Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 17, Mateo presenta el momento glorioso de la revelación de la identidad gloriosa de Jesús: Él es el Hijo de Dios, digno de toda adoración, y a la vez el Siervo humilde, dispuesto a sufrir por nosotros. En la Transfiguración, su gloria divina es confirmada por la voz del Padre: “Este es mi Hijo amado… escúchenlo”. Inmediatamente después, desciende para sanar y servir, demostrando que su poder no es para su propia exaltación, sino para nuestra redención.

Equipamiento

Este capítulo nos equipa con una fe que escucha y obedece. La orden de Dios Padre en el monte es clara: debemos escuchar a Jesús. Esto nos forma para ser discípulos que no solo creen en su poder, sino que también siguen su ejemplo de humildad y servicio. Nos enseña a depender totalmente de Él a través de una fe sencilla, reconociendo que su Palabra es nuestra máxima autoridad y guía para la vida.

Al Corazón

Siendo honesto, ¿estoy realmente escuchando la voz de Jesús a través de su Palabra y obedeciéndola con sumisión en mi vida diaria?

¿Me acerco a Dios con la fe de un niño que confía plenamente en su Padre, o mi fe está llena de dudas y condiciones?

Misión

Hoy, participa en la misión fortaleciendo la fe de otros: apoya en la enseñanza bíblica, la intercesión por los necesitados o el acompañamiento espiritual a quienes luchan con dudas y cargas. Sé un testigo de la gloria de Cristo que anima a tu comunidad a confiar en su poder y a obedecer su voz.