¿Estás en pijama o vestido con la armadura de Dios?Muestra

Espada (Palabra de Dios)

“Y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17, RVR1960). No estoy seguro de si recuerdas que las armas se sostienen en el cinturón. Normalmente, los militares colocan una funda para guardar el arma, en este caso, la espada. Esto implica que la Palabra de Dios contenida en la Biblia debe sostenerse en la verdad, dado que esto es esencial en la Palabra de Dios. Por consiguiente, la verdad reside en la Palabra de Dios.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12, RVR1960). Al afirmar que la Palabra de Dios es una espada de dos filos, se refiere a su utilidad. Sin embargo, si llega a manos incorrectas, puede ser empleada para distorsionar la verdad o desviar a las personas del mensaje verdadero. En la actualidad, los falsos profetas la usan con este objetivo.

La Palabra de Dios es viva y eficaz para transformar tu vida, tus intenciones, cambiar tu modo de pensar y la forma de discernirlo. Una vez, oí que, para que el ser humano tenga poder, necesita tener conocimiento. En este contexto, el entendimiento de la Palabra nos servirá como orientación para llegar a cierto grado de perfección y preparación. Al leer la Biblia, estamos nutriendo nuestra mente espiritual. La Palabra de Dios funciona como un reflejo en el que nos vemos reflejados; sin duda, en ocasiones nos identificamos con ciertos personajes de la Biblia. Es como si la misma Biblia nos analizara y nos proporcionara el método para hallar la respuesta en nuestras vidas, a través de ese reflejo. Esto implica que la Palabra de Dios está presente en cada letra y tilde que se encuentran impresas en esa fina lámina de papel. No es casualidad que Dios transforme vidas por medio de su Palabra, ya que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17, RVR1960).

Por lo tanto, es imprescindible fundamentar con la Palabra cada vez que transmitimos a un incrédulo las buenas nuevas que Dios ha preparado para su vida. Hay situaciones en las que mencionas un versículo y este impacta su vida, creando en él un sentido de arrepentimiento.

Jesús nos demostró que la Palabra tiene poder; lo examinaremos a continuación:

“Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:3-4, RVR1960).

Lo observaste, Satanás no dijo ninguna mentira en ningún instante; el problema radica en que alteró el auténtico sentido de la Palabra para derribar a Jesús. Sin embargo, Jesús se defendió con la misma Palabra que Satanás estaba empleando, pero en esta ocasión, con plena verdad y sabiduría, simplemente expresando: “¡Escrito está!”.

Existirán momentos en los que tendremos que enfrentar, con nuestra espada, a aquellos que malinterpreten la Palabra para su mal provecho, comunicándoles: "¡Escrito está!", para derrumbar cualquier argumentación y altivez que se oponga al saber (verdad) de Dios (2 Corintios 10:5).