"La Corrección que da Vida"

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17 NVI).

Cuando permitimos que sea Dios, a través de Su Palabra, quien nos dirija, ella se encarga de corregirnos y de guardarnos de caer en comportamientos y actitudes que terminan dañándonos a nosotros mismos y también a quienes nos rodean. La Palabra de Dios actúa como un faro que ilumina nuestro camino y como un espejo que revela las áreas de nuestro corazón que necesitan ser transformadas (Santiago 1:23-25).

A veces, este proceso puede resultar duro y doloroso, pues implica morir a nuestra naturaleza carnal para abrazar la vida que Dios espera de nosotros (Gálatas 2:20). Sin embargo, es un dolor que produce vida, porque nos conduce a la vida eterna y nos aleja del camino de perdición. Jesús mismo dijo: “El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” Lucas 9:23 (RVR1960)

En contraste, los placeres del mundo ofrecen una falsa sensación de bienestar. Por un tiempo nos engañan haciéndonos creer que estamos bien, pero su fin es la perdición y la muerte eterna (Romanos 6:23). Además, el pecado no solo lastima el alma, sino que también distorsiona nuestra identidad en Dios, alejándonos de Su propósito original para nosotros.

¡Qué maravilloso es saber que en Su Palabra encontramos la corrección y la dirección que necesitamos, justo en el momento oportuno! Solo debemos acercarnos a ella con un corazón humilde y dispuesto a recibir la confrontación de las verdades que contiene. No debemos temer este proceso, pues todo lo que Dios hace por medio de Su Palabra es para nuestro bien (Romanos 8:28). Su anhelo es que vivamos conforme a Su diseño perfecto y que tengamos una comunión íntima y constante con Él.

Reflexiona:

1. ¿Estoy permitiendo que la Palabra de Dios me corrija y transforme, o me resisto a lo que me confronta?
2. ¿Qué áreas de mi vida necesitan ser alineadas al diseño de Dios?
3. ¿Busco más la aprobación del mundo o el propósito eterno que Dios tiene para mí?

Oración:

Señor, hoy vengo ante Ti con un corazón abierto. Ayúdame a amar Tu Palabra, a recibir con humildad Tu corrección, y a caminar cada día más cerca de Ti. Líbrame de los engaños del mundo y afírmame en mi identidad como hijo(a) Tuyo. Que mi vida refleje siempre Tu diseño y Tu gloria. Amén.