Todo Es en Él: 30 Días Redescubriendo Su Centralidad, Universalidad Y SupremacíaMuestra

Día 6 – Cristo en mí, esperanza de gloria

El evangelio no es solo una invitación a seguir a Cristo externamente, es la revelación de un misterio eterno: Cristo habita en nosotros. Esta verdad fue incomprensible para las generaciones pasadas, pero hoy es la realidad más gloriosa del Nuevo Pacto.

Pablo la llama “el misterio de Dios”: Cristo en vosotros. El Dios que antes parecía lejano y cuya gloria habitaba en un templo físico, ahora mora en los creyentes por su Espíritu. No es un Cristo fuera de mí, al que observo desde la distancia, sino un Cristo dentro de mí, que vive, guía y transforma desde lo profundo.

Esta unión con Cristo es nuestra esperanza de gloria. No hablamos de una gloria pasajera, como la fama o el reconocimiento humano. La gloria que esperamos es la plena manifestación de Cristo en nosotros y en toda la creación. La gloria no es un lugar al que vamos, sino una persona que nos llena.

Por eso Pablo intercede diciendo: “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gá 4:19). El verdadero cristianismo no se mide por la cantidad de actividades religiosas que realizo, sino por cuánto de Cristo se está gestando y expresando en mi vida.

Cuando Cristo vive en nosotros, la esperanza no se apoya en circunstancias favorables ni en logros terrenales. Podemos atravesar sufrimientos sabiendo que hay una gloria futura que supera toda prueba presente (Ro 8:18). Y esa gloria empieza a manifestarse desde ahora: cada acto de amor, cada victoria sobre el pecado, cada palabra de vida compartida es evidencia de Cristo en nosotros.

El mundo está desesperado por ver algo real. Y lo real es esto: un pueblo en el cual Cristo habita y a través del cual Cristo se expresa. Esa es la gloria que transforma a las naciones.

Oración

Señor Jesús, gracias porque no solo caminás a mi lado, sino que vivís en mí. Que tu vida se forme cada día más en mi interior. Quita lo que me estorba y llena cada rincón de mi ser con tu gloria. Amén.

Acción del día

Escribí en un papel o como nota en tu celular esta frase:
“Cristo vive en mí.”
Léela tres veces a lo largo del día y pedí al Espíritu Santo que te recuerde en cada decisión: no soy yo, es Cristo en mí.