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La Palabra, Vida a Tu VidaMuestra

La Palabra, Vida a Tu Vida

DÍA 3 DE 30

"La Palabra que Permanece para Siempre"

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35 RVR1960).

Vivimos en un mundo en constante cambio. Las modas, las ideas, los valores humanos… todo es transitorio. Sin embargo, la Palabra de Dios es eterna. La Biblia declara con claridad que aunque cielo y tierra pasen, Su Palabra permanece para siempre. (Isaías 40:8).

Fue por Su Palabra que el universo fue creado:

"Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca" (Salmos 33:6 RVR1960).

Todo lo que Dios declara tiene un peso eterno. Por eso, como creyentes, nuestro enfoque no debe estar en lo pasajero ni en las voces fluctuantes de este mundo, sino en las verdades inmutables del Reino de Dios. ¿Cómo logramos esto? Aferrándonos a Su Palabra, alimentando nuestra mente y corazón con ella, permitiendo que sea el fundamento sobre el cual edificamos nuestras vidas.

La Palabra de Dios no solo revela Su voluntad, sino también Su carácter: un Dios fiel, santo, justo y lleno de amor. Cuando le conocemos a través de lo que Él ha revelado, aprendemos a caminar en la identidad y propósito que Él mismo diseñó para nosotros (2 Timoteo 3:16-17).

A diferencia de las opiniones humanas —limitadas, sesgadas por el orgullo o la experiencia personal— la voz de Dios es omnisciente. Él ve el pasado, el presente y el futuro con absoluta claridad (Hebreos 4:12-13). Por tanto, sería necio aferrarnos más a los pensamientos de los hombres que a la verdad que proviene de nuestro Creador, quien nos conoce íntimamente, mejor que nadie (Salmo 139:1-4).

No permitas que la perspectiva humana limite tu fe o tu destino. Incluso con las mejores intenciones, los hombres ven solo una pequeña parte de la realidad. En cambio, Dios ve el todo. Él nos guía no solo con conocimiento, sino con perfecto amor y sabiduría.

Nuestro anhelo debe ser que Su Palabra no quede solo en nuestra mente, sino que transforme nuestro corazón. Que esa verdad sea la que nos impulsa cada día a una vida de obediencia activa, con la mirada puesta en la eternidad con Cristo (Colosenses 3:1-2).

Reflexiona:

  1. ¿Estoy dedicando tiempo suficiente a conocer la Palabra que permanece, o me estoy dejando influenciar más por las voces cambiantes del mundo?
  2. ¿Qué aspectos del carácter de Dios he descubierto últimamente al estudiar Su Palabra?
  3. ¿De qué manera puedo permitir que la Palabra transforme mis pensamientos y acciones cotidianas?

Oración:

Señor, gracias por Tu Palabra viva y eterna. Ayúdame a amarla, a meditar en ella y vivir conforme a sus verdades. Que no me deje llevar por las opiniones de los hombres, sino que ancle mi vida en lo que Tú dices y en lo que Tú eres. Que mi mente sea renovada y mi corazón transformado por Tu voz. En el nombre de Jesús, amén.

Acerca de este Plan

La Palabra, Vida a Tu Vida

Hoy, el ser humano busca desesperadamente aquello que pueda cambiar su vida, algo que traiga una transformación completa y le llene de paz en medio del caos que vivimos. El propósito de este devocional es ayudarte a comprender que en la Palabra de Dios puedes encontrar vida, y vida en abundancia. En ella se encuentra la respuesta que necesitas y la plenitud que anhela tu alma.

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Nos gustaría agradecer a Enkayros por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.enkayros.com