaba seguro de que Dios era poderoso para hacer lo que había prometido. Fe no es creer cualquier cosa, o en cualquier dios, fe es creer en el Dios único y verdadero y creer que Él cumple sus promesas.
La fe incluye siempre acción, Santiago 2,26 dice que la fe sin obras está muerta.
Pedro por fe en la Palabra de Jesús comenzó a caminar sobre la aguas tempestuosas (acción), sin embargo cuando por sus sentidos ve la situación en que estaba se hundió en el temor y la duda. Sólo la mano extendida del Maestro pudo salvarlo.
Hebreos 11 es una lista interminable de lo que hicieron mujeres y hombres de fe, aun Dios mismo por fe hizo el universo.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Si alguno dice que tiene fe pero la misma no se manifiesta en sus acciones, según dice la Biblia, esa fe no es tal.
Fe es creer que lo que Dios ha prometido en su Palabra lo cumplirá. Fe es acción a partir de esa Palabra. Fe es creerle a la Palabra de Dios entendiendo que la fe bíblica incluye siempre acción.
Para vivir por fe debemos superar nuestras percepciones sensoriales.El apóstol Pablo lo dice en los siguientes términos: porque por fe andamos, no por vista. 2 Corintios 5:7
Así aprendió a vivir Abraham. Cuando sus sentidos le hacían ver las condiciones de su cuerpo y el de su mujer estéril todo le indicaba que la promesa no podría cumplirse jamás, sin embargo él creyó lo que Dios dijo y se sostuvo en esa fe.
El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
¿Leímos bien? Abraham estaba seguro de que Dios era poderoso para hacer lo que había prometido. Fe no es creer cualquier cosa, o en cualquier dios, fe es creer en el Dios único y verdadero y creer que Él cumple sus promesas.
La fe incluye siempre acción, Santiago 2,26 dice que la fe sin obras está muerta.
Pedro por fe en la Palabra de Jesús comenzó a caminar sobre la aguas tempestuosas (acción), sin embargo cuando por sus sentidos ve la situación en que estaba se hundió en el temor y la duda. Sólo la mano extendida del Maestro pudo salvarlo.
Hebreos 11 es una lista interminable de lo que hicieron mujeres y hombres de fe, aun Dios mismo por fe hizo el universo.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Si alguno dice que tiene fe pero la misma no se manifiesta en sus acciones, según dice la Biblia, esa fe no es tal.
- Movernos en el ámbito sobrenatural incluye una comunión con el Espíritu tal que lleguemos a estar en condiciones de recibir iluminación para una actualizada percepción de la Palabra de Dios.
El concepto de iluminación lo entendemos como una nueva comprensión de un texto o de una verdad Bíblica en particular, nueva comprensión que se da bajo la guía del Espíritu Santo al estar en comunión con Él, y que responde generalmente a una demanda de la comunidad en un tiempo y espacio determinado.
El hombre natural, no puede recibir las cosas espirituales porque no ha nacido de nuevo, pero la persona que es templo del Espíritu Santo puede entender las Escrituras por su comunión con Él.
El seguidor de Jesús debe buscar un nivel de comunión con el Espíritu cada vez mayor de tal modo que pueda ser iluminado en una renovada comprensión de la Palabra para los tiempos que tocan vivir, siendo él mismo edificado, recibiendo elementos espirituales para guiar su vida con Palabra actualizada a las situaciones que transcurren.
Una cosa es probatoria de que esa iluminación viene del Espíritu Santo y es fiel a los propósitos de Dios, es que los hechos demuestren que sirvió para edificar la obra de Dios. Sin duda que, algunas de esas iluminaciones al momento pueden resultar controversiales y los cristianos deberán estar atentos para no caer en creencias y prácticas que se alejen de la voluntad de Dios, sin embargo, es esa Palabra actualizada en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios que marca la diferencia y hace crecer nuestra vida y la obra de Dios.
El concepto de iluminación lo entendemos como una nueva comprensión de un texto o de una verdad Bíblica en particular, nueva comprensión que se da bajo la guía del Espíritu Santo al estar en comunión con Él, y que responde generalmente a una demanda de la comunidad en un tiempo y espacio determinado.
El hombre natural, no puede recibir las cosas espirituales porque no ha nacido de nuevo, pero la persona que es templo del Espíritu Santo puede entender las Escrituras por su comunión con Él.
El seguidor de Jesús debe buscar un nivel de comunión con el Espíritu cada vez mayor de tal modo que pueda ser iluminado en una renovada comprensión de la Palabra para los tiempos que tocan vivir, siendo él mismo edificado, recibiendo elementos espirituales para guiar su vida con Palabra actualizada a las situaciones que transcurren.
Una cosa es probatoria de que esa iluminación viene del Espíritu Santo y es fiel a los propósitos de Dios, es que los hechos demuestren que sirvió para edificar la obra de Dios. Sin duda que, algunas de esas iluminaciones al momento pueden resultar controversiales y los cristianos deberán estar atentos para no caer en creencias y prácticas que se alejen de la voluntad de Dios, sin embargo, es esa Palabra actualizada en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios que marca la diferencia y hace crecer nuestra vida y la obra de Dios.
- Movernos en el ámbito sobrenatural encierra una actitud de apertura a los milagroso.
David Pitches, autor del libro Ven Espíritu Santo, dice: “Como misionero he practicado y predicado sobre la Gran Comisión que encontramos en Mateo 28.18-20. Pensé que había exprimido cada gota de enseñanza de estos formidables versículos. Sin embargo, hace sólo cuatro años, aproximadamente, me di cuenta que había pasado por alto una de las dimensiones más importantes del texto. Jesús dijo a sus discípulos que preparen a otros discípulos, que los bautizaran y les enseñaran a ‘guardar todas las cosas que os he mandado’. Ahora comprendo que este ‘todo’ incluye un ministerio de señales y maravillas. Cada vez que ellos predicaban el reino, los discípulos ministraban con ‘señales y milagros’. Esto era lo que Jesús les había enseñado a hacer.”
David Pitches, autor del libro Ven Espíritu Santo, dice: “Como misionero he practicado y predicado sobre la Gran Comisión que encontramos en Mateo 28.18-20. Pensé que había exprimido cada gota de enseñanza de estos formidables versículos. Sin embargo, hace sólo cuatro años, aproximadamente, me di cuenta que había pasado por alto una de las dimensiones más importantes del texto. Jesús dijo a sus discípulos que preparen a otros discípulos, que los bautizaran y les enseñaran a ‘guardar todas las cosas que os he mandado’. Ahora comprendo que este ‘todo’ incluye un ministerio de señales y maravillas. Cada vez que ellos predicaban el reino, los discípulos ministraban con ‘señales y milagros’. Esto era lo que Jesús les había enseñado a hacer.”
- Movernos en el ámbito sobrenatural implica destruir las fortalezas mentales que nos alejan de las promesas de Dios.
Cuando vivimos por fe, cuando aprendemos a caminar de modo sobrenatural Dios nos revela aquellos muros que se han levantado en nuestra mente que nos separan de conocerle plenamente a Él y a su Palabra, y que por lo tanto nos llevan a una vida de escasez. Contra esas fortalezas mentales debemos tomar una actitud agresiva, destruirlas. El apóstol Pablo nos enseña esto en 2 Corintios 10,3-6 diciendo:
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Aquellos argumentos que se levantaron como muros (“toda altivez”) y nos separan del conocimiento de Dios estructurando de ese modo una fortaleza, debemos derribarlos, destruirlos; y nuestros pensamientos deben estar sometidos a la obediencia a Cristo, nuestro Señor.
Cuando vivimos por fe, cuando aprendemos a caminar de modo sobrenatural Dios nos revela aquellos muros que se han levantado en nuestra mente que nos separan de conocerle plenamente a Él y a su Palabra, y que por lo tanto nos llevan a una vida de escasez. Contra esas fortalezas mentales debemos tomar una actitud agresiva, destruirlas. El apóstol Pablo nos enseña esto en 2 Corintios 10,3-6 diciendo:
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Aquellos argumentos que se levantaron como muros (“toda altivez”) y nos separan del conocimiento de Dios estructurando de ese modo una fortaleza, debemos derribarlos, destruirlos; y nuestros pensamientos deben estar sometidos a la obediencia a Cristo, nuestro Señor.
- Movernos en el ámbito sobrenatural implica obediencia extrema a la Palabra de Dios.
Según el texto anterior como hombres y mujeres de Dios debemos poner en línea nuestra vida con Su Palabra en una obediencia total, de ese modo estaremos en condiciones de luchar contra Satanás deshaciendo su obra, y a su vez podremos guiar a otros a una vida de obediencia. La obediencia a la Palabra de Dios no es algo natural en las personas, lo que está en nuestra naturaleza es la tendencia a la desobediencia, al pecado, Jesucristo vino destruir el poder del pecado y por le fe en Él somos libres de esa fuerza de maldad, de modo tal que podemos caminar de victoria en victoria. Cuando decimos victoria nos referimos, ante todo, a la derrota del pecado en nuestro modo de vivir, sometiendo nuestra conducta a la obediencia a Cristo.
Según el texto anterior como hombres y mujeres de Dios debemos poner en línea nuestra vida con Su Palabra en una obediencia total, de ese modo estaremos en condiciones de luchar contra Satanás deshaciendo su obra, y a su vez podremos guiar a otros a una vida de obediencia. La obediencia a la Palabra de Dios no es algo natural en las personas, lo que está en nuestra naturaleza es la tendencia a la desobediencia, al pecado, Jesucristo vino destruir el poder del pecado y por le fe en Él somos libres de esa fuerza de maldad, de modo tal que podemos caminar de victoria en victoria. Cuando decimos victoria nos referimos, ante todo, a la derrota del pecado en nuestro modo de vivir, sometiendo nuestra conducta a la obediencia a Cristo.
Querido amigo, si hasta ahora caminaste lejos de Dios yo te invito para que recibas en tu corazón a Jesús. ¿Querés recibir a Jesús como Salvador y Señor de tu vida?
