Sirviendo a DiosMuestra

Sirviendo con Perseverancia

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" (Gálatas 6:9).

Servir al Reino de Dios es una jornada de fe, amor y sacrificio.

Pero seamos honestos: hay momentos en que el desánimo toca a la puerta. A veces sentimos que nuestros esfuerzos son en vano, que nadie los nota, que los frutos tardan en aparecer. Podemos desanimarnos por la ingratitud de las personas, cuando ayudamos y no recibimos reconocimiento; por la lentitud de los resultados, cuando oramos, evangelizamos, trabajamos y nada cambia; por el cansancio físico y emocional, cuando el cuerpo y el alma claman por descanso; y también por las luchas internas: dudas, inseguridades, comparaciones.

Pero Gálatas 6:9 nos recuerda que hay una promesa: la cosecha llegará, en el momento oportuno. Dios no es injusto para olvidar nuestro trabajo (Hebreos 6:10). Él ve cada semilla plantada con fe, cada gesto de amor, cada oración silenciosa.

"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15:58).

Preguntas para reflexionar: ¿Cuáles son las causas de mi desánimo en el servicio al Reino? ¿He compartido esto con Dios en oración?

Oración: Señor, reconozco que a veces me siento cansado y desanimado. El servicio a Tu Reino exige entrega, y no siempre veo los frutos que espero. Pero hoy renuevo mi confianza en Ti. Ayúdame a perseverar, a seguir haciendo el bien, incluso cuando es difícil. Amén.