Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

Estos dos salmos de alabanza son un llamado vibrante y global a celebrar el reinado de Jehová. El Salmo 96 nos manda a “cantar a Jehová un cántico nuevo” y a proclamar sus maravillas “entre todas las naciones”. La razón es que Él viene a juzgar la tierra con justicia. El Salmo 97 describe la manifestación de este reinado: nubes y oscuridad lo rodean, fuego va delante de Él, y los cielos anuncian su justicia. La presencia del Rey trae gozo a los justos y terror a los ídolos.

Equipamiento

Estos salmos nos equipan a vivir con una visión de adoración misionera: la alabanza no se limita a nuestra vida personal, sino que apunta a que todos los pueblos conozcan y celebren al Señor. La virtud aquí es la alegría en la adoración, expresada con gozo y proclamación, reflejando nuestra confianza en el justo gobierno de Dios.

Al corazón

¿Mi adoración refleja alegría y gratitud por lo que Dios ha hecho en Cristo?

¿Estoy proclamando a otros, con palabras y acciones, la grandeza del Dios que reina?

Misión

Hoy dedica un tiempo a alabar a Dios con gozo consciente, agradeciéndole sus maravillas y recordando que Él reina, sobre todo. Luego, comparte con alguien (en una conversación sencilla o en un gesto de bondad intencional) una muestra de esa alegría en Cristo, apuntando así a que otros reconozcan el reinado justo y glorioso de Dios.