Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 18, Jesús reúne a sus discípulos y les da una lección fundamental sobre cómo debe ser la vida en la comunidad del Reino. Cuando le preguntan quién es el mayor, Jesús pone a un niño en medio de ellos y les enseña que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad de un niño. Les advierte severamente sobre el peligro de hacer tropezar a uno de sus “pequeños” y les muestra el corazón de un Padre que deja a las 99 ovejas para buscar a la que se perdió. El capítulo culmina con la poderosa parábola del siervo que no perdonó, enseñando que el perdón que damos a otros debe ser un reflejo del perdón inmenso que hemos recibido de Dios.

Equipamiento

Este capítulo nos equipa para construir y vivir en una comunidad de gracia y reconciliación. Nos forma para ser pacificadores, aprendiendo a confrontar el pecado con amor y con el objetivo de restaurar, no de condenar. Nos enseña a perdonar sin llevar cuentas, entendiendo que la gracia que hemos recibido de Dios nos transforma en instrumentos de esa misma gracia para otros.

Al Corazón

¿Busco la reconciliación con la misma urgencia con que el pastor busca a la oveja perdida, o permito que el orgullo y el resentimiento creen muros?

¿Hay alguien en mi vida a quien necesito perdonar sinceramente, liberando la ofensa como el rey perdonó la deuda de su siervo?

Misión

Hoy, vive la misión del Reino siendo un agente de reconciliación. Identifica una relación en tu vida que esté rota o tensa. Da un paso práctico para buscar la paz: envía un mensaje amable, pide perdón si es necesario, u ofrece perdón sin condiciones. Trata a otros con la dignidad que Dios te ha dado a ti, construyendo puentes de gracia.