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Una Nueva Humanidad: La Misión en Efesios

DÍA 6 DE 6

Día 6: Efesios 6:1–24 (NTV)

El capítulo final de Efesios continúa las instrucciones apostólicas sobre las relaciones familiares. Ya sea que tengamos responsabilidad sobre otros (como un familiar o un empleado) o estemos bajo la autoridad de otros (como un padre, una madre o un jefe), importa cómo los tratamos. Al mostrar honor y respeto en estas relaciones, servimos al Señor, complaciéndolo (vs. 5–9) y abrazando el camino hacia el bienestar (v. 2). Pero, como la relación matrimonial que exploramos ayer, nuestros hábitos de obediencia, respeto, cuidado y servicio también dan testimonio ante los que nos rodean de lo que significa conocer al Señor y ser transformado por él en nuestra vida cotidiana.

Efesios concluye con el pasaje famoso sobre la armadura de Dios. ¿Qué podemos aprender aquí sobre la misión? Primero, tal como Pablo, cuando buscamos confiadamente declarar el misterio del evangelio (v. 19), entramos en una batalla espiritual. Al orar y compartir nuestra fe, confrontamos corazones endurecidos y mentes espiritualmente muertas por el pecado (2:1). Pero en realidad, nuestra lucha no es contra carne y hueso, sino contra todas las fuerzas espirituales de la maldad, quienes habitan los lugares espirituales invisibles que Pablo ha mencionado antes (v. 12). Sin embargo, nuestra tarea no es principalmente entrar en una guerra espiritual agresiva sino estar firmes en medio de esa batalla (vs. 11, 13–14), poniéndonos la armadura defensiva que nos protegerá. La batalla sigue en pie, pero la guerra ya se ha ganado y Jesús ya ha vencido.

¿Cómo podemos permanecer firmes? Al ser fortalecidos por Dios mismo (vs. 10, 11, 13, 17) con su propia armadura (véase Isa. 11:4; 59:17). Estas piezas de la armadura protectora (cinturón, coraza, zapatos, escudo, casco) se identifican con los beneficios de la salvación que hemos recibido de Dios: la verdad, justicia, paz y fe. Y en el contexto de Efesios 4 y 5, también representan las virtudes con las que debemos vestirnos. Muchas veces pensamos en esta armadura como algo individual y personal (o sea, yo me pongo la armadura), pero, como frecuentemente lo hace, Pablo habla aquí en la segunda persona plural: todos ustedes, como iglesia, deben ponerse la armadura juntos. Fue el ejército romano de la época de Pablo que podía mantenerse firme y fuerte contra el opositor, no el soldado aislado y solo. Al vivir en la verdad, justicia, paz y fidelidad los unos con los otros, nuestra unidad nos protege contra las artimañas del diablo (v. 11) y contra sus flechas encendidas (v. 16) que buscan sembrar división en la iglesia y desviarnos en el pecado.

La única arma verdaderamente ofensiva es la espada provista por el Espíritu, que es la palabra de Dios (v. 17). Aquí “la palabra” probablemente se refiere al misterio del evangelio que anunciamos (vs. 15, 19). La oración no se describe como una pieza de armadura (v. 18); es el medio por el cual dependemos de Dios en medio de la batalla mientras nos ponemos la armadura. Al entrar en la misión de Dios, entramos en una batalla espiritual y la clave para mantenernos firmes es la oración. Tenemos que orar en todo momento, empoderados por el Espíritu, alertas y con entrega ferviente—orando no solo por los que buscamos alcanzar sino también los unos por los otros, para que permanezcamos firmes en la lucha (v. 18). En las peticiones de Pablo, vemos el ejemplo de un misionero en acción (vs. 18–20). Como Pablo, somos los embajadores de Cristo (v. 20; véase 2 Cor. 5:20). Oremos que nosotros, junto con todos los santos de Dios, vivamos y hablemos con valentía para que el mundo conozca la paz, el amor y la fe que nosotros ya experimentamos (v. 23).

¿Quieres aprender más sobre la misión de Dios? One Mission Society te puede ayudar a explorarla.

https://onemissionsociety.org/

Escrituras

Acerca de este Plan

Una Nueva Humanidad: La Misión en Efesios

Efesios presenta un maravilloso retrato de unidad cósmica, que comienza con una nueva humanidad multicultural: la iglesia. Jesús reina por encima de todos los poderes que amenazan con dominar nuestras vidas. Él es quien nos une, los unos con los otros y con Dios. En esta serie de seis días, aprenderemos cuál es la meta de la misión de Dios, el papel de la iglesia en su cumplimiento y cómo nosotros participamos en ella.

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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org