Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este capítulo, Jesús amplía su misión al enviar a setenta y dos discípulos de dos en dos. Regresan gozosos por su poder sobre los demonios, pero Jesús redirige su alegría hacia lo más importante: que sus nombres están escritos en los cielos. Luego, a través de la parábola del buen samaritano, responde a la pregunta "¿quién es mi prójimo?", enseñando que el amor verdadero se demuestra en la compasión activa hacia cualquier persona en necesidad. El capítulo termina con el encuentro con Marta y María, donde Jesús elogia a María por elegir "la buena parte": sentarse a sus pies y escuchar su palabra.

Equipamiento

Este capítulo nos equipa para equilibrar la misión activa con la devoción atenta. Es necesario recordar que todo nuestro servicio y nuestra actividad para Dios deben fluir de un lugar de comunión íntima con Él. Nos enseña que sentarse a los pies de Jesús y escucharle no es una pérdida de tiempo, sino lo más necesario.

Al Corazón

Al servir a Dios, ¿lo hago desde una relación personal y viva con Él, o simplemente por un sentido del deber y el activismo?

¿Con quién me identifico más hoy, con Marta, afanada y distraída, o con María, que eligió la mejor parte al escuchar a Jesús?

Misión

En medio de las rutinas y afanes del día, tu misión hoy es priorizar tu tiempo con Jesús. Busca intencionalmente un momento para hacer una pausa, sentarte a sus pies y escuchar su voz a través de la oración y la meditación en Su Palabra. Solo desde ese lugar de comunión renovada podrás salir y amar a tu prójimo como el buen samaritano lo hizo.