La autoridad y el poder de la Biblia (Tercera parte)

La lectura de hoy es una continuación de la Sección 2 del Pacto de Lausana: La autoridad y el poder de la Biblia. Lea aquí.

El mensaje de la Biblia está dirigido a todos los hombre y mujeres. Porque la revelación de Dios en Cristo y en las Escrituras es inalterable. Por medio de ella, el Espíritu Santo sigue hablando hoy. Él ilumina la mente del pueblo de Dios en cada cultura, para que perciba la verdad de manera fresca a través de sus propios ojos, desvelando de esta forma a toda la iglesia cada vez más de la multicolor sabiduría de Dios.

La interpretación de la Biblia

Aquí se presenta una paradoja. Por un lado, el mensaje de la Biblia es el mismo para todas las personas, en todo lugar y en todo momento. La revelación de Dios en Cristo y en las Escrituras nunca cambia. «No puede ser quebrantada» (Juan 10:35; compárese con Mateo 5:17-18). Nos fue dada «una vez y para siempre» y no puede ser alterada (Judas 3). Y, al ser la verdad de Dios, tiene un mensaje universal para todas las personas en todas partes.

Por otro lado, esta verdad no presenta una uniformidad inerte ni descolorida. Así como el Espíritu Santo usó la personalidad y la cultura de los escritores bíblicos para comunicar la Palabra de Dios de maneras frescas y apropiadas, también abre la mente de los creyentes de cada generación y cultura para que comprendan su verdad de una manera nueva. Es el Espíritu quien abre los ojos de nuestro corazón (Efesios 1:17-18), y estos ojos y corazones pertenecen a jóvenes y mayores, latinos y anglosajones, africanos, asiáticos y estadounidenses, hombres y mujeres, pensadores poéticos y prácticos por igual.

El Espíritu Santo se vale de esta diversidad humana para revelar, a partir de las Escrituras, cada vez más de la sabiduría multicolor de Dios (una traducción literal de Efesios 3:10). Esto significa que toda la iglesia es necesaria para recibir la revelación completa de Dios en toda su belleza y riqueza («junto con todos los creyentes» Efesios 3:18). Por ello, cada cultura y nación debe estar dispuesta a compartir con la iglesia más amplia las perspectivas y los dones que Dios les ha dado.

Reflexión:

¿De qué manera podemos valorar tanto la verdad inmutable de las Escrituras como las diversas perspectivas de la iglesia mundial de Dios?

Oración

Espíritu Santo, abre mi corazón a tu Palabra y enséñame a través de la sabiduría que viene a través de tu iglesia mundial.