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La Palabra, Vida a Tu VidaMuestra

La Palabra, Vida a Tu Vida

DÍA 6 DE 30

"Transformados por la Palabra de Dios"

Todos somos pecadores. Ninguno de nosotros, por nuestras propias fuerzas, puede cambiar la vida de pecado que hemos heredado a través del primer Adán. Por más que lo deseemos, no podemos apartarnos del pecado únicamente por la fuerza de nuestra voluntad. Es solo con la ayuda de Dios —por medio del Espíritu Santo y de Su Palabra— que podemos ser verdaderamente transformados, pasando de una naturaleza pecaminosa a una vida nueva en Cristo.

“Porque todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23 RVR1960).

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17 RVR1960).

Cuando nos sumergimos en la Palabra de Dios, ella nos confronta. Dios la utiliza como una espada que penetra hasta lo más profundo de nuestra alma, mente y espíritu, revelando los rincones ocultos de nuestro corazón. Muchas veces, esta revelación saca a la luz aspectos de nosotros que conocíamos pero ignorábamos, o incluso cosas que no sabíamos que estaban ahí.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12 RVR1960).

Es en ese momento de confrontación que tenemos la oportunidad de humillar nuestro corazón y reconocer que no estamos siendo lo que Dios espera de nosotros. Reconocemos que necesitamos ser transformados por completo. Tal como promete la Escritura, Dios puede cambiar nuestro corazón de piedra y darnos un corazón de carne, sensible y alineado al Suyo.

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne" (Ezequiel 36:26 RVR1960).

No tenemos por qué seguir atados a una vida de pecado que, en el fondo, ni siquiera nos agrada. Si permitimos que la Palabra de Dios penetre en nosotros y revele todo aquello que desagrada al Señor, el Espíritu Santo comenzará a obrar en nuestras vidas. A medida que reconocemos nuestra condición y nuestra necesidad de ser transformados, seremos poco a poco conformados a la imagen de Cristo.

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17 RVR1960).

Así, nos convertiremos en la nueva criatura que Dios desea que seamos —para Su gloria y para nuestro bien— caminando en libertad y en comunión con Él.

Reflexiona:

  1. ¿Estoy permitiendo que la Palabra de Dios confronte y transforme mi corazón a diario?
  2. ¿Reconozco en qué áreas de mi vida todavía intento vencer el pecado con mis propias fuerzas?
  3. ¿Deseo verdaderamente ser una nueva criatura conforme al corazón de Dios?

Oración:

Señor, reconozco que por mí mismo no puedo vencer el pecado que mora en mí. Gracias por Tu Palabra, que es viva y poderosa, y por Tu Espíritu Santo que obra en lo profundo de mi ser. Te pido que transformes mi corazón, que me hagas sensible a Tu voz y que cada día me conformes más a la imagen de Cristo. Ayúdame a caminar en libertad, viviendo para Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.

Acerca de este Plan

La Palabra, Vida a Tu Vida

Hoy, el ser humano busca desesperadamente aquello que pueda cambiar su vida, algo que traiga una transformación completa y le llene de paz en medio del caos que vivimos. El propósito de este devocional es ayudarte a comprender que en la Palabra de Dios puedes encontrar vida, y vida en abundancia. En ella se encuentra la respuesta que necesitas y la plenitud que anhela tu alma.

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Nos gustaría agradecer a Enkayros por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.enkayros.com