El poder del Espíritu Santo

La lectura de hoy es la Sección 14 del Pacto de Lausana: El poder del Espíritu Santo. Lea la Sección 14 aquí .

Creemos en el poder del Espíritu Santo. El Padre envió a su Espíritu para dar testimonio de su Hijo; sin su testimonio el nuestro es inútil. La convicción de pecado, la fe en Cristo, el nuevo nacimiento y el crecimiento cristiano, son todos obra suya. Además, el Espíritu Santo es un espíritu misionero; por lo tanto, la evangelización debería surgir espontáneamente de una iglesia llena del Espíritu. Una iglesia que no es una iglesia misionera se contradice y apaga el Espíritu. La evangelización mundial pasará a ser una posibilidad realista solo cuando el Espíritu renueve a la iglesia en verdad y sabiduría, fe, santidad, amor y poder. En consecuencia, hacemos un llamado a todos los cristianos a orar por esta clase de visitación del soberano Espíritu de Dios, de modo que todo su fruto pueda aparecer en todo su pueblo, y todos sus dones puedan enriquecer el cuerpo de Cristo. Solo entonces toda la iglesia pasará a ser un instrumento adecuado en sus manos, para que todo el mundo pueda oír su voz.

El poder del Espíritu Santo

Después de considerar el poder destructivo del diablo, es un alivio centrarse en el poder misericordioso del Espíritu Santo. Las Escrituras relacionan regularmente al Espíritu con el poder: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu» (Zacarías 4:6). Jesús prometió un testimonio fortalecido por el Espíritu (Hechos 1:8), y Pablo confió en el poder del Espíritu, no en la fuerza humana (1 Corintios 2:3-5). Nosotros debemos hacer lo mismo.

El testimonio de la iglesia

Jesús testifica que el Espíritu da testimonio de él, y luego añade: «y también ustedes darán testimonio» (Juan 15:26-27). El Espíritu es el testigo principal. Sin el Espíritu, nuestros esfuerzos son inútiles.

El poder del Espíritu Santo es fundamental en la evangelización. Cada etapa de la salvación es obra suya:

• convicción de pecado (Juan 16:8-11)
• fe en Cristo (1 Corintios 12:3)
• nuevo nacimiento (Juan 3:6-8)
• crecimiento espiritual o santificación (2 Corintios 3:18)

Una iglesia llena del Espíritu, por lo tanto, se centra naturalmente en la misión, como la iglesia primitiva en Hechos, fluyendo al mundo como «ríos de agua viva» (Juan 7:37-39).

La ​​renovación de la iglesia

Necesitamos que el Espíritu renueve la iglesia si queremos llevar el evangelio al mundo. De modo que oramos por la renovación que viene de él. Podemos confiar en que cuando él visite a la iglesia con poder, él dará fruto (Gálatas 5:22-23) y también dará sus dones según su voluntad y para «el bien común» (Romanos 12:3-8, 1 Corintios 12:4-14).

Solo cuando el Espíritu Santo actúe libremente con poder, toda la iglesia se convertirá en un instrumento disponible en sus manos, para que toda la tierra escuche su voz (Salmos 67:1-3).

Reflexión:

¿Ora usted por la renovación del Espíritu con la misma urgencia con la que habla sobre la evangelización?

Oración:

Espíritu, infunde nueva vida a tu pueblo por el bien del evangelio.