Dios en Casa: El Milagro Del Culto FamiliarMuestra

Discipular a los hijos

Discipular no es imponer, sino acompañar. Los hijos aprenden más del carácter de Cristo al ver a sus padres arrepentirse, orar y amar. El discipulado familiar es lento y cotidiano, pero es poderoso.

Algunas personas comentan: “Estás inculcándole la religión a tus hijos sin que ellos lo decidan”. Pero si nosotros no les inculcamos la cultura del Reino, el mundo lo hará por nosotros. Alguien más moldeará su cosmovisión, sus valores y su entendimiento de la vida. Y eso no podemos permitirlo. Como padres cristianos, estamos llamados a discipular a todas las naciones, y eso empieza primeramente en nuestro hogar.

En nuestra familia, enseñamos teología a nuestra hija a través de preguntas y respuestas. Empezamos por lo esencial: quién creó todas las cosas y quién la creó a ella. A medida que crece, avanzamos a preguntas más profundas: sobre el Espíritu Santo, la Trinidad, el sacrificio de Jesús, la obra de la cruz, la gracia y la justicia de Dios. No se trata de imponer conocimiento, sino de formar su mente y su corazón, de que pueda comprender y abrazar la fe con comprensión y convicción.

Como padres, nuestra tarea no es solo protegerlos del mundo, sino equiparlos para que puedan discernir la verdad, amar a Dios con entendimiento y vivir como ciudadanos del Reino. Cada conversación, cada respuesta, cada momento de enseñanza intencional es una semilla que plantamos para que florezca en una fe sólida y transformadora. Educar en la teología no es opcional: es preparar a nuestros hijos para que conozcan a Dios profundamente y puedan, algún día, sostener su fe por sí mismos en un mundo lleno de voces contradictorias.

Desafío familiar: Cada miembro comparte una pregunta teológica que tenga sobre Dios, Jesús o el Espíritu Santo, y juntos buscan la respuesta en la Biblia, discutiendo cómo aplicarla en su vida cotidiana. (Por ejemplo: ¿Por qué Jesús murió en la cruz?, luego buscar en la biblia Isaías 53 y Juan 3:16. Conversen sobre lo que significa el sacrificio de Jesús para nuestra vida diaria)

Ejercicio para niños: Dibujar o representar con figuras una historia bíblica y explicar en sus palabras qué nos enseña sobre Dios y cómo podemos seguirlo.