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Cinturón de la verdad

“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad” (Efesios 6:14, RVR1960). El verbo ceñir en el hebreo es “lazor” (לֶאֱזוֹר), que significa rodear, ajustar o apretar la cintura, el cuerpo, el vestido u otra cosa. En traducciones contemporáneas, directamente se dice: “Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad” (Efesios 6:14, RVC). Por lo tanto, el concepto en ambas traducciones no es erróneo, y nos recuerda que debemos ceñirnos siempre a la verdad de Cristo.

En esta cita bíblica, Pablo nos invita a colocar el cinturón de la verdad en nuestra vida; no por nada Pablo menciona primeramente el cinturón. Viéndolo desde mi punto de vista, el cinturón es uno de los accesorios más importantes para la movilidad de un soldado. Sin el cinturón, se corre el riesgo de que el pantalón de un soldado caiga cuando este empiece a correr en el campo de batalla. El cinturón sostiene el peso de las armas que se colocan en él, como la espada o un fusil.

Literalmente, no vamos a ponernos un cinturón, sino que Pablo dice "cinturón", dando a entender que rodeemos nuestras vidas de la verdad, pero, ¿cuál es la verdad verdadera? Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6, RVR1960). Hay muchos tipos de verdad en este mundo, pero la verdad verdaderamente pura es Jesús, al decir que Él es la verdad misma y que no hay mentira en Él.

Un día, una persona dijo: “la verdad se defiende sola” y está en toda la razón. Por más que quiera prevalecer la mentira sobre la verdad, es innegable decir que la verdad es más poderosa. La verdad no solo nos va a defender de la mentira, sino que nos va a liberar de muchas cosas (Juan 8:32). Para conocer la verdad, tenemos que conocer principalmente a Jesús, ya que si hacemos lo que él dice, estaremos caminando en su verdad.

Por muchos años, el enemigo ha tratado de silenciar la verdad con mentiras; sabe bien que la verdad puede abrir los ojos de las personas y eso no le conviene. Por eso, es importante rodearnos de la verdad para hacer frente a la táctica de la mentira. Otra forma de contraatacar al enemigo con la verdad es procurar que haya verdad en nuestra boca, para destruir toda mentira que el enemigo hable por medio de alguien.