Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este intenso salmo de lamento, el salmista se siente abrumado, como si se hundiera en aguas profundas, sufriendo el oprobio y el rechazo por causa de su celo por la casa de Dios. Sus sufrimientos son tan profundos que se convierten en una profecía de los padecimientos del Mesías. El Nuevo Testamento cita este salmo varias veces para describir a Jesús: “el celo de tu casa me consume”, “el oprobio de los que te afrentaban cayó sobre mí”, y la oferta de hiel y vinagre en su sed.

Equipamiento

Este salmo nos equipa para entender que seguir a Cristo a menudo implica experimentar rechazo, pero que nuestros padecimientos, vividos en fe, son utilizados por Dios para su gloria y para madurar nuestro carácter. Aprendemos que, así como Cristo, podemos llevar nuestro dolor a Dios en oración, confiando en su plan redentor.

Al Corazón

Cuando sufro, ¿encuentro consuelo y fortaleza en el hecho de que Jesús mismo sufrió el rechazo y el oprobio en mi lugar?

¿Me refugio en la oración y la confianza en Dios cuando las dificultades me golpean, o trato de resolverlo con mis propias fuerzas?

Misión

Tu misión hoy es ser un instrumento de consuelo. Acompaña a alguien que esté sufriendo por causa de la injusticia o el rechazo. Escucha su dolor y recuérdale que Cristo mismo nos acompaña y consuela en nuestras aflicciones. Fortalecer y animar a un hermano que sufre es una de las labores más preciosas del Reino.