El poder de la pareja que oraMuestra

Mantengan un corazón recto

Un matrimonio no se mide por la ausencia de conflictos, sino por la disposición de dos personas a mantener su corazón tierno y recto delante de Dios. Al principio, el amor parece inquebrantable. Todo se siente fácil; hay ternura, paciencia y atención. Pero, con el paso del tiempo, las responsabilidades, las heridas o la rutina pueden enfriar ese amor que alguna vez fue espontáneo. Sin darnos cuenta, el corazón se endurece, la distancia crece y el amor empieza a perder su brillo.

Sin embargo, Dios tiene una solución para los corazones que se enfrían: su presencia. Él es experto en renovar lo que parece gastado. Cuando una pareja ora unida, invita a Dios a tocar las áreas donde hay frialdad, resentimiento o cansancio. En la oración compartida, los corazones se ablandan y el amor recobra su suavidad. Orar juntos no solo acerca a Dios, sino que también acerca al uno con el otro.

Mantener un corazón recto no significa ser perfectos, sino permanecer sensibles a la voz del Espíritu Santo. Significa reconocer cuándo algo no está bien, pedir perdón y elegir amar, incluso cuando no se siente fácil. El orgullo y la dureza siempre separan, pero la humildad y la oración unen. Cuando los esposos deciden cuidar su corazón con intención, protegen su unión de las trampas del egoísmo y la indiferencia.

Dios promete que puede darnos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Él puede restaurar la ternura perdida y hacer que florezca de nuevo la pasión, el respeto y la amistad. Todo matrimonio pasa por temporadas difíciles, pero ninguna es demasiado seca para que el amor de Dios no pueda volver a hacerla florecer.

Si hoy sienten que algo se ha enfriado, no se culpen. Lleven su corazón al Señor y pídanle que los enseñe a amar como Él ama: con paciencia, con verdad y con esperanza. Recuerden que un corazón alineado con Dios nunca dejará de amar.

Oración:

Señor, limpia nuestro corazón de toda dureza y orgullo. Enséñanos a mantenernos tiernos el uno con el otro y firmes en tu amor. Danos humildad para perdonar, y sabiduría para cuidar nuestro matrimonio. Pon en nosotros un espíritu nuevo y un corazón dispuesto a seguirte, siempre unidos en ti. ¡Amén!

Este contenido ha sido extraído del libro «El poder de la pareja que ora»por Stormie Omartian, publicado por la Editorial Unilit.

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