La Promesa Iglesia Bautista

La Santidad y la Adoración
Serie "Santidad" de La Promesa Iglesia Bautista
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La Promesa Iglesia Bautista
801 N Bentsen Rd, McAllen, TX 78501, EE. UU.
Sunday 12:00 PM
Aunque es un tema muy conocido, realmente la adoración es un tema no muy entendido por la iglesia, y muchas veces se pasa por alto en la vida del creyente pensando que es solo cumplir con algún tiempo establecido dentro del culto. Pero la adoración va mucho más allá de un simple momento, y de una acción. La adoración se arraiga en el corazón y se expresa en la motivación y en la actitud de cada uno de nosotros.
¿Sabias que la palabra adoración no se encuentra en la Biblia? (Por lo menos en la versión Reina Valera 60), sin embargo, la palabra adorar aparece 150 veces. La idea principal de esta palabra es la de postrarse ante Dios, no necesariamente de forma física, pero sí el postrarse en el corazón.
La adoración es una respuesta, y nuestra adoración a Dios es nuestra respuesta a Dios: a quién es Él, a sus caminos, a sus propósitos, y a su voluntad. Es una respuesta a tanto amor que ha revelado a través de Jesucristo y nos lleva a responderle con nuestra vida.
La adoración parte de la actitud del corazón que reconoce quién es Dios, y quién soy yo delante de él. Dios exige esa actitud de su pueblo, y si tu y yo somos hijos de Dios es necesario que vivamos de esta manera.
Es imposible que yo le entregue adoración a Dios como Él me la pide si no vivo en santidad. ¿Realmente crees que EN nuestro cristianismo podemos temer a Jehová, andar en sus caminos, amarlo, servirle y guardar sus mandamientos sin santidad? Cuando lo hacemos de esa forma, solamente viene a ser religiosidad.
Mi condición espiritual delante de Dios va a beneficiar o a obstaculizar nuestra adoración a Él. Es necesario que primeramente sea corregido en nuestra vida la actitud del corazón antes de venir delante de Dios en adoración.
La adoración que presentamos delante de Dios requiere santidad y no podremos adorarle sin ella de ninguna manera.
La santidad hermoseará al creyente, la santidad crea una imagen diferente ante la presencia de Dios, y así seremos aceptos a delante de Él para adorarlo. La Biblia nos enseña que no podremos ver Dios en una condición que sea diferente a lo que Él ES: “Sin santidad nadie verá al Señor”. Por tanto, el texto nos indica que ante nuestro Rey debemos presentarnos agradables, nuestro rostro debe de mostrar reverencia, aceptación, humildad, reconocimiento, sumisión: en otras palabras, ADORACION EN SANTIDAD.
La adoración va de la mano con Santidad, es una relación de causa y efecto en la vida cristiana, si hay santidad, hay adoración, porque la vida santa del creyente expone la prioridad de Dios en nuestra vida.
¿Sabes por qué creemos que podemos adorar sin ser santos? porque hemos reducido la adoración a solamente las acciones externas, como por ejemplo cantar, ir solamente los domingos una hora a la iglesia, etc. Incluso hemos diluido la palabra adorar y creemos que podemos entregarla incluso esta palabra a otras personas y lo usamos para lo cotidiano.
Hay un grado de santidad en relación con nuestra adoración. Pero nunca llegaremos a ese grado si seguimos dándole a alguien más lo que le pertenece a Dios, si seguimos desviando nuestro corazón hacia lo terrenal antes que lo celestial.
Satanás es el método que usa, siempre trata de desviar lo que pertenece a Dios, lo busca para él, nos engaña para que Dios no lo reciba y muchos de nosotros caemos por falta de conocimiento de las Escrituras y así somos llevados por las corrientes del mundo caído el cual entrega su adoración a lo creado antes que al creador.
Si eres hijo de Dios, es necesario que le entregues al Señor lo que Él exige de ti, verdadera adoración en espíritu y en verdad. ¿De qué se trata esto?
¿Quienes son esos verdaderos adoradores de los cuales habla Jesús? Primeramente Jesús está haciendo referencia a un tiempo establecido (“Mas la hora viene”) Este tiempo es el de la crucifixión, resurrección y ascención. En ese momento todas las personas que se identifican con Jesús lo hacen por fe en lo espiritual.
El primer concepto de adoración que busca el Padre es de los que se identifican con Cristo de esta manera, si nos damos cuenta, no cualquier persona puede venir y adorar a Dios, Es necesario que haya nacido de nuevo, que sea un creyente redimido por la sangre de Cristo, una persona que se identifique con su muerte y resurrección.
El primer concepto de adoración que busca el Padre es de los que se identifican con Cristo de esta manera, si nos damos cuenta, no cualquier persona puede venir y adorar a Dios, Es necesario que haya nacido de nuevo, que sea un creyente redimido por la sangre de Cristo, una persona que se identifique con su muerte y resurrección.
Si Jesús habla de verdaderos adoradores, podemos concluir entonces que también encontramos falsos adoradores. Personas que en la iglesia son unos y en sus casas son otros, personas que no tienen como prioridad la santidad, personas que se enfocan más en lo terrenal que en lo espiritual a la hora de adorar.
¿Cómo sabemos que nuestra adoración es correcta? Jesús dijo que los verdaderos adoradores adoran en espíritu y en verdad. De la misma manera que la adoración es en la identidad espiritual con Cristo, esa identidad espiritual debe ser congruente con nuestra práctica y actitud cristiana. Jesús le llama “adorar en verdad”
Esta palabra en griego es ἀλήθεια, y es una palabra apunta a una realidad que es firme, sólida, y que es certera. Caracteriza la acción del creyente, sus palabras, sus pensamientos, en integridad y justicia. La adoración en Verdad requiere integridad y justicia.
Esta palabra en griego es ἀλήθεια, y es una palabra apunta a una realidad que es firme, sólida, y que es certera. Caracteriza la acción del creyente, sus palabras, sus pensamientos, en integridad y justicia. La adoración en Verdad requiere integridad y justicia.
La verdad que trae integridad y justicia, está ligada primeramente con el conocimiento de Dios, no podemos vivir en verdad si no conocemos la verdad. Y ¿quién es la verdad? Jesús dijo en Juan 14:6 Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no por mí.
Los adoradores en verdad, examinan su cercanía a Dios constantemente, comprueban en sus corazones la actitud real de sus acciones. ¿Por qué hago lo que hago? ¿Cuál es el verdadero propósito de mi adoración? ¿hacia dónde estoy enfocando mi adoración?
Los adoradores en verdad, examinan su cercanía a Dios constantemente, comprueban en sus corazones la actitud real de sus acciones. ¿Por qué hago lo que hago? ¿Cuál es el verdadero propósito de mi adoración? ¿hacia dónde estoy enfocando mi adoración?
Es tiempo de evaluar nuestra vida hermanos, en esta serie de la santidad que hemos estado tratando nos llama a esto, a evaluar, a examinar nuestro corazón, Todos los temas que hemos tratado en las últimas sesiones se enfocan en lo mismo, llevarnos a la santidad, por medio de las Escrituras, por medio de la oración y hoy hablamos de la santidad y la adoración. Seamos santos porque Dios es Santo.
Adorar no es una acción, sino es actitud, es un corazón, es algo que se examina de adentro, no de afuera, es por eso que solo tú, guiado por el Espíritu Santo, podrán conocer el verdadero estado de su corazón referente a tu adoración.
Adorar no es una acción, sino es actitud, es un corazón, es algo que se examina de adentro, no de afuera, es por eso que solo tú, guiado por el Espíritu Santo, podrán conocer el verdadero estado de su corazón referente a tu adoración.
Dado que adoración es la actitud o la intención interna del corazón del hombre para Dios, esto implica la obediencia, implica el servicio, implica la rendición, implica el amor, etc. Es decir, implica una forma de vida TOTAL proveniente de la comunión con el Espíritu Santo. La adoración verdadera parte de la actitud del corazón rendida al Señor la cual reconoce quién es Dios y quién soy yo delante de Él.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, (tu y yo) en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, (tu y yo) en espíritu y en verdad es necesario que adoren.