Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 21, Mateo nos muestra a Jesús entrando en Jerusalén como Rey, pero de una manera inesperada. Cumpliendo la profecía, entra montado en un asno, un símbolo de paz y humildad, y es aclamado por la multitud con alabanzas. Inmediatamente después, muestra su autoridad real al purificar el templo, expulsando a los que habían convertido la casa de su Padre en una cueva de ladrones. A través de la parábola de los dos hijos y la de los labradores malvados, confronta a los líderes religiosos por su desobediencia disfrazada de piedad.

Equipamiento

Este pasaje nos equipa para ofrecer a Jesús una adoración auténtica que produce un fruto verdadero. Nos inspira a recibir a Jesús no solo como un Rey aclamado con palabras, sino como el Señor que tiene la autoridad para purificar el “templo” de nuestro corazón. Nos forma para entender que la verdadera obediencia no se mide por lo que decimos, sino por lo que hacemos.

Al Corazón

¿Estoy reconociendo a Jesús como el Rey de mi vida con una obediencia que va más allá de las palabras?

¿Mi vida está produciendo los frutos que Dios espera de alguien que ha sido llamado a su Reino, o muestro solo hojas de apariencia religiosa?

Misión

Con el llamado del Rey resonando en tu corazón, únete a su misión dando frutos que lo glorifiquen. Hoy, toma una decisión que demuestre el señorío de Cristo en tu vida, puede ser un acto de obediencia en un área difícil, compartir con alguien por qué Jesús es tu Rey, o simplemente vivir tu día en el trabajo o la familia de una manera que testifique de su autoridad y amor.