Eliminar los obstáculos

El bautismo en el Espíritu Santo no se obtiene con una fórmula mágica. No es que baste decir dos oraciones y ya sucede. No funciona así. Es algo profundo, que ocurre cuando el corazón está realmente abierto y dispuesto. Pero si hay obstáculos dentro de nosotros, la oración se vuelve vacía. No porque Dios no quiera dar, sino porque no encuentra espacio para entrar.
¿Cuáles son los principales obstáculos?

1. Falta de perdón.
   Si dentro de nosotros hay alguien a quien no logramos o no queremos perdonar, es un problema. El rencor bloquea al Espíritu. ¿Cómo podemos recibir el amor de Dios si nuestro corazón sigue lleno de odio o amargura?
2. Resistencias interiores.
   A veces decimos: “¡Ven Espíritu Santo!”, pero en realidad no queremos que cambie nada. Nos da miedo perder el control, nos da miedo dejar nuestras seguridades. Y sin embargo, es precisamente allí donde debemos confiar.

Lo hermoso es que Dios no nos deja solos. Si lo invocamos con sinceridad, incluso en medio de nuestras debilidades, Él nos ayuda a superar cada obstáculo. Poco a poco, uno a uno, esos muros caen, y el Espíritu entra.

Así que no te desanimes. Sé honesto con Dios, reconoce los bloqueos y entrégalos a Él. El Espíritu es más fuerte que cualquier barrera.