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Ley en Mis Miembros

DÍA 5 DE 6

El Bumerán Divino

Jesús, en su “condición de hombre”... "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo." San Mateo 4:1 RVR1960. No fue llevado por casualidad, sino por propósito. Durante cuarenta días y cuarenta noches de ayuno, su cuerpo estaba débil, vulnerable, y con hambre. Precisamente en ese estado, el tentador se le acercó. Satanás no cambió su estrategia, pues no tiene creatividad; usa las mismas artimañas desde el Edén. Si logró vencer a Adán y Eva en su naturaleza humana, quizá —pensó él— podría vencer también a Jesús en la suya.

Pero aquí entra en escena lo que podemos llamar el “Bumerán Divino”: todo lo que el diablo lanzó contra Jesús, se le devolvió con poder. La diferencia estuvo en la respuesta. Mientras Adán y Eva escucharon, razonaron y cedieron, Jesús escuchó, discernió y declaró: “¡Escrito está!”. "Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." San Mateo 4:4 RVR1960

El diablo intentó manipular los miembros de Jesús tal como lo hizo en el Edén. Primero atacó su oído y su mente. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan." San Mateo 4:3 RVR1960. Esperaba que Jesús usara su voz y su voluntad para obedecerle. Pero Jesús, en la debilidad de su cuerpo humano, eligió obedecer a la voz del Padre y no a la del enemigo. Respondió: "Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." San Mateo 4:4 RVR1960

El segundo ataque fue una manipulación más sofisticada: "Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra." San Mateo 4:5-6 RVR1960. Nuevamente activó sus ojos, oídos y mente, tentando a su naturaleza humana a probar a Dios. Pero: "Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios." San Mateo 4:7 RVR1960

En el tercer intento, Satanás apeló al deseo, al poder y a la gloria: "y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares." San Mateo 4:9 RVR1960. Fue un golpe directo al alma, donde habitan las emociones y la voluntad. Sin embargo, una vez más, Jesús le respondió con la espada del Espíritu: "Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás." San Mateo 4:10 RVR1960

El enemigo, al verse derrotado, huyó. Y entonces, vinieron ángeles a servirle. Así opera el bumerán divino: toda tentación que es enfrentada con la Palabra de Dios regresa al enemigo con autoridad. Lo que el diablo planeó para destruir a Jesús se convirtió en el instrumento para exhibir su derrota.

Jesús, siendo 100% hombre, venció donde Adán fracasó. Su desarrollo moral y espiritual fue completo, porque le dio valor a lo que realmente tiene valor: la voz de Dios. No fue inmune al dolor, la tristeza o la tentación. En Getsemaní también experimentó la debilidad humana, la angustia y la ansiedad al punto de sudar sangre. Sin embargo, en ese momento de profunda humanidad, eligió someter sus miembros al Padre, diciendo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya.”

El mismo Espíritu que llevó a Jesús al desierto, lo capacitó para vencer en ese lugar. Y el mismo Espíritu habita hoy en nosotros. Esa es la garantía de que también podemos resistir y triunfar sobre cualquier tentación que busque que infrinjamos la ley en nuestros miembros.

Cuando la Palabra habita en nosotros, el diablo no puede resistir. La Escritura se convierte en ese bumerán divino que devuelve cada ataque con precisión celestial. Por eso Jesús no razonó, no discutió, ni se justificó. Simplemente habló lo que estaba escrito. Su autoridad no dependía de su fuerza humana, sino de su obediencia espiritual.

Hoy, el desafío para cada uno de nosotros es darle valor a lo que Jesús valoró: la Palabra. No hay crecimiento espiritual sin Biblia. No hay madurez moral sin comunión con el Espíritu. No hay victoria sin obediencia. El diablo no teme a nuestras emociones, ni a nuestras lágrimas, pero tiembla ante un creyente que sabe lo que está escrito y lo declara con fe.

Pregunta para reflexionar

¿Estás respondiendo a las tentaciones y desafíos de tu vida con tus emociones humanas o con la autoridad de lo que “está escrito”?

Oración

Padre celestial, gracias por mostrarme en Jesús el modelo perfecto de obediencia. Gracias porque, aunque mi naturaleza humana es débil, Tu Espíritu me fortalece para resistir toda tentación. Enséñame a valorar Tu Palabra más que mis deseos, a escuchar Tu voz por encima de las voces que me rodean, y a responder siempre con el “¡Escrito está!”. Que mi mente, mis palabras y mis acciones estén alineadas con Tu voluntad. Hoy decido sujetar mis miembros al gobierno de Tu Espíritu y vivir bajo la autoridad de Tu verdad. En el nombre poderoso de Jesús, amén.

Acerca de este Plan

Ley en Mis Miembros

Ley en Mis Miembros, revela la lucha interna que todo ser humano enfrenta entre su naturaleza espiritual y su naturaleza humana. A través de poderosas lecciones y ejemplos bíblicos, este plan te llevará a comprender cómo opera la “ley en tus miembros” y cómo vencer las inclinaciones que intentan sabotear tu propósito. Aprenderás a vivir guiado por el Espíritu, desarrollando dominio propio, voluntad firme y obediencia consciente, para que tu cuerpo, mente y espíritu actúen en armonía con la voluntad de Dios.

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Nos gustaría agradecer a Willington Ortiz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: willingtonortiz.org